Lunes, 25 de Noviembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

—Surrealismo

Entre el accidente y los partidos de la Chivas

Por: EL INFORMADOR

Por si alguna duda quedaba acerca de los elementos de juicio —los pelos, que seguramente tenía en la mano, de la burra parda— de que disponía André Bretón, llamado “El padre del Surrealismo” (movimiento intelectual surgido en la primera mitad del siglo XX, y que intentaba enriquecer al realismo con elementos de lo imaginario y lo irracional), para aseverar que México “es un país surrealista”, ahí están algunos de los más recientes episodios de nuestra historia aldeana...

—II—

Por una parte, la sabia recomendación de quien encarna, en su grado máximo, a la autoridad en la Ínsula Barataria metida a martillazos en el mapamundi con el nombre de Jalisco, de que hacerle al tancredo —o, más piadosamente, hacer como que la Virgen nos habla— con respecto al granadazo del antepasado fin de semana en Puerto Vallarta, es “lo mejor para Jalisco”. Si ya se convino, desde el primer momento, en que la verdad oficial —¡tan diferente, tantas veces, a la verdad sin apellidos!— consiste en que se trató, sin más, de un accidente, ¿qué caso tiene complicarse la existencia, buscando una explicación que de todos modos no podrá demostrarse, y al rato se resolverá, fatalmente, con el clásico “carpetazo”?...

Por la otra, la atenta “recomendación” del secretario de Vialidad, Diego Monraz, para que los dirigentes del Guadalajara, si no lo interpretan como una insolencia o un desacato de su parte, se dignen considerar la posibilidad de llevarse sus “Chivas” a otro lado para los próximos partidos del campeonato, mientras no se hagan las adecuaciones viales que desde hace varios meses se consideraron imprescindibles para el desplazamiento ordenado y razonablemente expedito de los aficionados hacia y desde su flamante estadio.

—III—

El argumento central del funcionario es invencible: en las condiciones actuales, mientras no se construya el nodo que permita tener, al menos, dos vías de acceso y salida del inmueble, cada que haya partido habrá severos embotellamientos viales, de hora y media antes y otro tanto después, y cuyas repercusiones afectarán a ciudadanos que estén, como quien oye llover y no se moja, hasta a 15 kilómetros de distancia del estadio.

¡Ah, señor Don Simón: los tiempos aquellos en que se amarraba a los perros con longaniza, y en que los gobernantes se ahorraban el papelón de emitir “recomendaciones” —tan atentas como estériles—, y, en acatamiento de la ley y de su “protesta” de cumplirla y hacerla cumplir, se limitaban a gobernar...!

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