Veneran a los Reyes Magos de rodillas

TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO (08/ENE/2014).- Los “Morenos” son la señal de que la procesión se aproxima; con máscaras oscuras y pelucas coloridas piden orden a los fieles y los ponen de rodillas: los Reyes Magos de Cajititlán están por pasar encima de ellos.

En fila india, miles de personas buscan que llegue la procesión con Melchor, Gaspar y Baltazar erguidos sobre hombros de devotos y con bandas de música popular y danzantes que les abren paso. Los peregrinos nunca tienen de frente a los Reyes, porque cuando están cerca los reciben hincados, uno tras otro, para que pasen por arriba y así lleguen las bendiciones.

Apenas pasan las tres figuras, hay hombres que se dedican presurosos a ayudar a que se levanten los fieles que están en las dos filas sobre el piso. Que si no es rápido, la avalancha de peregrinos viene atrás siguiendo a los tres Magos.

Son más de 385 mil personas, entre quienes se hincan, caminan en peregrinación, visitan el templo o sólo van a la verbena que en estos primeros días del año han visitado Cajititlán. El saldo es blanco, sólo un percance de una dama que abordó un juego mecánico y se desmayó cuando estaba activado; o el susto que pasó un individuo a bordo de un kayak que tenía una perforación que lo hundía, es lo que reportan autoridades municipales.

Los miles de fieles acompañan a los Reyes hasta la laguna, donde cada uno tiene lista su lancha para pasear por el cuerpo de agua que conserva un color verdoso y deja flotar basura estancada en las orillas; pero no es motivo para callar la música y el festejo. Las bandas se suben a otra lancha y sin parar de tocar persiguen el paseo de los Santos.

Desde Estados Unidos

Desde hace 20 años Víctor Plasencia, que vive en Phoenix, Estados Unidos, no tomaba atole; se le enjuagó la boca ayer que lo volvió a probar en Cajititlán, a donde vino especialmente para la fiesta de los Reyes Magos.

Se quedó asombrado la primera vez que asistió a esta verbena multitudinaria y quiso volver. Allá no hay fiestas religiosas con tanto jolgorio, ni convivencias masivas que tengan por lugar las calles, ni vendimias tan grandes de comida.

Mucho menos pasean en peregrinación a los santos de las parroquias de Estados Unidos; si acaso, hacen procesiones tan grandes como el interior de los templos lo permitan, agrega su sobrina, Rosa Martínez, quien vive en California.

La fe mueve danzantes

Es martes laboral, pero no hay impedimento ineludible para dejar de visitar a los Reyes Magos de Cajititlán. Bertha Gracia y Angelita Cacho hicieron guardias extra en su trabajo como enfermeras con tal de estar libres ayer para ir a danzar en la peregrinación.

Salieron a las 5:00 de la mañana de sus casas para a las 8:00 ya estar sonando los cascabeles de los pies con los primeros pasos. En la peregrinación, con sus danzas le abren paso a los Reyes Magos que pasean por las calles. Una viene de Etzatlán y la otra de Guadalajara.

“Es nuestra fe. Nos dan ganas de seguir y seguir”. Las energías llegan solas, tanto para Bertha, con cinco años como danzante, como para Angelita, con 28.

EL DATO
Tradición añeja

La tradición de pasear las figuras de los Reyes Magos por la Laguna de Cajititlán se remonta a tiempos prehispánicos, cuando los nativos del lugar tenían el ritual de adornar sus canoas y pasear por las aguas para aventar ofrendas a su deidad llamada “Machis”, durante la primera semana de enero. La costumbre cambió a la llegada de los Franciscanos, quienes sustituyeron el motivo de la celebración por los Reyes Magos.

SABER MÁS
Datos históricos

1587: Fray Alonso Ponce mandó hacer de mezquite las figuras de los tres Reyes Magos.

1634: Se inició la construcción de la parroquia que alberga a los Santos Reyes.

1905: Después de realizar su tradicional recorrido en la laguna, ocurrió un accidente que dañó a las figuras; el padre Tiburcio Lozano las sustituyó y escondió las originales, aunque informó que sólo las había restaurado.

1932: Luego de aparecer un hormiguero en la sacristía del templo, el padre Rosario Gutiérrez  ordenó una excavación, de la cual encontró las figuras antiguas de los Santos Reyes.