Viernes, 29 de Noviembre 2024
Jalisco | Al revés volteado por Norberto Álvarez Romo

Teléfono descompuesto

Son ya tantas cosas que se dicen por tantos medios, que la capacidad de emitir mensajes de nuestra sociedad ha rebasado su capacidad de recibir y procesarlos

Por: EL INFORMADOR

Como resultado de los cambios que en el país vivimos, periódicamente aparece desde hace tiempo la advertencia, generalmente desatendida, de no perder la mira sobre lo importante, frente a la distracción de lo urgente. El consejo principal, poco escuchado, aunque sutilmente repetido, ha sido que procuremos evitar caer en ese modo de “apaga fueguitos” que tanto nos ocupa el tiempo y la atención en emergencias triviales que nunca acaban; ese modo de andar de prisa y llegar a ningún lado. Mucho pisoteo y poco caminar.

Con el afán de mantenernos informados, y en el ejercicio de la libertad de expresión, se nos bombardea por todas partes con mensajes de manera tan tupida que ya no logran el efecto que se pretendía en su intención original. Entre las muchas cosas que se nos informa que suceden, pocas de ellas son acontecimientos que realmente importan y que contribuyen a enriquecer el sentido que le damos a nuestras vidas. Pocos mensajes realmente enriquecen nuestro sentido del pasado construyéndonos una historia más verdadera; o del presente, mejorándonos la calidad y satisfacción de la vida; o de nuestro futuro, alimentándonos sueños por un devenir más alentador.

Son ya tantas cosas que se dicen por tantos medios, que la capacidad de emitir mensajes de nuestra sociedad ha rebasado su capacidad de recibir y procesarlos. Nos estamos quedando hablando solos.

Primero se jactaban, desde los años sesenta y setenta, de la popularización de los medios de comunicación masificando la radio, prensa y televisión. Luego vino la “revolución de la información” con el nacimiento de las computadoras PC’s en los años ochenta y noventa, y del internet. Ahora parece que estar “muy” informado no equivale a estar “bien” informado y se presume que ya no es la información lo que es poder, sino que lo es precisamente el “conocimiento”. Se reconoce ahora que entre tanta información hay que encontrar sensatez; y la sociedad de la información en menos de una década ha cedido su paso a la sociedad del conocimiento y las redes sociales. A esta velocidad, quizás nos toque ver en un futuro no muy lejano que la Humanidad avance un paso más, superando la moda de momento y que la nueva presunción será llegar ya no sólo a conocer, sino a entender mejor.
El acelerado avance científico y tecnológico ha hecho que seamos ahora distintos en la vida exterior. Sin embargo, concerniente a nuestra vida interior, su calidad y riqueza se ha visto rezagada, acaso desmejorada. La disparidad que padecemos entre ambas caras de la vida manifiesta la debilidad de nuestra época.

Ya el mismo Einstein reconoció que la perfección de medios y la confusión de metas parecían ser nuestro principal problema. En las guerras hemos visto la aplicación más baja de la tecnología más alta y que el espíritu humano se doblega ante la fortaleza del cuerpo asistido por la mecánica. En lo cotidiano hemos visto el enaltecimiento de lo banal en la tele, el chateo e-mail y los celulares. Como un teléfono cuya descompostura no se ha advertido.

Nuestra propia historia nos ha mostrado que los auges vienen en ciclos y que las subidas aceleradas se acompañan con caídas precipitadas. Así, por ejemplo, la mayoría de las primeras ciudades, que fueron asentadas en los mejores paraísos de aquel entonces, dejaron desiertos extensos al terminar su ciclo de vida. Pocas ciudades antiguas sobrevivieron a sí mismas con suerte. Pocas ciudades actuales prometen suerte para sobrevivir.

Olvidando que lo que nos interesa se sustenta en lo que valoramos, nuestra atención se distrae fácilmente ante los múltiples mensajes que compiten por penetrar hacia el interior de nuestra mente y encontrar un lugar para ejercer su influencia sobre nuestra voluntad. ¿Cómo podemos aprender a vivir el progreso con sus distintas facetas y volvernos más hábiles para responder positivamente ante un mundo extremadamente cambiante?

Temas

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones