GUADALAJARA, JALISCO (05/AGO/2017).- Guadalupe Sánchez Aguilar y su hija Valentina son un caso único. A las 25 semanas de gestación, Lupita, como la conocen sus amigos, tuvo una ruptura de membrana, lo que hizo que su bebé naciera en esa etapa pesando apenas 400 gramos, en la Clínica 110 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).Todos los pronósticos estaban en contra de Valentina, nombre que su madre ya tenía desde antes y que ahora la describe a la perfección. Para empezar, sólo le daban dos horas de vida, pero, si sobrevivía, estaba en un hospital de segundo nivel y no de alta especialidad.“Cuando los doctores deciden que no podían esperar más porque estaba perdiendo mucho líquido, ya tenía tres días internada… me bajaron al área de tococirugía y el médico encargado dijo que me iban a hacer una cesárea para que la bebé no sufriera. Pero, como estuve mucho tiempo, llegaron las del turno de la tarde y me dijeron que sería parto porque de todas formas mi bebé no iba a vivir”.Relata que luego “me dieron la oxitocina para provocarme el parto, dicen que son muy dolorosas las contracciones provocadas, pero creo que a mí me dolía más el alma… porque no me dolió tanto. Ya que nació, me la mostraron y me dijeron que le daban dos horas de vida, porque pesaba 400 gramos. Me pasaron a la sala de recuperación y toda la noche pensé que mi bebé estaba muerta”.Al día siguiente fue el papá de Valentina, quien le comentó a Lupita que la niña seguía viva. Había comenzado a respirar por sí misma y la pasaron al área de Cuidados Intensivos Neonatales.“El primer mes era clave, entonces cuando no podía estar con mi bebé, porque sólo hay dos horas de visita al día, yo estaba con los nervios. Si mi celular sonaba y era un número que no conocía, me asustaba mucho. El pronóstico para Valentina siempre fue la muerte”.Sin embargo, conforme pasaban los días la niña subía de peso y reaccionaba a los tratamientos. La jefa de Pediatría de la clínica, Ana Araceli Flores López, comenta que su paciente tuvo todas las complicaciones que un prematuro puede tener, pero las superó. “Es una persona sumamente fuerte”.Después de 124 días en el hospital, Valentina fue dada de alta pesando dos kilos 100 gramos. Aún faltaba hacerle estudios y darle seguimiento para saber si tenía un daño cerebral o cognitivo. Sin embargo, hoy tiene cinco meses de nacida.La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que, al año, nacen en el mundo unos 15 millones de bebés prematuros y, tan sólo en 2015, murieron un millón de ellos.Los prematuros extremos, con pocas posibilidades de sobrevivirLa Organización Mundial de la Salud (OMS) engloba a los bebés prematuros en tres grupos: extremos, aquellos que han nacido antes de las 28 semanas de embarazo; muy prematuros, que nacen entre las 28 y antes de las 32 semanas, y moderados a tardíos, entre las 32 y las 37 semanas.Todos los prematuros tienen riesgo de padecer un sinnúmero de complicaciones, desde infecciones hasta retraso mental. Sin embargo, entre menos sean las semanas de gestación, mayores o más graves son las complicaciones.El caso de Valentina es significativo porque, además ser prematura extrema, estaba baja de peso. A sus 25 semanas de gestación, debería haber pesado alrededor de 600 gramos, pero sólo tenía 400 cuando nació en febrero pasado.“Sólo el 11% de los bebés con el peso y las semanas de Valentina sobrevive, pero eso es en países de primer mundo y en clínicas de tercer nivel. Aquí, en México ella es la segunda que sobrevive y es un caso único en Jalisco”, explicó la jefa de Pediatría de la Clínica 110, Ana Araceli Flores López.Estos recién nacidos, regularmente, presentan todas las complicaciones. “Valentina tuvo todas las complicaciones inmediatas que un bebé de esas características tiene, entonces, realmente, es una guerrera. Los médicos siempre ponemos todo nuestro empeño, pero también depende de la fuerza de ese organismo, que es increíble porque con el peso que Valentina tenía, lo consiguió y lo logró”.Durante su estancia en el hospital, Valentina sufrió infecciones intrahospitalarias, enterocolitis necrosante (inflamación del intestino que impide que los bebés coman), retinopatía del prematuro (por la cual le realizaron una cirugía), hemorragia pulmonar, colapso de pulmón y perforación del intestino por la ventilación mecánica.“Yo estoy muy agradecida porque, a pesar de las carencias que tiene el IMSS, sacaron adelante a Valentina... siempre la cuidaron”, acentúa su mamá, Guadalupe Sánchez Aguilar.Según la OMS, las complicaciones por prematurez son la principal causa de muerte en menores de cinco años. En América Latina Costa Rica, Chile y Argentina lideran estas muertes; México se encuentra en el lugar 12, con un 18.5% de mortalidad en los prematuros.La buena alimentación reduce riesgosNo sólo el buen control prenatal ayuda a las madres durante el proceso del embarazo, también la alimentación que llevan es un factor clave para reducir cualquier riesgo antes, durante y después del parto.“Lo que hacemos nosotros, como especialistas, es mandar a la mujer con una nutrióloga o un nutriólogo, para que, de acuerdo con su actividad, su peso, su talla y sus antecedentes patológicos, le hagan una dieta especial”, comentó Enrique Rosas Jiménez, perito en ginecología.Lo recomendable, según los especialistas, es que una madre suba hasta 12 kilos durante todo el embarazo, ya que un aumento desmedido de peso puede llegar a generar hipertensión y preeclampsia, lo cual pone en riesgo la vida de la madre y del bebé.“Una embarazada tiene un nuevo ser en su vientre y necesita de más nutrientes y más calorías, pero con su alimentación balanceada y sus complejos vitamínicos, va a tener un embarazo muy saludable”.A partir de las 19 semanas de gestación, la madre necesitará consumir más nutrientes, por lo que debe comer cada seis o cuatro horas, dependiendo de lo que sus análisis indiquen, por ejemplo si tiene bajo el hierro. “Aquí es cuando más atentos hay que estar, porque no pueden comer lo que sea”.Javier Torres García, jefe de Ginecología de la Clínica 110, recomienda realizar un ejercicio ligero, como una caminata de 20 minutos diarios o nadar, en caso de ya estar practicando la natación.La buena salud y estilos de vida son claves para que cualquier mujer embarazada pueda llegar al término de esta etapa sin complicaciones y con un bebé de 37 a 40 semanas de gestación.La planeación y control prenatal, claves para prevenir problemasLas infecciones y las enfermedades crónico-degenerativas en la madre son las principales causas de nacimientos prematuros. Sin embargo, cuando la mujer lleva un control prenatal adecuado, cualquier patología puede ser tratada de forma adecuada.“La principal causa de un nacimiento prematuro son los antecedentes infecciosos en la madre, infecciones de vías urinarias y cervicovaginitis, pueden ser otras causas asociadas a patologías de la madre, como preclampsia, diabetes o alguna otra enfermedad que ella padezca”, detalló la jefa de Pediatría de la Clínica 110, Ana Araceli Flores. En el caso de Guadalupe, la madre de Valentina, fue una infección urinaria la que ocasionó el rompimiento de membrana. Además, la especialista comentó que “antes de que una mujer planee embarazarse, debe tener un buen estado de salud. No es cuidarse en el momento en el que se embaraza, deben planearlo y comentarlo con su médico”.Por otro lado, un mal control prenatal no sólo representa un riesgo para el embarazo sino para la mujer, ya que esto puede dar como resultado un embarazo de alto riesgo y poner en peligro las dos vidas.“Los principales factores para que este tipo de embarazos se presenten, son las enfermedades que tenga la mamá, por ejemplo, aquellas que son hipertensas o diabéticas. Pero también tenemos los factores sociales, como las mujeres que trabajan y las de bajos recursos”, explicó Javier Torres García, jefe de Ginecología de la Clínica 110.El ginecólogo que esté dando seguimiento a la madre, podrá detectar cualquiera de estos problemas y dar las recomendaciones necesarias, como descansar después de la jornada laboral, llevar una dieta especial en caso de ser diabéticas o hipertensas. “Puede que, dependiendo el riesgo, el doctor cite a la mujer mucho más seguido de lo que haría normalmente”.Faltan políticas públicasSegún Moisés Quiles Corona, médico del Servicio de Neonatología del Hospital Civil, una de las principales razones por las cuales las mujeres no llevan un buen control prenatal es la falta de educación en salud que tienen. “Muchas veces no tienen una educación en salud adecuada. Además, está el tema, que creo no se ha atendido de forma adecuada, del embarazo en madres adolescentes, que es un embarazo de alto riesgo y que, seguramente, tendrán un bebé prematuro”.Otro de los grandes problemas que tenemos, explicó, es la desnutrición dentro del útero. La desnutrición dentro del útero ocasiona que el bebé tenga menor peso del que, por su edad gestacional, debería. Por ejemplo, según los médicos que atendieron a Valentina, ella debería haber pesado unos 600 gramos al momento de su nacimiento.GUÍA La ruptura de la membranaLa membrana es el saco amniótico en el que se encuentra el bebé dentro del vientre de la madre. Al romperse, el nonato comienza a perder el líquido que lo mantiene con vida, por lo que, normalmente, la madre entra en trabajo de parto unas 24 horas después de que esto pase.Los factoresSegún la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde hace 20 años los nacimientos prematuros van en aumento. Esto puede deberse a diversos factores: un mejor sistema de evaluación, que no representaría un problema; aumento de la edad para embarazarse; uso de tratamientos contra la infertilidad, que dan como resultado embarazos múltiples; y el aumento de cesáreas hechas antes de las 37 semanas de gestación.LA CIFRA25% Se calcula que ese porcentaje de los embarazos es de alto riesgo, ya que se considera así el primero de cada mujer.Sigue: #DebateInformador¿Qué opina de la atención de embarazos en los hospitales públicos?Participa en Twitter en el debate del día @informador