‘‘Ya sabemos cuál es el huevo’’

“Aquí no estamos discutiendo sobre el huevo y la gallina”, dijo Carlos Paez ayer en un foro de ciudadanos de oposición en el Museo Regional. “Aquí ya sabemos cuál es el huevo”, insistió: “El huevo es la calidad democrática”. Sin eso no se puede arreglar lo demás. Paez es miembro destacado de la Asamblea Nacional Ciudadana, una asociación que surgió con el movimiento del voto nulo y que hoy aglutina los más variopintos personajes alrededor de la lucha por la democratización del país y la recuperación ciudadana del espacio político. La mayoría de sus participantes tiene una pésima impresión de los políticos profesionales, pero nada más hay que pensar en Elba Esther Gordillo para ir corriendo a darles la razón: esta clase se pudrió.

Ayer los acompañé en un foro sobre la reforma política. Me lo pidió Jesús Soto, un joven brillante e incansable al que he visto involucrado en distintos movimientos interesantes en la ciudad, así que tuve que levantarme temprano en sábado, hacer de tripas corazón, enfurecerme con Soto y conmigo misma y llegar al Museo Regional rondando las 10 de la madrugada.

No me arrepentí. Primero, porque había unas deliciosas conchas para completar el desayuno (gran idea), pero la principal razón por la que dejé atrás el disgusto de saberme fuera de casa a esa hora se debió a la calidad de los ponentes. Conmigo estuvieron el economista Bernardo Jaen, Carlos Delgado (el impulsor del perro Fidel como emblema de los anulistas), el arquitecto y urbanista Oscar Castro y el investigador Jorge Narro como moderador. Jaen dio contexto al describir el país en el que se impulsa la reforma electoral de Felipe Calderón; Óscar recuperó la noción de democracia como ejercicio ciudadano ahí, en el Museo Regional, y Carlos puso el acento en el principal agujero: la rendición de cuentas. Lo importante, sin embargo, pasó después, frente a nosotros, en las sillas que una cuarentena de ciudadanos había tomado (insisto, ¡en sábado por la mañana!) para discutir la reelección legislativa, la iniciativa preferente del Presidente, el tamaño del Congreso y otras linduras de ese tipo. Ver para creer.

El diálogo estuvo sabrosísimo y hubo de todo: desde brillantes participaciones e interesantes inquietudes hasta extrañas alusiones a una “necesaria economía constituyente subalterna” (¡plop!). Como si fuera poco, hubo una segunda mesa de lujo con Jaime Preciado, Rossana Reguillo, Elisa Cárdenas, Jorge Ceja y Esteban Garaiz. Puro peso pesado.

Fue una buena mañana de sábado. Uno puede estar en desacuerdo con la ANCA, pero esa discusión (por cierto, transmitida en tiempo real y con preguntas de cibernautas) ya hace la diferencia. Hay que hacer más foros como ese: de izquierda, de derecha, de católicos o de comerciantes. Da igual. El chiste es que se hagan para elevar la calidad de la democracia, porque ese, en efecto, es el huevo.