Un voto para las nuevas generaciones

GUADALAJARA, JALISCO (07/JUN/2015).- A paso lento llegó su voto. A cinco cuadras de distancia de su hogar está la escuela primaria "Pedro Ogazón" de las Pintitas, en el municipio de El Salto, donde Juan Salvador Gómez Lomelí pudo ejercer su derecho en estas elecciones.
 
A su paso, el trayecto parece ser eterno, pero ahí estuvo, se presentó con sombrero, botas, traje y un par de bastones que lo acompañan por doquier. Tuvo trato preferencial en la casilla por ser de la tercera edad y de inmediato emitió su voto en una casilla instalada en uno de los salones de la escuela que lució con poco movimiento hasta antes del medio día. Después, salió, caminó un poco y encontró bajo un árbol un espacio para tomar un poco de aire antes de emprender su regreso a casa.
 
Fue donde se le abordó. Juan Salvador sin trabucos y de manera amable accedió a relatar un poco de su vida. "Ya paso de los 80 años, ya estoy viejo, pero aquí estoy para votar y tratar de que las nuevas generaciones tengan un mejor lugar donde estar y vivir. Desde el año 55 estoy votando; antes hasta corriendo venía, ahorita con mucho trabajo llego, pero aquí estoy sin excusas", comentó Gómez Lomelí, quien tiene 33 años aproximadamente residiendo en Las Pintitas.
 
"Estoy solo, qué más se le puede hacer, siempre tengo que venir solo a votar", agregó mientras agachó la cabeza y quebró su voz aguardentosa.
 
Después de un suspiro, recordó cual fue el fin de ir a votar. Y de repente, levantó la voz y exigió cambios en su colonia. "Ahorita en esta colonia ya tenemos casi como tres años que no hay vigilancia ni en el día, ni en la noche, hasta ahorita vi dos patrullas que pasaron por aquí, pero sólo por las elecciones, pero eso es siempre y los presidentes ni saben cómo está el municipio, espero que les llegue este mensaje", señaló.
 
Asimismo, de los políticos, opinó: "Unos son muy buenos y otros son muy tontos de plano. En todos mis años he visto unos y otros. Pienso que se deberían de poner más activos, a atender a la población, es su deber, es lo que piensa uno, pero luego ni nos voltean a ver", dijo.
 
Proveniente de una familia humilde, don Juan Salvador contó que desde muy pequeño trabajó en el campo, después emigró a la ciudad en busca de una mejor vida. "Cuando llegué a la ciudad comencé a trabajar en unas fábricas, en talleres de ferrocarril y me fue mejor, tanto que me instalé aquí y aquí sigo", concluyó.
 
EL INFORMADOR / ROBERTO ALARCÓN