Se acabaron las papitas

Con una pizca de humor, hace un par de meses, cuando apenas cumplía uno como coordinador de los diputados locales del Partido Acción Nacional (PAN), Abraham González Uyeda recomendaba a los aficionados a la grilla que se hicieran de una buena dotación de papitas y cervezas, y que se apoltronaran sobre su cojín preferido, si es que esperaban confrontaciones públicas entre los principales grupos panistas de Jalisco, principalmente el encabezado por el diputado federal Francisco Ramírez Acuña (en el que milita Don Abraham) y el del gobernador Emilio González Márquez.

“Ahí que esperen, porque pleito no va a haber”, sentenciaba González Uyeda, quien había dejado la Subsecretaría de Gobernación para ocupar la posición número uno de los diputados plurinominales del PAN en Jalisco, lo que significaba el privilegio de encabezar a los legisladores locales, con la bendición del grupo “paquista”, que en su momento controló a sus anchas el anterior coordinador parlamentario y hoy regidor tapatío, Jorge Salinas, y el que fuera dirigente estatal panista, Eduardo Rosales.

Pero que no haya habido pleitos con el gobernador fue insuficiente para que Don Abraham se mantuviera en el cargo de coordinador en el Congreso local siquiera tres meses: el pasado jueves 28 de abril fue sustituido por José María Martínez, quien si bien forma parte del mismo grupo político, ha generado su propia estructura de poder y cuenta ya en su currículo con la experiencia de haber sido líder parlamentario, justamente en el Gobierno de Ramírez Acuña.

El miércoles 27 de abril, momentos antes de que se formalizara la integración de una comisión para conducir el proceso de renovación del Consejo del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), que debe concretarse el último día de mayo, González Uyeda estuvo en el programa radiofónico “Cara a cara” de Promomedios Radio, en compañía del coordinador priista Roberto Marrufo.

Dos temas parecían traer inquieto al legislador del PAN: la propia renovación de consejeros del IEPC, y el desorden administrativo en el Congreso del Estado, del que prácticamente todos los días afloran escándalos por los manejos de recursos y la ocupación de plazas laborales al antojo de unos cuantos diputados y funcionarios.

En el segundo punto, los líderes del blanquiazul y el tricolor coincidían en que era imprescindible una limpieza a fondo en el Congreso, y en la Secretaría General, encabezada en la pasada Legislatura por el hoy diputado panista Alfredo Argüelles y en la actual por el priista Carlos Corona. Con fariseísmo o sinceridad, Uyeda y Marrufo admitían que son demasiadas las anomalías en el manejo del Legislativo.

Pero en el tema del IEPC también había una pequeña caja de Pandora, al menos para el panista. Mientras el entonces coordinador parlamentario aseguraba que no se negociarían cuotas y que nadie de los actuales consejeros estaba seguro para repetir, ya había versiones de que su sucesor, José María Martínez,
estaba tejiendo la red para tener bajo control al menos una parte del nuevo Consejo.

Así que el adversario de Don Abraham no estaba en Casa Jalisco, sino en su propia casa. Por eso se acabaron pronto las papitas.