Una brújula ciudadana

Observarnos para conocernos y medirnos. Medirnos y conocernos para mejorar. Esa es la función de un observatorio ciudadano. Observarse a sí mismos y establecer la eficiencia de las políticas públicas, sin sesgos de partidos o gobierno, es la vía que muchas ciudades han encontrado para generar información de calidad que permita tomar decisiones en beneficio de todos. Ese es el objetivo fundamental de un Observatorio Ciudadano como el que nace hoy en Guadalajara bajo el nombre de Jalisco, cómo vamos.

A nadie nos gusta que nos midan. Es un asunto cultural. La reacción de las autoridades cada vez que aparece una información que no les es cómoda es cuestionar la fuente, la metodología o por lo menos decir que ellos tienen otra distinta. Pero los ciudadanos reaccionamos exactamente igual ante una crítica, un señalamiento o una evaluación. Un observatorio tiene como misión fundamental evaluar y evaluarnos, a todos por parejo, y con reglas claras. Hay que evaluar los indicadores que competen a las autoridades pero también los comportamientos sociales. Hay que medir indicadores económicos pero también y sobre todo, los sociales. Jalisco, cómo vamos se ve a sí mismo como un observatorio de la calidad de vida porque lo que busca es darle seguimiento a los indicadores de la ciudad y del Estado pero siempre en función de los ciudadanos. Las mejoras en los indicadores económicos tienen sentido en tanto se convierten en una mejor vida para todos; el resultado de una política pública hay que medirla en función de su efecto en la población, etcétera. Hay que medirnos todos no para fastidiarnos los unos a los otros, sino para lograr el objetivo común, que es la mejor calidad de vida.

El nacimiento del observatorio Jalisco, cómo vamos es una de las mejores noticias que se han generado desde el lado de los ciudadanos en los últimos años. Tener la capacidad de gestar un gran observatorio, financiado por miembros de la comunidad, sin un peso del erario y que nos permita tener información confiable sobre nosotros mismos a través de los expertos que conocen y estudian desde diferentes disciplinas al Estado, nos ayudará a una buena toma de decisiones.

El objetivo es que las decisiones que se tomen, buenas o malas, sean siempre con la información correcta; si nos equivocamos que no sea por falta de información. Que la información no tenga dueño ni sesgo, que sea pública y generada con independencia de criterio. Que facilite la rendición de cuentas y la vigilancia en la eficiencia del uso de los recursos públicos. Pero, sobre todo, que nos veamos a nosotros mismos al espejo, tal y como somos, sin maquillajes, consideraciones o exageraciones. Que sea una brújula ciudadana que nos permita contestar a la pregunta básica: cómo vamos.