¿Un organismo de ‘‘inteligencia’’?

Un pequeño grupo de periodistas nos reunimos una vez con un comandante de uno de los grupos de “inteligencia” que han tenido sucesivos gobiernos estatales y de Guadalajara. Ocurrió en la década pasada. La reunión se organizó a petición del personaje. Deseaba relacionarse con quienes podrían ayudarle a denunciar lo que ocurría en la corporación. El tema prometía ser interesante para la opinión pública: ¿Qué sucedía en ese organismo, visto desde su interior?

El comandante llegó nervioso. Hablaba a borbotones, cortaba ideas, sudaba y volteaba hacia los lados. Era su primera reunión con reporteros. Siempre había actuado fuera de luces, cámaras y micrófonos. Su tarea era recopilar datos para que otros los procesaran y tomaran decisiones. Se hallaba incómodo frente a quienes le preguntaban y demandaban, irónicamente, lo que tanto valoraba él: información. Pidió no grabar nada.

Difícil resultó la sesión. Sin embargo, reveló parte de lo que ocurría en esa agrupación. Y lo que, se puede presumir, sucede actualmente en sus similares.

¿Qué dijo? La corporación de agentes de civil, alrededor de 80 elementos, se dedicaba a proteger desde “brincos” o sitios de apuestas ilegales hasta palenques, extorsionar raterillos, amparar bandas de roba carros o que vendían droga, tomar fotografías, videos o intervenir teléfonos a petición de funcionarios, asaltar transeúntes, vender información a grupos políticos, seguir y hostigar a opositores al régimen, vigilar actos políticos, usar sus influencias para consumir sin pagar en antros, investigar posibles hechos delictivos con tintes políticos o armar indagaciones paralelas y traficar con expedientes o fichas, entre otras anomalías y delitos.

La corporación de “inteligencia” estatal en realidad era un grupo delictivo. Sin controles políticos y operativos reales y eficientes, al servicio del mejor postor, sin ética alguna, sin compromiso con ciudadanos e instituciones. Actuaban en las penumbras y generaban más oscuridad e ilegalidad. No volvimos a saber del comandante. Las evidencias que pedimos para publicarlas nunca llegaron.

La agrupación estatal recuerda a la extinta y cruel Dirección Federal de Seguridad, la policía política que terminó por podrirse tras usarla el régimen priista. De sus filas, numerosos agentes se pasaron al narcotráfico.

Lo anterior viene a cuento luego de que alcaldes metropolitanos proponen crear un Centro de Información Estratégica. ¿Habrán realizado un diagnóstico de lo ocurrido en Jalisco con estos organismos? ¿Conocen las experiencias nacionales e internacionales? ¿Cómo se supervisará, controlará y exigirá cuentas a los responsables? ¿Quién garantiza que no cometan actos ilegales? Un organismo así puede contribuir a combatir la delincuencia, pero también está propenso a ser otro grupo delictivo más, con placa, pistola e impunidad.