GUADALAJARA, JALISCO (27/FEB/2013). – Los representantes del Gobierno Federal, representado por Vicente Fox Quezada, no acudieron al acto protocolario donde Francisco Ramírez Acuña sería envestido como nuevo mandatario estatal. Al igual que su predecesor, Alberto Cárdenas, Ramírez convocó a todas las partes a unir voluntades para alcanzar "el Jalisco que todos queremos". El gobernador trazó cinco metas de arranque: oportunidades para todos, un gobierno cercano y transparente, desarrollo humano integral para los jaliscienses, combate frontal contra la delincuencia y desarrollo equilibrado y sustentable para todas las regiones y los municipios del Estado. Fernando Guzmán Pérez Peláez, entonces presidente del Congreso, dijo a Ramírez Acuña que no encontraría un "cheque en blanco" en el Legislativo, aunque tampoco "enfrentamientos estériles". El segundo gobernador jalisciense proveniente del Partido Acción Nacional prometió que la corrupción "no tendría cabida" en su administración; dijo que entregaría cuentas claras y que no tenía "más compromisos que servir al pueblo que lo eligió". Ramírez Acuña categorizó a su sexenio como el "del campo", y aseguró que el tema del agua sería prioritario en su agenda. Por ello, dio impulso al nacimiento de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento (CEAS), a cargo del priista Enrique Dau, quien "apretó tuercas” en la Federación para que Guanajuato no acaparara toda el agua del Río Lerma hacia el Lago de Chapala. Sobre su relación con la Universidad de Guadalajara, prometió que ésta sería "cercana, respetuosa y provechosa". Al término del acto protocolario de envestidura, Francisco Ramírez Acuña encabezó una verbena popular en Plaza de la Liberación. La noche de ese 1 de marzo de 2001, el nuevo mandatario estatal y un grupo de panistas se reunieron en la Expo Guadalajara para celebrar al nuevo gobernador. Los asistentes comieron crema de chile chipotle con queso roquefort, salmón bañado con salsa de langosta y whisky.Su primer día como gobernador electo lo inició desayunando con representantes de medios, a quienes dijo que, en menos de un mes, iniciaría sus primeras giras de trabajo por el interior del Estado. El segundo día lo compartió alimentos con todos los diputados de Jalisco, a quienes habló de la eficiencia de su equipo y aseguró que ningún secretario o funcionario tendría su trabajo seguro, pues "ese nos lo tenemos que ganar a diario".Su sexenio concluyó el 21 de noviembre de 2006, al aceptar la propuesta del Presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa, para tomar las riendas de la Secretaría de Gobierno. Al cierre de su administración, heredó una deuda por más de seis mil 500 millones de pesos. EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
