Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | La estrategia se enfoca a una mínima parte de las personas con carencia alimentaria

Se queda corta Cruzada Nacional contra el Hambre en Jalisco

La estrategia federal contra la carencia alimentaria tiene una población objetivo de 143 mil 812 jaliscienses, de un millón 579 mil personas que la padecen

Por: EL INFORMADOR

Entre 2008 y 2012, el porcentaje de personas con carencia alimentaria aumentó 23.5% en Jalisco, posicionándose en el lugar 23.  /

Entre 2008 y 2012, el porcentaje de personas con carencia alimentaria aumentó 23.5% en Jalisco, posicionándose en el lugar 23. /

GUADALAJARA, JALISCO (20/JUN/2014).- Los esfuerzos por eliminar la pobreza alimentaria en México no son nuevos, por el contrario, el país ha sido pionero en el diseño de programas para reducirla, sin embargo, las políticas públicas no han obtenido resultados de largo alcance que realmente incidan en su abatimiento.

A casi 18 meses de su lanzamiento, el Presidente Enrique Peña Nieto informó a inicios de mes que se había llegado a más de tres millones de personas, quienes ya tienen garantizada su alimentación. “Esperamos este mismo año llegar a 5.5 millones de personas, con lo cual estaremos cerca de la meta de atender a esos siete millones de mexicanos en pobreza extrema y carencia alimentaria”, informó en un mensaje.

La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) difunde, entre los avances en Jalisco, la incorporación de más de seis mil 291 familias al programa Oportunidades; la entrega de la tarjeta SINHambre a cinco mil 527 familias; la apertura de 32 tiendas Diconsa, beneficiando a 43 mil 957 personas y la cobertura de 14 nuevas localidades con unidades móviles, beneficiando a siete mil 681 habitantes.

Asimismo refirió que, entre otros, se logró llegar a 42 mil 438 nuevos beneficiarios con leche fortificada Liconsa; que 53,915 nuevas personas se afiliaron al Programa Pensión para Adultos Mayores, y 170 mil 530 mujeres se inscribieron al Seguro de Vida para Jefas de Familia, tan sólo en los seis municipios atendidos por la estrategia federal.

Destacan también los 504 beneficiarios de los huertos familiares y proyectos de autoconsumo; seis mil 859 beneficiarios de apoyos a proyectos productivos, las más de 28 mil mujeres capacitadas para mejorar la alimentación; las casi nueve mil mujeres embarazadas y en periodo de lactancia que reciben suplementos alimenticios; y seis mil 856 niños beneficiados con suplementos alimenticios.

En total, la delegación en Jalisco explica que las diferentes dependencias involucradas en la estrategia invirtieron recursos que suman nueve mil 84 millones 017 mil 161 pesos únicamente para 2013. Para 2014, la Sedesol informó que no se puede establecer un presupuesto a ejercer, ya que el mismo se irá consolidado en la medida que se reportan los avances en las acciones.

Este año, el presupuesto nacional para la Cruzada Nacional contra el Hambre asciende a 200 mil millones de pesos, de los cuales, la Sedesol aportaría 80 mil millones de pesos.

En Jalisco, la segunda etapa de la estrategia  tendrá 14 municipios intervenidos en total con una población objetivo de 143 mil 812 personas. Así pues, la meta de la Sedesol es que este año el porcentaje de avance crezca para que sean atendidos ocho de cada 10 jaliscienses con problemas de alimentación, llegando a 48 mil 862 habitantes más.

Aumentan las personas que viven con hambre

Según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el porcentaje de personas con carencia alimentaria en Jalisco aumentó 23.5% entre 2008 y 2012, al pasar de 1 millón 282 mil 218 personas a 1 millón 579 mil 846 en Jalisco.

Así pues, el Estado se posiciona en el lugar 23 con el 20.6% de su población total estatal en inseguridad alimentaria, de la cual 12.4% corresponde a la inseguridad alimentaria moderada y 8.2% a la severa. En tanto, 19.3% se encuentra en inseguridad alimentaria leve.

Pero la preocupación de los jaliscienses también se ha incrementado, según revela el estudio de percepción elaborado por el Observatorio Jalisco Cómo Vamos, pues una tercera parte de los encuestados dijo preocuparse porque en los últimos tres meses se acabaran los alimentos en el hogar.

La encuesta precisa que aunque Jalisco sea el cuarto Estado más rico del país, la riqueza per cápita disminuye y el pobre lo es cada vez más. Los datos anteriores resaltarían que en Jalisco las dificultades económicas se sienten en el estómago, y es que el estudio arrojó que cuatro de cada 10 jaliscienses padecen inseguridad alimentaria en las categorías de leve, media o grave.

• SUGIEREN ABONAR A LA LÓGICA DE LOS DERECHOS SOCIALES

Especialistas piden redefinir enfoque de la estrategia federal

Expertos en política social coinciden en que el enfoque de la estrategia federal debe rediseñarse para realmente contener y abatir la pobreza. Para los estudiosos del tema, el Gobierno Federal sigue operando bajo una visión asistencialista cuyo efecto poco impacto tiene en la reducción de la pobreza alimentaria.

“No existe una diferencia sustantiva entre la Cruzada y otros enfoques con los que se ha abordado la pobreza anteriormente, se sigue generando una dinámica clientelar con los más pobres, en lugar de verlos como sujetos de su propio desarrollo se les trata como objetos de ayuda gubernamental”, explica el académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Jorge Rocha Quintero, quien considera que el problema de fondo no está siendo atendido.  

La estrategia contra el hambre podría representar un retroceso en la política social de no abordarse desde una lógica de derechos de la población, explica el profesor del Departamento Economía, Administración y Finanzas del ITESO, Luis Ignacio Román Morales. “Se está ubicando bajo una lógica de beneficencia y de ayudas, no se trata de que el Gobierno le haga un favor a los pobres, es una obligación hacia los grupos con mayores problemas económicos y sociales”.  

“Será difícil abatir la pobreza entre 2012 y 2015 en las condiciones en que estamos operando, pues no hay grandes beneficiarios del crecimiento económico”, detalla el director general del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores sobre Antropología Social (Ciesas), Agustín Escobar Latapí.

El antropólogo del Ciesas recomienda atender la política urbana, y los dos instrumentos de gestión que han sido menos utilizados: el de la promoción del salario, por una parte, y las condiciones y precios de venta de los alimentos.

“Algunas vertientes de la Cruzada llegan al segundo punto, se ha puesto más énfasis en que el sector privado colabore, y es interesante porque disminuyen los costos de los involucrados pero no se garantiza que el precio de los alimentos baje, es importante verificar que la estrategia aumente el abasto y disminuya el precio”, opina Escobar Latapí.

Y es que, para el académico, hace un año se presentó una estrategia bastante completa para municipios y localidades rurales, dejando en entredicho lo que sucede con las poblaciones urbanas, por ello, insiste en reforzar la política urbana.

En el mismo sentido, el Coneval refiere que uno de los retos más relevantes es su aplicación en las zonas urbanas: “existe gran dificultad para encontrar a la población objetivo en las ciudades y para identificar las acciones que se generarán en estas zonas. De hecho, el país cuenta con un vacío de información sobre cómo atender a la población en pobreza en las zonas urbanas”.

“Desde el método de selección de los municipios hay errores garrafales, hay municipios con elevados niveles de pobreza que no fueron elegidos. El gran problema es que el método sustantivo para combatir la pobreza no cambia, se estarán aliviando sus efectos más nocivos pero no la abatiste”, explica Rocha Quintero.  

Para el investigador, la población objetivo y las metas a cumplir siguen siendo insuficientes. “No podemos descalificar la Cruzada, pero si decir que es insuficiente, y el punto de partida tendría que ser distinto, porque ahora es más de lo mismo, lo único que hace es abonar a lo que ya hemos hecho”.

Explica que debido a las estrategias anteriores mal enfocadas se ha generado en todo el país una pobreza que “no se mueve, que se mantiene en el mismo nivel, aunque en Jalisco tenemos un crecimiento sostenido mínimo, los resultados muestran que la estrategia es errónea”.

Resolver el problema de pobreza alimentaria va más allá de una campaña y depende de muchos factores, particularmente de un mejor desempeño económico, una mejor calidad educativa, condiciones mínimas en los hogares para desarrollar capacidades cognitivas y afectivas, así como de incentivos para integrarse a la nueva economía, señala Oliver Azuara Herrera del centro de análisis de políticas públicas México Evalúa.

El reto, vincular la política económica con la Cruzada

El Coneval considera fundamental lograr el acceso con calidad a los servicios básicos para toda la población, como complemento indispensable de la Cruzada; por ello sugiere incorporar indicadores complementarios para guiar los esfuerzos hacia el acceso efectivo a servicios de salud y educación.

Sostiene que el crecimiento económico y la creación de empleos es esencial para reducir la pobreza extrema y la carencia por acceso a la alimentación, por lo que exhorta incluir el crecimiento económico del país como un elemento explícito de la estrategia. “Este factor fue uno de los elementos más importantes de la reducción de la pobreza por ingresos en el caso brasileño y en ejemplos como los de China, India o Chile”.

Debido a que la pobreza es tan elevada, afirma que se “necesitarán esfuerzos más amplios que esta estrategia para reducirla de manera significativa”.

Los especialistas sugieren acompañar la estrategia federal de políticas de activación y desarrollo económico para contener el crecimiento sostenido de la pobreza en Jalisco, partiendo de una vinculación entre la política económica y la de combate a la pobreza.

Para Ignacio Román, articular los programas sociales con las economías locales sería una cuestión fundamental, apoyando en primera instancia a los micro y pequeños productores de cada lugar. “La Cruzada debe privilegiar que la mejora en el consumo de la población en zonas marginadas contribuya a una mejora en la capacidad económica de las zonas marginadas”.

Los hogares jaliscienses, reitera, tendrían que mantener la capacidad de alimentarse de manera sostenida y constante, en lugar de favorecer la alimentación a partir de transferencias inmediatas.

“Está bien que se trate de un programa de desarrollo y no únicamente de atención al hambre pero el gran reto aquí es promover el salario, mejorar el ingreso de las familias; pero también la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno y la integración de una política económica”, señala el antropólogo Escobar Latapí.

La desigualdad es otro de los grandes desafíos. “Por una parte tenemos un Estado muy rico, que tiene enclaves de desarrollo impresionantes pero con regiones en profundo abandono. La riqueza sigue estando concentrada territorialmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, Puerto Vallarta, Tepatitlán, Ciudad Guzmán, Autlán y Tamazula”, asegura Rocha Quintero.

Los expertos sugieren un mayor involucramiento de la sociedad civil e iniciativa privada en la estrategia federal. “La sociedad tendría que participar más de lleno en su implementación para asegurar que los recursos se ejerzan y las acciones se ejecuten; pero también en la evaluación y monitoreo de sus impactos”, dice Rocha Quintero.

En lo que refiere al sector empresarial, “debe éste contribuir a que la producción de riqueza se distribuya a través de la generación de más empleos de calidad para que los jaliscienses tengan un ingreso digno y cuenten con todas las prestaciones laborales”.

Las críticas...

Si bien el Coneval reconoce que la Cruzada ha tenido avances en estos meses, subraya que la política social debe incluir otras estrategias y acciones para conseguir el cumplimiento de los derechos sociales.

En su diagnóstico del diseño de la Cruzada, presenta diversos cuestionamientos, entre ellos: que no específica con claridad la problemática concreta con los productores rurales, ni de la merma post-cosecha, exhortando a la Sedesol a definir cuál será la intervención para mejorar los ingresos de los pequeños productores rurales; no está claro por qué se eligió el objetivo de desnutrición aguda y no, el de desnutrición crónica, problema de mayor incidencia en el país.

Menciona que no existe información pública referente a cómo impactan en los objetivos e indicadores diseñados en la Cruzada, la suscripción de diversos acuerdos con distintos sectores de la sociedad civil; no se tiene certeza del impacto de actividades culturales que ha impulsado la Cruzada -cortometrajes, fotografías, conciertos, etc.- para cumplir con los objetivos de la estrategia.

Tampoco es claro el mecanismo y criterios seguidos para el establecimiento de las metas intermedias (a 2015) y, en el caso de las metas sexenales, parecieran muy amplias porque se propone, en varios casos, la erradicación de la carencia social.

Se ha señalado también el riesgo de politizar la pobreza. “Las recetas clientelares de 1970, 1980 y 1990 probaron ser poco efectivas y focos de corrupción. Si regresamos a formar clientes en vez de ciudadanos, estaremos dando un paso hacia atrás. Tal parece que la Cruzada contra el Hambre de esta administración se encamina en esa dirección”, según México Evalúa.

Legisladores de oposición han criticado la discrecionalidad con la que se definió su población objetivo, sus reglas de operación, la poca transparencia en su implementación y hasta el discurso poco sensible que utilizan algunos de los funcionarios encargados de la política de desarrollo social.

“Esta administración federal decidió seguir operando un enorme conjunto de programas permeados por una visión asistencialista, el único cambio que hicieron fue agruparlos y llamarlos Cruzada Nacional contra el Hambre”, subraya en una iniciativa el senador perredista Isidro Pedraza.

La elección inicial de los 400 municipios resultó controvertida, en virtud de que muchos de los municipios con altos índices de marginación y pobreza no estaban considerados en la Cruzada Nacional contra el Hambre, sugiriéndose así usos de carácter electoral, resalta el legislador.

Desde sus inicios fue muy cuestionada la selección de los municipios y de las dependencias involucradas, asevera Luis Ignacio Román Morales, quien exige transparentar y revisar la posible liga entre empresas trasnacionales y grupos políticos para saber quiénes están tomando la batuta.

TELÓN DE FONDO

Los antecedentes en México

De acuerdo con la organización México Evalúa, “en el pasado existieron planes y programas que terminaron por extinguirse por su falta de claridad, reglas y, en algunos casos, corrupción. El presidente José López Portillo fue el primero en tratar de eliminar el hambre como tal”. Durante su administración se creó la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados, y el Sistema Alimentario Mexicano.

El centro de análisis recuenta que existieron otras políticas públicas para reducir el hambre y la desnutrición de manera aislada o mal diseñadas. Por ejemplo, la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) que se creó en 1962 con objeto de regular los precios de la canasta básica, con particular énfasis en la tortilla. Otros casos representaron esfuerzos aislados y sin continuidad entre administraciones.

El último ejemplo de iniciativas gubernamentales para acabar con la pobreza alimentaria tuvo lugar durante la administración de Vicente Fox. En mayo de 2003, el Gobierno foxista dio a conocer el “Pa’quete Alcance”, el cual se enfocaría en atender a la población que vivía en las comunidades más dispersas, pequeñas y pobres del país.

Esta iniciativa fue modificada para alinearse con la política social que había demostrado efectividad hasta entonces: Progresa-Oportunidades. El “Pa’quete Alcance” tuvo que ser modificado y hoy en día funciona como el “Programa de Apoyo Alimentario”. Este programa atiende a la población rural que no ha sido cubierta por el Programa Oportunidades, otorgando transferencias alimentarias a cambio de recibir servicios de salud.

EL DATO


La Cruzada Nacional contra el Hambre, lanzada hace un año, no es más que una estrategia que aglutina 70 programas de desarrollo, con el objetivo de atender a 7.4 millones de mexicanos con carencia alimentaria y pobreza extrema en el país.

Actualmente, la Cruzada Nacional contra el Hambre llega a mil 12 municipios prioritarios de todo el país en donde se concentra el 75% de la población en situación de pobreza extrema de alimentación. En la segunda etapa, desarrollada en 2014, se atienden 612 municipios más con objeto de alcanzar a 5.3 millones de pobres extremos alimentarios quienes representan el 75% de la población objetivo.

SABER MÁS

Las comunidades rurales son más vulnerables a sufrir pobreza alimentaria; mientras que en el área Metropolitana de Guadalajara los tres municipios con mejores condiciones de alimentación son Tlaquepaque, Zapopan y Guadalajara.

Tonalá, El Salto y Tlajomulco presentan deficiencias.

Por ejemplo en Guadalajara el 77% de los encuestados tiene seguridad alimentaria, mientras que en Tlajomulco apenas 44% cuentan con ella, según el Observatorio Jalisco Cómo Vamos.

NUMERALIA

1 millón 579 mil 846
jaliscienses viven con hambre, de acuerdo con el Coneval

3 millones
de pobres hay en Jalisco, según el último estudio del Coneval

70,278 jaliscienses comen mejor, según los avances de la Cruzada difundidos por la delegación de la Sedesol

48,862 jaliscienses es la meta de nuevos beneficiarios de la Cruzada contra el Hambre para este año en Jalisco

9 mil 084 millones
de pesos fue el presupuesto que ejerció la Cruzada en Jalisco en el 2013


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