Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | Pergeño por Víctor Wario Romo

¿Y dónde guardamos las mulitas?

El pleito entre panistas y alcaldes priistas estaba cantado desde 2009

Por: EL INFORMADOR

Víctor Wario Romo.  /

Víctor Wario Romo. /

No, de plano esto ya es charlotada. Si no se tratara de un asunto realmente serio para los tapatíos, nos podríamos seguir con el vacilón por un buen rato. Pero la verdad es que lo que está sucediendo suena a feria de ocurrencias, a festival del cotorreo. Y no se vale.

El pleito entre autoridades estatales panistas y alcaldes priistas sobre el tema de movilidad en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) estaba cantado desde la campaña política de 2009. Estamos hablando de que, con el disfraz de una discusión técnica, desde hace año y medio unos y otros se dijeron en la cara que harían todo lo que estuviera a su alcance para bloquear las propuestas del otro. Si tú quieres camiones articulados, nosotros pelearemos por un Tren Ligero. Y a ver de qué cuero salen más correas.

El reloj estaba en marcha mientras había campañas políticas, mientras se realizaban elecciones, mientras se validaban los resultados, mientras se declaraban candidatos triunfadores, mientras tomaban posesión de sus cargos como nuevas autoridades municipales, mientras comenzaban a gobernar, mientras anunciaban proyectos para programas y obras, mientras empezaban a gastarse el dinero de los ciudadanos, mientras… Año y medio.

En ese lapso, en la ZMG se pusieron en circulación más de 150 mil vehículos adicionales a los que ya congestionaban sus calles y avenidas.

¿Cómo nos vamos a mover en esta urbe por la que ya circulamos a vuelta de rueda?, era la pregunta que muchos nos hacíamos. Las autoridades, que se mueven siempre resguardadas, con paso franco en sus ostentosas comitivas vehiculares, se regodeaban en juegos de escritorios. ¿Y si nos sumamos a una nueva línea de BRT a condición de que nos pinten los camiones de rojo? ¿Y si nos damos una vuelta por una ciudad de “primer mundo” para ver su transporte público? ¿Y si traemos a algún contratista para que nos muestre sus maquetas de los trenes que vuelan?

Estaban muy divertidos, gastando tiempo en elucubraciones. El mismo tiempo en que los tapatíos se amontonaban en las esquinas esperando un camión chatarra, de esos que cobran seis pesos por cargar pasajeros como si fueran ganado; tiempo que los chavos dedican a dormitar en el asiento de un minibús rumbo a la escuela, o un obrero que regresa fatigado tras una jornada laboral.

Al final se cumplió la profecía. Lo que mal comenzó no podía terminar bien. La negativa de los alcaldes de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque introdujo el ingrediente que faltaba para aproximarnos al caos. Y como todo cabe en un jarrito, pues métanle BRT, Tren Ligero, tren de levitación, trolebús y, la cereza del pastel, cortesía del zapopano Héctor Vielma: ¡Que regresen los tranvías!

Remontémonos a 1874, cuando el gobernador de Jalisco, Ignacio L. Vallarta, formó una sociedad para establecer el servicio de tranvías de tracción animal en Guadalajara, que en esa época tenía 65 mil habitantes; para 1875 clavaron el primer riel del legendario tranvía de mulitas, que correría rumbo a San Pedro. ¿Habrían aprobado el proyecto ejecutivo? Cuentan los memoriosos que luego vinieron otras rutas: del Santuario de Guadalupe a Mexicaltzingo y, adivine usted: ¡Una hasta Zapopan!

No hay como regresar a los orígenes y hay que agradecérselo al alcalde Vielma. Hay un pequeño problema por resolver: ¿Dónde pernoctarán las mulitas? Bueno, a los alcaldes ya se les ocurrirá algo…

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