Vigilancia, principio de solución a saneamiento de agua

GUADALAJARA, JALISCO (06/DIC/2012).- El primer paso para resolver el rezago de limpieza de aguas residuales, que vive el Estado, es cumplir con el control y monitoreo de descargas líquidas, pues se debe tener registro de la contaminación para luego darle limpieza, explica Arturo Gleason Espíndola, consultor hídrico.

"No se puede apostar la solución del tratamiento de agua solamente a la construcción de una megaplanta; tenemos que atacar, primeramente, las fuentes de contaminación. No existe el control, una regulación donde el Gobierno pueda impedir que los cauces sean contaminados y sancionar a quienes lo hacen".

Las metas que se propuso tanto el Gobierno federal como el estatal son ambiciosas respecto a las acciones que están llevando a cabo, pues su visión se cierra a la construcción de grandes obras, como las plantas de Agua Prieta y El Ahogado, ejemplifica el experto, sin atacar el problema de origen, que está en la falta de monitoreo a las descargas que generan polución en el líquido.

"No va a haber planta de tratamiento eficiente para poder limpiar toda esa agua, dado que los contaminantes, al momento de que se mezclan, toman ciertos comportamientos peligrosos. Si no atacas el origen de la contaminación, lo regulas, lo monitoreas, la planta va a quedar muy por debajo".

Sin embargo, aunque se sepa quiénes son los agentes que emiten la contaminación, mientras no haya voluntad política de regularlos y sancionarlos, pese a las infraestructuras de saneamiento, no se logrará la solución, refiere el también investigador de la Universidad de Guadalajara.

"Sí se tiene identificado quiénes son los principales contaminadores de los ríos en nuestro Estado, pero hay compromisos que nos les permiten a ellos (Gobierno) sancionar a esas personas que están contaminando los ríos".

Las irregularidades también se hacen evidentes en las instituciones encargadas de llevar a cabo la limpieza, pues aunque existen los avances tecnológicos que permiten procesos más baratos, trabajan la estructura de su conveniencia, señala Gleason Espíndola.

"Los que manejan los sistemas tradicionales de saneamiento son personas cercanas al poder y que nada más implementan la tecnología de ellos. Hay otra parte, ahí, de colusión".

Un ejemplo de tratamiento correcto de agua es el Río Támesis, en Inglaterra, en el que, en contraste con el caso mexicano, se tiene un sistema de monitoreo que permite, a través de sensores, detectar sustancias negativas descargadas, además de la vigilancia humana; aquí, compara el experto, hay unos cuantos supervisores para revisar hasta más de mil descargas, como en el Río Santiago.

El eje principal para un funcionamiento en el saneamiento del agua es un cambio en la política pública, para que se considere la prioridad de invertir en la regulación de descargas; un segundo eje es pedir apoyo de especialistas para lograr un tratamiento eficaz; y como tercer eje, impulsar la consciencia social para que la población participe en resolver el problema desde su trinchera, pues la contaminación se genera por todos, refiere el investigador.

La frase

"Es una herida y tienes que parar la infección, sacarle la pus; con un antibiótico la paras y luego ves cómo está la herida; la limpias y ya empiezas el proceso de curación para que cicatrice y vuelva a estar bien", compara Arturo Gleason Espíndola con la problemática de saneamiento de agua.

EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA