Sábado, 23 de Noviembre 2024
Jalisco | La ciudad y los días por Juan Palomar Verea

San Pedro Tlaquepaque: valorar el territorio

Durante decenios, ha sido una muy perniciosa costumbre tratar al territorio como si fuera un bien ilimitado y barato

Por: EL INFORMADOR

Después de su población, el recurso más importante que tiene un municipio es su territorio. Un recurso por definición limitado, frágil e invaluable. Durante decenios, ha sido una muy perniciosa costumbre tratar al territorio como si fuera un bien ilimitado y barato. Y que además aguanta todos los maltratos. Los resultados están a la vista: en la Zona Metropolitana de Guadalajara existe una elevada proporción del suelo que ha sido sujeta a prácticas incompatibles con su naturaleza. De allí, entre otras cosas, los vastos desarrollos habitacionales y las desorbitadas reservas decretadas oficialmente para ese fin, establecidos en zonas no aptas para su implantación. De allí las muy preocupantes zonas de riesgo que se asientan, sobre todo, en la periferia de la mancha urbana.

Por otro lado, en el desafortunado y costosísimo proceso de dispersión urbana que la anarquía y la especulación inmobiliaria le han imprimido —como un impuesto injusto y gravoso— a toda la ciudad, no se ha tomado en cuenta un elemento fundamental para el cuidado del territorio: su aptitud. Zonas con un gran potencial agropecuario (como el excepcional valle de Tesistán o el de Toluquilla) se han edificado a troche y moche. Cualquier estudio serio de las estrategias fundamentales de una ciudad indica la enorme conveniencia de contar con suministros alimenticios de primera necesidad en zonas próximas a ella.

De allí que sea una buena noticia la intención del Ayuntamiento de San Pedro Tlaquepaque de preservar parte de lo que queda de su muy valioso y escaso territorio para el desarrollo de empresas agropecuarias. (EL INFORMADOR, 4 de octubre 2010). Lo anterior, a través del establecimiento de agroparques, que como se indica, son extensiones de tierra con cultivos protegidos (no a cielo abierto) bajo un esquema en el que se persigue la calidad uniforme del producto. La argumentación a favor de esta política de uso de suelo se apoya, precisamente, en las grandes ventajas competitivas que para la producción esperada tiene la existencia de toda la infraestructura de apoyo que se localiza ya en la zona metropolitana.

La preservación de la fértil superficie restante en el municipio ubicada en los valles de Santa María Tequepequexpan, Santa Anita y Toluquilla para un uso acorde con su aptitud, podrá generar una importante derrama económica para sus habitantes. Además, podría ser el eje rector para la reordenación territorial de las zonas aún libres de urbanización, y una herramienta efectiva para frenar la dispersión urbana y los graves daños ecológicos que se han generado a través de los últimos decenios. Deberá también servir de ejemplo para los demás municipios de la región metropolitana.

Es falso que solamente con la construcción de desarrollos de casas baratas se pueda impulsar la actividad económica en las zonas periféricas a la mancha citadina. Con esta excusa se han arruinado grandes extensiones del precioso recurso territorial. Ojalá que los propósitos de San Pedro Tlaquepaque logren romper esa inercia nociva y abran así un nuevo horizonte de posibilidades para el desarrollo metropolitano.

jpalomar@informador.com.mx

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