Se van con un miembro más en la familia: su perro

GUADALAJARA, JALISCO (24/ABR/2016).- La familia Rosas Tovar, de la colonia Los Cántaros, está conformada por papá, mamá, dos hijos y una perra pastor alemán. Pero hoy, la familia creció a seis integrantes.

Bruno y su papá, Fernando Rosas, acudieron a la feria de adopción animal de Tlaquepaque, en la Pila Seca, donde experimentaron amor a primera vista con un pitbull color café.

El pequeño Bruno, de 10 años, no se separó de su perro hasta que se lo llevaron a casa. Su nueva mascota se llamará Mario, pues le recuerda a un amigo, dice Bruno muy serio.

La familia ya tiene una hembra de pastor alemán en casa, también adoptada hace unos meses, por lo que saben de la responsabilidad de abrir la casa a un nuevo integrante.

“Me gustan los perros, más que los gatos, siento que un perro me quiero mucho, como yo lo quiero mucho, y a Mario lo voy a cuidar mucho y le voy a dar de comer”, comentó Bruno.

Otra perrita que se fue en adopción fue una dálmata llamada Kina que, juguetona, se fue brincando con su nuevo amigo, Ricardo Martín del Campo.

“He tenido dos perros, un pastor alemán y un pug, murieron de viejos, me duraron mucho; prefiero adoptar, porque hay muchos perros en la calle y no se me hace justo estar comprando, es mejor darles un hogar”, expresó Ricardo.

Centro de Salud Animal da seguimiento en viviendas

Omar Estrada, jefe de Centro de Salud Animal del gobierno municipal de Tlaquepaque, llegó con un grupo de trabajadores, 10 perros y un gato, que serían puestos en adopción.

La feria comenzó a las 09:00 horas y terminará a las 14:00 horas; pero antes de las 11:00 horas, cuatro perros ya habían encontrado un nuevo hogar.

“Hay perritos que tienen hasta cuatro meses con nosotros, y estamos esperado un adoptante para que vaya por él, porque son perritos con buen temperamento y raza pequeña, que es lo que buscan las familias, por las casas pequeñas; es la primera feria y nos ha ido muy bien”.

Para poder adoptar a uno de los perritos o gato, el interesado debe presentar una copia de la identificación oficial del Instituto Nacional Electoral (INE) y otra de un comprobante de domicilio.

Las personas firman una carta de responsabilidad, donde se les compromete a que no dejarán al perro en la azotea, que le darán de comer y le pondrán todas sus vacunas y atención que requiera.

“Se les da seguimiento, por eso se les pide su domicilio; vamos y checamos que no los tengan en buen estado, que vivan con ellos, que le den agua, comida, que convivan con él; en caso de que alguien se arrepienta, nos lo pueden regresar al centro de salud, y le damos otra oportunidad para ver con quién se va”, puntualizó Omar Estrada.

EL INFORMADOR / THAMARA VILLASEÑOR