Lunes, 20 de Enero 2025
Jalisco | Reloj de Asfalto por Jorge Zul de la Cueva

Y no es que esté mal

Las mafias, todas, han hecho de este país un triste vertedero ingobernable

Por: EL INFORMADOR

Es que se está poniendo peor, y no vamos ni empezando…

No sé cómo es posible que pasen tantas cosas y que, gracias a la velocidad con la que suceden y a nuestra capacidad de olvido, las vayamos aceptando. Como si en nuestra casa hubiera una gota de agua que lentamente se convertía en dos, a los días en tres y el proyecto fuera que nuestros nietos murieran ahogados.

Nos fueron quitando nuestras cosas una a una a lo largo de las décadas y no han terminado. Vamos a acabar comiendo tierra en el desierto, y eso cuando ya hayamos acabado de derramar toda nuestra sangre.

Las mafias, todas, han hecho de este país un triste vertedero ingobernable. La vida es barata y las consecuencias nulas. Creo ahora que no hay chamba, que las vacantes de sicario sonarán cada vez más atractivas para más amplios sectores de la población, y así es como el tejido social se va destruyendo, y así es como cuando la ola de sangre y vísceras llegue a nuestra puerta vamos a pensar que fue sin previo aviso. Miraremos al cielo y pensaremos que nunca pensamos que se pondría así, y los que dirán “lo dije”, tampoco habrán hecho nada por evitarlo.

La muerte ha llegado al río, a nuestro río, confundiendo la sangre con los tóxicos fluidos que libremente escupen las transnacionales sin ser molestadas por nadie, y que llegarán también a nuestras bocas.

No se ofenda, ciudadano o ciudadana, pero hace tiempo que el asunto se nos ha salido de las manos, hace mucho que nos robaron nuestro derecho a opinar, nuestro derecho al aire limpio, a la función pública transparente, a la ciudad como espacio orgánico en el que se puede estar.

Sí, camarada, hace tiempo que el paraíso se nos convirtió en cloaca, pero hoy, además, esta cloaca está llena de explosivos, de navajas, de armas de fuego y de manos impunes que las empuñan contra usted, contra mí y contra quien les dé la gana.

El Gobierno tiene un plan; sin embargo, todo está bajo control. Los señores han acumulado las últimas riquezas, vendido los últimos ladrillos de la patria y se despedirán de nosotros en cuanto la mínima señal de fuego se acerque al polvorín.

Mientras tanto, y hasta que nos ahoguemos lenta y paulatinamente en nuestro sueño, en nuestro marasmo, en nuestro aburrido desencanto, usted y yo seguiremos viendo la telenovela nacional en la que todo está bien y seguimos superándonos y elevando nuestra realidad por sobre toda expectativa.

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