Jalisco | La ciudad y los días por Juan Palomar Verea Un ingeniero de árboles: Agustín Gómez y Gutiérrez La ingeniería fue la profesión que abrazaron quienes construyeron lo mejor del siglo XX tapatío Por: EL INFORMADOR 6 de agosto de 2010 - 06:18 hs La ingeniería fue la profesión que abrazaron quienes construyeron lo mejor del siglo XX tapatío. Los azares de la historia local hicieron que, entre 1899 y 1930, la opción local para quienes quisieran acercarse a las disciplinas constructivas fuese la mítica Escuela Libre de Ingenieros, fundada y dirigida por don Ambrosio Ulloa. De esta institución egresaron las generaciones que dieron forma y solidez a mucho de lo que por esas décadas se construyó en Jalisco. Presas, ingenios, caminos, puentes, tempranas edificaciones industriales, fraccionamientos, edificios y casas. No había mayor distinción entre los géneros que los ingenieros acometían. Su sólida formación técnica, su comprensión del medio físico en el que se desenvolvían, y un esencial sentido común no ajeno a la expresión artística parecen ser las constantes que acompañaron el trayecto de muchos de ellos. Contemporáneamente, otro ingeniero tapatío realizó una carrera brillante y llena de utilidad, que conviene recordar y tener presente. Agustín Gómez y Gutiérrez (1901-1983) estudió, a principios de la segunda década del siglo pasado, la carrera de ingeniero forestal en Chapingo. Allí, entró en contacto con su paisano Miguel Ángel de Quevedo (1859-1946), de quien llegó a ser secretario particular. El así llamado Apóstol del árbol –quien logró elevar en 800% las áreas verdes de la ciudad de México- ya tenía para entonces una sólida trayectoria, y encontró en Gómez y Gutiérrez un aventajado discípulo. El ingeniero pasó después cinco años en Canadá y Estados Unidos, en donde se especializó en la reproducción de árboles. Tras una temporada trabajando en el Jardín Botánico del Bronx, en Nueva York, regresó a la ciudad de México, en donde su mentor Miguel Ángel de Quevedo lo impulsó para ser director de Parques y Jardines de la urbe. Durante el periodo del presidente Ávila Camacho muchos fueron sus logros; entre otras cosas, elaboró el ambicioso proyecto de establecer mil viveros en todo el país. En 1942, a iniciativa del licenciado González Gallo, Gómez y Gutiérrez se trasladó a Guadalajara, su ciudad natal, en donde por un cuarto de siglo fue el director de Parques y Jardines. A él se deben incontables plantaciones de árboles, muchas de ellas de lo mejor y más consistente con que cuenta nuestra ciudad. A lo largo de los años setenta estas enseñanzas fueron impartidas, con bondadosa sabiduría, por el ingeniero Gómez y Gutiérrez en las aulas de la Escuela de Arquitectura del Iteso. Existe un proyecto integral, de que da cuenta un manuscrito de su autoría y fechado en 1947, para arbolar con criterios racionales y estéticos la totalidad de la ciudad. Calle por calle, en cada uno de los cuatro sectores tradicionales, se disponían las especies, su colocación, los principios para su adecuada supervivencia y cuidado. No existe otro antecedente de tal relevancia y profundidad para lograr la mejoría forestal de Guadalajara. Es importante para la ciudad reconocer a este señalado ingeniero de árboles, recuperar sus enseñanzas y su legado, entender en toda su valía el acercamiento profundo y lleno de sentido común a la indispensable presencia del árbol en el contexto urbano. Temas La ciudad y los días Juan Palomar Verea Lee También Clima en Ciudad de México hoy: el pronóstico para el sábado 30 de noviembre de 2024 Marcelo Ebrard presenta denuncia ante FGR contra Plaza Izazaga Conciertos navideños en CDMX: Fechas, sedes y cuánto cuestan los boletos Bolo Fest de Liverpool 2024: Alternativas viales en CDMX tras cierre de calles Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones