Retiran 430 casetas telefónicas irregulares en Guadalajara

GUADALAJARA, JALISCO.- A un año de que comenzara el operativo para retirar casetas irregulares en el municipio de Guadalajara, la Dirección de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento tapatío ha retirado 430 principalmente en el Centro Histórico.

Héctor Castañón Reyes, titular de la dependencia, explicó que de estas 430 casetas telefónicas, 102 se instalaron en el primer cuadro de la ciudad una vez que culminó la reparación de banquetas, por lo que las empresas responsables ahora tendrán que pagar hasta cinco mil pesos de multa por cada aparato instalado de forma irregular, para reparar las aceras que fueron afectadas.

El funcionario detalló que el retiro de la infraestructura telefónica lo realiza el Ayuntamiento, pero los gastos corren a cuenta de la empresa que instaló las casetas violando la reglamentación municipal.

“Dentro de estas 102 casetas que se retiraron, estimamos que alrededor de 40 fueron instaladas por la misma compañía, BBG Comunicación. En lo que consiste el trabajo, es en que se levanta un acta de infracción a cada caseta telefónica y además se cobra a la compañía el retiro”.

Castañón Reyes dijo que para evitar que se sigan presentando este tipo de situaciones, se promoverá ante los regidores, una iniciativa para que las casetas telefónicas cuenten con un holograma que certifique la autorización otorgada por el municipio y el pago vigente de los derechos a la tesorería.

Agregó que los empresarios de telecomunicaciones que desean regularizarse, primero deben acudir a la Comisión de Planeación Urbana (Coplaur), ya que ésta es la encargada de definir las ubicaciones de las nuevas casetas para evitar la saturación. En el caso del primer cuadro, las compañías además deben obtener el visto bueno del Patronato del Centro Histórico, ya que en esta zona la imagen de las casetas debe ser uniforme y sin publicidad. Finalmente, debe cubrirse el pago de los derechos correspondientes ante la Tesorería Municipal.

En Zapopan también existe este problema.

EL INFORMADOR/ Gilberto Franco