Sábado, 23 de Noviembre 2024
Jalisco | Con una pieza de graffiti, vecinos del Barrio de Analco recuerdan a sus víctimas

Un mural para recordar la catástrofe

Con una pieza de graffiti que rebasa los 18 metros de largo, vecinos del Barrio de Analco recuerdan a sus víctimas

Por: EL INFORMADOR

'Satrok' quien a 22 años de asestada la herida a Guadalajara, decidió plasmar esa narración y, aún mejor: hacer de ella un homenaje.  /

'Satrok' quien a 22 años de asestada la herida a Guadalajara, decidió plasmar esa narración y, aún mejor: hacer de ella un homenaje. /

GUADALAJARA, JALISCO (21/ABR/2014).-Una generación vivió la tragedia y otra la aprendió de ese recuerdo, pero ambas quedaron marcadas por el día en que las calles del Barrio de Analco se cimbraron y una grieta devoró casas, autos y personas por igual, convirtiendo 15 kilómetros de ciudad en catástrofe y caos.

El día 22 del mes cuatro del año de 1992, el turno laboral de Magdalena Orozco en el hospital San Juan Bosco le obligó a atender enfermos y heridos, pero debido a las explosiones en la zona de la calle Gante por combustible acumulado en el subsuelo, su interminable jornada se centró en auxiliar a los doctores para aminorar el severo daño corporal de niños y adultos trasladados desde la "zona cero".

A manera de catarsis, compartió sus historias en repetidas ocasiones con su hijo José Luis, quien a 22 años de asestada la herida a Guadalajara, decidió plasmar esa narración y, aún mejor: hacer de ella un homenaje.

Hoy, José Luis es mejor reconocido como "Satrok", integrante de la "ETC" crew y un experimentado practicante del graffiti artístico. Desde el Viernes Santo se ha enfrentado, junto con 11 de sus colegas, a un otrora aburrido muro blanco ubicado en la intersección de las calles 20 de Noviembre y Antonio Bravo.

La asociación civil Vertiente Social Muralista logró reunir la pintura y aerosol suficientes para que miembros de al menos cinco colectivos de ese arte urbano llenen de color una pared de 18 metros de largo por cuatro de ancho; un muro que está en donde hace más de dos décadas había escombros y cuerpos atrapados.

"Ella me contó que llegaban heridos con, literalmente, las tripas de fuera; sin brazos, sin pies... cosas bien exageradas. Me contó una de varios niños con la cabeza abierta (...) Eso fue una de las cosas que me decidieron a participar. Además es un tema bastante emotivo: a la gente que pasa le da como nostalgia", narra "Satrok".

El joven detiene su trabajo sobre la barda para narrar la colaboración que hace en ella: escribe los nombres de las víctimas, recuperados tanto de testimonios como de medios de comunicación... y de algunos vecinos que ayudaron a crecerla.

"Hay mucha gente que pasa y dice: '¡no inventes, él era mi vecino, o mi tía o mi sobrina...!', entonces es gente a la que le llega el sentimiento con todo esto y eso es bonito, es lo que buscamos: transmitir eso con el graffiti".

Graffiteros recuerdan a víctimas de las explosiones en el mural


Se suma el "Time", otro de los taggers (graffiteros) que rinden homenaje a las víctimas de las explosiones del 22 de abril. Él prefiere destacar la valía de los nombres rescatados y que quedarán plasmados en el muro, junto a un reloj que marca la hora exacta en que se registró la primera explosión (10.10) y un dibujo basado en las fotografías de la calle Gante abierta, todo llevado al estilo callejero del "graff".

"Hay rumores de que entraban camiones llenos de gente y se supone que nomás murieron 200 y tantas personas. ¿Tú crees que nomás van a ser esas? Los nombres, que para el gobierno ahora son sólo números, una cantidad "x" de fallecidos, le dan vida a una memoria como lo que se merecen: un honor a ellos porque ni los toman en cuenta, la verdad. La idea es darles memoria y vida de nuevo para que los vean".

Giovanni, "el Tape", se une al diálogo y recuerda que su madre y su abuelo le contaron sobre el apoyo que dieron en las labores de rescate, y cómo siempre se mencionó en el lugar de los hechos un camión lleno de pasajeros que, al no haber éxito en su localización, simplemente "se dio por perdido".

Mientras, Valente Ixtlahuaque, impulsor principal de la creación de esa pieza (en ella incluso está plasmada la imagen de su madre, fallecida recientemente), es abordado por un trabajador de las proximidades. Su patrón le pidió que preguntara si les gustaría continuar con su creatividad, ahora en el muro "rayoneado" de su empresa.

Antes, Valente acudió a ocho espacios para pedir bardas; las mismas veces fue "bateado". Bastó que los vecinos vieran la calidad del trabajo para que las posiciones se invirtieran.

¿Y cómo reunieron el material?

Pues fue una cooperacha. Todos nos ayudamos; de hecho la vinílica (para fondear) fue donada por un particular.

La meta del ejercicio es simple: los afectados, como la mamá del "Satrok", deben recordar y a la vez liberarse: tener catarsis. Para eso es el muro.

"Que quede para la comunidad como reflejo de aquel sufrimiento. El que esté en la zona afectada, más que tristeza debe dar esperanza. Además, como dicen los chavos: los muros blancos no dicen nada y con este muro lleno de color, todos los vecinos están contentos. Nos han venido a traer agua, a echar porras, a contarnos sus historias, y a llorar".

Y, tras aceptar que ninguno de los jóvenes pertenece a la generación que vio o ayudó a asistir a las víctimas, concluye: "Muchos no vivieron el desastre, pero el eco lo viven a través de sus familias, las crónicas, lo que les cuentan sus papás".

EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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