Tapatíos quieren más espacios públicos y mejor repartidos

GUADALAJARA, JALISCO (09/NOV/2012).- La calidad de vida en una ciudad está íntimamente relacionada con sus espacios públicos: banquetas, parques, plazas y vialidades armónicas. Sin embargo, el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) ha crecido vertiginosamente en los últimos años sin incorporar los espacios públicos necesarios para evitar que convertirse en un gran dormitorio. Según la Segunda Encuesta de Percepción sobre Calidad de Vida del observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos, los habitantes de la ciudad opinan que no existe municipio a nivel metropolitano que cumpla con los mínimos requeridos en este rubro; por el contrario, queda claro que los espacios públicos son insuficientes en la ciudad y, para agravar el asunto, su distribución tampoco es equitativa.

En consonancia con el estudio de opinión del observatorio ciudadano, mientras en el municipio de Guadalajara 48% de los habitantes cree que en su demarcación hay acceso suficiente a los espacios públicos, en El Salto —municipio periférico del ÁMG que ha recibido pocas inversiones— apenas piensa así 25% de los habitantes, mientras que el otro 75% cree que esto empeoró.

Tlajomulco de Zúñiga, el municipio con más crecimiento demográfico del AMG, es la demarcación que presenta mejor índice en espacios públicos: 49% los considera suficientes. En promedio, a escala metropolitana, 40% de los habitantes cree que existen espacios públicos suficientes en la urbe, mientras que seis de cada 10 tapatíos opinan lo contrario.

Sin embargo, el aprecio por los espacios públicos continúa consolidándose: ocho de cada 10 tapatíos considera que los espacios públicos le imprimen valor a su propiedad, lo que significa que vivir cerca de un parque, una plaza o un camellón en buenas condiciones añade plusvalía a la propiedad y a la colonia en general.“

TOLERAMOS EL ABUSO DE LAS BANQUETAS

No es raro que el tapatío se moleste más por un auto que obstruye un carril de una avenida que por una fila de coches que bloquean toda una banqueta. Para el arquitecto Alfredo Hidalgo Rasmussen, la tolerancia que tenemos los tapatíos a las violaciones constantes a las banquetas contrasta con la poca permisividad que mostramos a las malas condiciones para circular en automóvil. “Con el mal estado de las banquetas somos muy tolerantes, te diría que en extremo: somos corresponsables del mal cuidado de ellas, porque nos olvidamos rápidamente que están ahí. Un auto bloquea una banqueta y nos bajamos a la calle y rodeamos, no nos importa, pero, si alguien tapa un carril del tránsito, la indignación es total”.

Tal fenómeno de tolerancia se manifiesta en la Segunda Encuesta de Percepción Ciudadana sobre Calidad de Vida: en desarrollo urbano, los ciudadanos expresan mayor rechazo (36%) al estado de las calles o mala pavimentación que al mal estado de las banquetas (34%), las cuales, poco o mucho, son utilizadas por todos los habitantes de la ciudad.

En relación con los espacios públicos, el integrante del equipo temático sobre Espacio Público en el observatorio ciudadano considera que hay algunos resultados del estudio demoscópico que son “sorprendentes”. Por ejemplo, ocho de cada 10 habitantes consideran que los espacios públicos dan plusvalía a su propiedad (casa, departamento, oficina), lo que le parece sumamente alto: “A todos nos gustaría que este número fuera el reflejo de un cambio sociocultural”, pero, advierte, “cuando una persona opta por una propiedad u otra, el espacio público no es necesariamente el criterio más importante; la seguridad es una prioridad mayor”.