Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | La banqueta de Javier Mina frente al Mercado Libertad ahora es más fácil de transitar

Todo tranquilo, sin ambulantaje en San Juan de Dios

La banqueta de Javier Mina frente al Mercado Libertad ahora es más fácil de transitar

Por: EL INFORMADOR

La gente ya no se detiene a ver. Aunque tampoco es ahuyentada.  /

La gente ya no se detiene a ver. Aunque tampoco es ahuyentada. /

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2013).- El camino está despejado. Sólo hay caminantes que tienen un origen y van a un destino. Ninguno de ellos se queda en el banquetón; mucho menos grita ofertas o te llama "amigo" y se pone a tus órdenes sin compromiso.
 
Las caderas no chocan ni hay que mantener protegida la cartera para evitar que una mano intrusa la tome. Los relojes de marca a 200 pesos, con posibilidad de bajarle a 50 con poquito diálogo, tampoco se ofrecen. Es más, ni una muestra de los perfumes que usan los famosos llega al brazo, para animar al cliente en potencia a adquirir la botella pagando solamente 50 centavos por mililitro.
 
La amplia banqueta de la avenida Javier Mina está sola. Es un escenario atípico el que se vive desde el lunes por la mañana en las proximidades del Mercado Libertad (al cual todos reconocen como San Juan de Dios), y que a decir del locatario de un puesto de periódicos --que vende todo, excepto periódicos--, ha disminuido la presencia de compradores.
 
En efecto, la gente ya no se detiene a ver. Aunque tampoco es ahuyentada; solo no tiene nada que ver, no hay razón por la que deba permanecer llenando sus pulmones con contaminantes en la banqueta de la transitada avenida.
 
"Está bien tranquilo", dice, antes de morder el último bocado que hay en su plato desechable. "Ni las moscas se paran ya". Los peatones que antes podían ocultarse entre la muchedumbre para acercársele y pedir la revista con la letra muda y la clasificación para mayores de edad, hoy sienten el rigor de la exposición, e irónicamente descontinuaron las ventas en el único puesto establecido que se permitió seguir en pie en las proximidades del mercado.
 
Todos caminan. Nadie se detiene. Pero el contraste está en quienes trabajan en los puestos techados. Ellos lo celebran: ya tienen amigos, y pueden ponerse a sus órdenes, sin compromiso.
 
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA

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