Sábado, 12 de Octubre 2024
Jalisco | Regreso a las aulas en el jardín de niños José Vasconcelos de Guadalajara

“Ya no lloran como antes”

Un millón 800 mil estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, retoman la rutina escolar en Jalisco

Por: EL INFORMADOR

Padre e hija despidiéndose en la entrada del jardín de niños José Vasconcelos. M. FREYRÍA  /

Padre e hija despidiéndose en la entrada del jardín de niños José Vasconcelos. M. FREYRÍA /

GUADALAJARA, JALISCO (22/AGO/2011).- El día por fin llegó. La hora de jugar y de aprender los números y colores se hizo presente para Adanli, que en punto de la 9:00 horas esperaba sonriente afuera de lo que será su salón de clases durante este ciclo escolar 2011-2012 en el jardín de niños José Vasconcelos de Guadalajara.

Mientras su madre terminaba algunas cuestiones administrativas para su óptima inscripción, el pequeño de cinco años saludaba a los nuevos compañeritos, desconocidos, pero tan familiares para él, pues durante meses escuchó atento sobre las actividades que realizará junto a su maestra en compañía de los demás niños que desde hoy llama sus amigos.

Besos en la mejilla, emotivos abrazos y consejos de buen comportamiento expresaba la mayoría de los padres de familia, que al igual que el millón 800 mil estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, retoman la rutina escolar en Jalisco.

Lo que fuera la legendaria imagen del típico padre arrastrando y convenciendo al niño “llorón” de quedarse en la escuela poco a poco se esfuma y queda como un recuerdo grato y chistoso, pues ahora los niños del kínder rompen con los temores y miedos de desprenderse por primera vez de sus progenitores. No obstante, el llanto se apodera de aquellos sentimentales que por diversas circunstancias tienen que integrarse a un distinto grupo e interactuar con nuevos compañeros.

Como Dilán, que su primer día de clases del último grado se convirtió en una trágica experiencia: su profesora y compañeros se quedaron en el turno vespertino. Notablemente enojado con su madre, el pequeño se resistió a saludar y conocer su nuevo entorno. Entre lágrimas y pucheros salió de la escuela rumbo a su casa para tratar de tranquilizarse y no romper en un frenético llanto nuevamente.

Niños impecables con uniforme de gala: faldas y pantalones extremadamente blancos y mochilas que desprenden ese peculiar aroma a nuevo seguían ingresando a las instalaciones de la modesta escuela que no rebasa las seis aulas, incluyendo el salón de música.

Felices, sonrientes y tomados de la mano, padres primerizos llegaban en una actitud despistada preguntando cuál era el salón de 1°A. “Es el primer día de clases. No siento nada de dejarla, es algo normal. Ya quería venir”, comenta Javier Becerra, padre de la pequeña Alison Michel, que con una suave voz se despedía de su hermano más pequeño.

“Ya no es igual, ya no se asustan ni tienen el mismo temor de antes”, explica Rosalba Luna, maestra de preescolar con más de 20 años de experiencia.

EL INFORMADOR /NORMA GUTIÉRREZ

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