San Martín de Hidalgo, un México antiguo

QUÉ: exposición de Cristos tendidos.
DÓNDE: San Martín de Hidalgo, Jalisco.
CUÁNDO: viernes y sábado santos.
CUÁNTO: recorrido gratuito.   

GUADALAJARA, JALISCO (22/ABR/2011).- Preguntando se llega a Roma, y por la carretera a Cocula se llega a San Martín de Hidalgo. Cuesta hablar cuando durante el trayecto, espinosos matorrales de huizache y nopal dan la bienvenida a un pueblo que a cada paso recuerda los símbolos asociados con la identidad mexicana. Territorios plagados de una vegetación privilegiada, tierras fértiles donde se siembra el sustento y construcciones antiguas que cuentan rezos e historias.

Parece el pasado suspendido desde una máquina del tiempo o un presente alejado de la realidad de los municipios metropolitanos. Al circular en coche por la zona, se vislumbra que la economía del pueblo se compone en su mayoría por el comercio de productos locales: son visibles los sembradíos de maíz, sorgo y frijol, y se respira un aroma tradicional con los plantíos de sandía, jitomate y arroz.

En las comarcas del municipio no hay espacio para las potencias trasnacionales, pues son las pequeñas empresas las que lideran el mercado. Alrededor del territorio se posan 274 tiendas de abarrotes como reclamando una usanza del pueblo que las resguarda.

Aunque el tiempo transcurre dejando ligeras variaciones en la forma de vida de sus habitantes, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) indica que en San Martín de Hidalgo se mantiene el 30% de la población económicamente activa, y las principales actividades siguen siendo la agricultura, el comercio y la ganadería.

El México de ayer

Sus 26 mil habitantes también lo saben, aquí se preserva al México antiguo. Abundan las viejas casonas en el Centro Histórico, principalmente en las calles Hidalgo, La Libertad y Obregón.

La localidad se distingue por los muebles de madera elaborados por carpinteros locales, así como por huaraches tradicionales que visten de clásica a la artesanía sanmartinense.

A sus 74 años, don Juan Martínez todavía recuerda cómo era San Martín en su infancia: “Podíamos atravesar el pueblo caminando en 15 minutos, ahora todo ha crecido, ya no es como antes –cavila y dedica un momento a la añoranza–, pero todavía se puede vivir tranquilo”.

Otro de los atractivos de tradición es la Parroquia de Santa Cruz de las Flores, punto de encuentro de las familias del pueblo para recibir su semanario de fe o simplemente como espacio de recreación; este templo fue construido con un frente de rejas de hierro sostenidas por pilares que rematan en jarrón y prevalece radiante desde hace dos siglos.

También está la Capilla La Conchita, con portada de cantera rosa y vigente desde hace 300 años. Aquí se puede ver gente reunida para disfrutar la buena energía que genera la construcción, como doña Concepción Reyes, de 51 años, quien acompañada de dos de sus nietos comparte que a esta capilla ella debe su nombre: “Yo vengo aquí porque siento que estoy cerca de Dios, es un lugar bonito y tranquilo”.

De la vista al gusto

“De la vista nace el amor”, reza un proverbio, pero es también por el sentido del gusto como San Martín de Hidalgo enamora a sus visitantes.

En el centro de San Martín de Hidalgo se instala una veintena de locales con ofertas gastronómicas para saciar el apetito de los pobladores y turistas.

En el punto más elevado de la escala gastronómica, se posiciona la birria de la zona, apreciada por los más distinguidos conocedores; además, es inevitable probar el atole blanco y los vinos de agave y mezcal. Antojitos mexicanos como el pozole, las enchiladas y el mole, también gozan de gran popularidad.

Los Cristos tendidos

En este pueblo, que antes de la conquista fue habitado por integrantes de una tribu azteca, y estuvo bajo el dominio de Ameca, se preserva una tradición religiosa única en su tipo. Se trata del tendido de Cristos el Viernes Santo de cada año.

La tradición consiste en que decenas de familias poseedoras de Cristos, con origen entre los siglos XV y XVII –antes de la época colonial–, tienden en el suelo de sus propios hogares a la figura religiosa, justo al centro de un altar adornado con ramas de laurel, alfalfa, flores, incienso, germinados de alpiste de Lázaro y una imagen de la virgen de los Dolores.

La comunidad entera recorre las casas, en el día y la noche, hasta el sábado antes de las 10 de la mañana; durante las visitas sus dueños explican a los invitados el origen y los milagros de cada imagen. Se pueden observar Cristos como el “del Mezquite”, el “del Mariachi”, el “de la Agonía” o “del Eterno Amor”, todos con un nombre y elaborados por comunidades autóctonas.

Las autoridades eclesiásticas llevan un registro de todos los Cristos que datan de esas épocas. De acuerdo con el cura Vicente Rodríguez, se cuenta con 60 figuras y se pretende que esta tradición trascienda los límites geográficos del municipio y se conozca en otros lugares.

“Este es el único lugar en el mundo que la celebra (la exhibición) y la idea es preservar lo antiguo; este año una ciudad de Estados Unidos adoptará la tradición y hemos llevado el altar a municipios cercanos como Tequila, Cocula y Ameca”, señala el párroco.

Así es como los pobladores rinden tributo a las imágenes de sus antepasados, ésos que se asentaron sobre el ahora antiguo barrio de La Flecha y se dispersaron hasta crecer en más de 38 rancherías, todas ellas direccionadas hacia su cabecera municipal, San Martín de Hidalgo.

Recomendaciones

Si tiene interés en visitar este pueblo, un punto a tomar en cuenta es que la infraestructura turística no permite el alojamiento de una gran cantidad de visitantes, por lo que se aconseja reservar con anticipación.

La cabecera municipal sólo cuenta con un par de hoteles en su centro histórico: La Posada y El Chino, y uno más en las demarcaciones del lugar. Para mayores informes llamar al (01 385) 75 500 02, extensión 118.

¿Cómo llegar?

El pueblo está ubicado en la región valles de Jalisco, 64 kilómetros al suroeste de Guadalajara.

Para llegar al municipio será necesario tomar la carretera Guadalajara-Morelia, misma que tiene su punto de inicio en Tlajomulco, te direcciona por Acatlán de Juárez, Villa Corona y continúa por Cocula antes de llegar a San Martín de Hidalgo.

El tiempo estimado del trayecto es de una hora con 20 minutos.