Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Saldos del conflicto

Gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara pusieron fin a un conflicto que duró medio año y que amenazaba con prolongarse hasta el 2011

Por: EL INFORMADOR

Diego Petersen Farah.  /

Diego Petersen Farah. /

Finalmente, el Gobierno del Estado y la Universidad de Guadalajara pusieron fin a un conflicto que duró medio año y que amenazaba con prolongarse hasta el 2011. Un choque que al llegar a su fin deja una larga lista de perdedores y una muy corta de ganadores.

¿Quién perdió? Los dos principales personajes de esta novela: el gobernador Emilio González Márquez, y el ex rector y líder vitalicio de la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla, son sin duda los principales perdedores. Se sometieron mutuamente a una política de desgaste con saldo muy negativo para ambos. Fue un tour de force político en el que ninguno pudo vencer al otro, pero en el que se dieron con todo; ambos son fanáticos de las encuestas y conocen el resultado. Se fueron a 15 rounds, con un empate técnico que no le sirvió a ninguno. Los golpes que se dieron, sin embargo, fueron de tal magnitud y con tal difusión, que hoy por hoy la imagen de dos de los políticos más importantes del Estado está desgastada a nivel local y nacional.

Si los actores principales perdieron, a los de reparto no les fue mejor. La figura más desgastada en este conflicto es la del rector general, Marco Antonio Cortés Guardado. Nadie tenía duda de que, por la forma en que llegó en medio de la crisis del briseñazo, Cortés no iba a ser un rector fuerte y mucho menos independiente. Pero el papel que lo pusieron a jugar en la guerra lo mostró una y otra vez como una figura decorativa: las decisiones y las negociaciones importantes no pasaban por él, pero siempre tuvo que dar la cara.

Otra figura que rayó en la invisibilidad en este proceso fue el secretario de Educación, Antonio Gloria. Por razones obvias era él quien debió haber asumido el liderazgo dentro del gabinete en este conflicto. Primero porque era un tema de su cartera, y segundo para que el tema no le estallara al gobernador y fue evidente que no lo hizo. Como ahora los tancredos se sienten matadores, ni él ni el secretario de Gobierno, Fernando Guzmán, se mojaron ni se desgastaron.

La Universidad de Guadalajara también perdió y mucho. La UdeG fue sometida por sus directivos a un desgaste innecesario e insensato, más si atendemos a que el resultado en dinero para el tamaño de conflicto es francamente pobre. Los 210 millones de pesos que aportará el Gobierno del Estado son los mismos que había negociado el rector antes de que salieran a relucir las espadas. La comunidad universitaria perdió tiempo, pues muchas decisiones académicas importantes se pospusieron porque el conflicto canalizó toda la energía de la Universidad, y eso nadie lo contabiliza.

¿Quién ganó en el conflicto UdeG-Gobierno del Estado? Sin duda los medios de comunicación que tuvieron un par de campañas de anuncios y desplegados que no estaban en el presupuesto y que les reportaron buenas ventas. Y por supuesto, los que organizaron las marchas, porque esas ni se hacen solas ni son gratuitas.

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