Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | El SIAPA debe explicar postergación del segundo acueducto

Restan dos años de vida a Temacapulín, Acasico y Palmarejo

La Comisión Nacional del Agua estima que la presa El Zapotillo destinará agua a partir del temporal de 2014

Por: EL INFORMADOR

Obras en marcha. Trabajadores continúan con las labores de construcción de la presa El Zapotillo.  /

Obras en marcha. Trabajadores continúan con las labores de construcción de la presa El Zapotillo. /

GUADALAJARA, JALISCO (14/NOV/2012).- Autoridades locales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) estiman que para 2014 el nivel de agua almacenada en una para entonces concluida presa El Zapotillo, permita arrancar la distribución de líquido del Río Verde hasta León, Guanajuato, Los Altos de Jalisco y, de estar terminada la presa derivadora de El Purgatorio, también a la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Al término de una rueda de prensa, se le preguntó al director del Organismo de Cuenca Lerma-Santiago-Pacífico, Raúl Antonio Iglesias Benítez, cuándo prevé que arrancaría la inundación de los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo. Respondió que, dependiendo la intensidad del temporal del año entrante, podrían comenzar a operar las compuertas para permitir la acumulación de agua, de tal manera que en 2014 “ya esté listo”.

Aunado a ello, se anunció que este mes arrancan los trabajos para el Acueducto Los Altos-León (que acercaría el agua de El Zapotillo a esos lugares), con miras a concluir su instalación para 2015.

Iglesias Benítez confirmó que Jalisco obtendrá concesión por 76% del agua del Río Verde, en tanto que Guanajuato se quedaría con 24% restante, según el decreto oficial aprobado en 1995 y modificado en 1997.

La reubicación, que a decir de la CEA avanza en cuanto a convenios suscritos, contempla a 344 habitantes de la comunidad de Acasico, 167 de Palmarejo y 480 de Temacapulín, comunidades que para 2014 estarían bajo el agua, según las previsiones. Defendió con cifras lo que, a su ver, es un panorama favorable para dar paso al embalse: mil propietarios de los tres poblados contra ocho amparos.

Segundo acueducto

El posicionamiento de postergación al segundo Acueducto Chapala-Guadalajara, que el lunes pasado hizo público el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), fue tomado sin sorpresa por Iglesias Benítez y por el director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), César Coll Carabias. Ante el cierre de ciclo de una administración, y el arranque de otra, su opinión sonó “apagada”.  

Ambos coincidieron en que serían las autoridades del organismo metropolitano, y sólo ellas, las que habrían de explicar a detalle sus motivos para retirar de la agenda de prioridades el nuevo ducto que, según se mencionó anteriormente, permitiría seguridad en el traslado de líquido desde el Lago de Chapala, a razón de que el primer tramo está operando desde hace 20 años sin atención detallada.

César Coll refirió que las fotografías que se le han mostrado sobre las condiciones en que se halla el Acueducto 1 muestran incrustaciones “preocupantes”.

Previo al anuncio de su postergación, el Acueducto había sido defendido por Coll Carabias, e incluso por el director general de la Conagua, José Luis Luege Tamargo. En ese entonces, el discurso de ambos hacía énfasis en la nula extracción de una cantidad adicional de líquido al vaso lacustre natural más grande del país.

CRÓNICA
“Aroma a muerte”


La primaria 457 de El Salto da la espalda al municipio de Juanacatlán, pero antes, al Río Santiago, afluente que marca el trazo limítrofe entre ambas localidades. Ese cauce, que ha cobrado vidas de fauna y población, corre por detrás del plantel, y hoy cobra también la salud de los escolares.

“Mi niña tiene alergias, desde que estamos aquí se me agravó de la garganta y la tuvieron que operar de las anginas. Y a veces le salen ronchitas”, es el testimonio de Sonia Vicente Juárez, que desde que reside en la zona ha visto decaer la salud de su hija menor, de ocho años.

Pero no es el único caso: al recoger a sus hijos, las mamás se enteran de lo que pasa con los otros. “La gripa no se les quita, se les limpia unos días y regresa, pero no se quita. La maestra se enojó el otro día porque no llevé a la niña a la escuela en 15 días; no le podía parar la gripa”.

Y la estrategia del plantel para prevenir la merma en el estado físico de la comunidad estudiantil, es callar. “Cuando los niños se enferman los maestros no dicen nada, por lo mismo. Entre nosotras nos enteramos de lo que traen los otros”, le sigue Ángel Palma Arias.

Pero los niños no son los únicos afectados; todo aquél que visita el límite de ambos pueblos percibe los olores del río, que en 2008 intoxicó de muerte a Miguel Ángel López Rocha, de ocho años, tras caer a sus aguas.

“Es un olor a agua sucia, a drenaje, que se penetra en la nariz”, y que los vecinos de la zona no disocian del pequeño Miguel Ángel, ni de las alergias de los niños, ni de los casos de cáncer entre los mayores.

Los aromas, aseguran, cobran fuerza en tiempos de calor, por lo que a estas fechas la molestia no es tanta. Pero no es regla: quizá en una ardiente tarde de verano, el hedor inspiró a un habitante a inmortalizar en una barda la leyenda que se lee mientras se escucha el correr del Santiago: “Cuesta más respirar este aire de muerte, que el lacrimógeno”.

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