Recomiendan actualizar regulación de construcciones ante sismos

GUADALAJARA, JALISCO.- Las normas técnicas establecidas en los reglamentos de Construcción de Guadalajara y Zapopan, referentes al diseño sísmico de las estructuras, requieren ser actualizadas pues están vigentes desde hace 12 años sin haber pasado por un proceso de revisión.

Esto fue advertido por el ingeniero y maestro en Ciencias, Salvador Lazcano Díaz del Castillo, quien presentó recientemente la conferencia “Comportamiento Sísmico del Suelo de Guadalajara”, en lo que es un experto, en el Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Jalisco (CICEJ).

Los fundamentos de los reglamentos provienen de 1995. “De entonces para acá hay muchos temblores importantes en diferentes partes del mundo. Aquí en Guadalajara, el de 1995, aunque un poco de información ya se tenía cuando se estaba trabajando (en el reglamento), no se incorporó; luego ocurrió el sismo de 2003. Hay mucha información, hay muchas experiencias, por lo que tienes que ir gradualmente calibrando conforme vas aprendiendo y qué mejor que aprender de eventos reales”.

La actualización de los reglamentos tiene como objetivo obtener una regulación precisa para que las estructuras que se edifiquen en la ciudad, respondan de mejor manera ante los sismos para garantizar una “seguridad razonable”, como lo señaló el especialista en geotecnia, a través del mayor conocimiento de los suelos y sus características.

“Hay algunos puntos que no están suficientemente especificados y que da pie a una libre interpretación, y con eso se ha caído en algunas cuestiones que incluso pudieran llegar a poner en riesgo las construcciones. Hace falta ser más claros en algunos puntos, hace falta pulir a lo mejor el coeficiente (sísmico), que es un aspecto muy importante; hay un único coeficiente (para la ciudad) y hay diferentes tipos de suelo, desde que salió (el reglamento) muchos lo criticaron por eso, a lo mejor sí tocaría el manejar diferentes coeficientes para los diferentes tipos de suelo”.

De una manera sencilla, el coeficiente sísmico puede entenderse como una variable que permite a los constructores diseñar sus proyectos, considerando el comportamiento y vibración que presentará el suelo en caso de un sismo.  

- Si hace tanto que no se revisan las normas de los reglamentos: ¿Se debe pensar que las construcciones en la ciudad podrían no soportar los futuros sismos que pudieran presentarse?
- En general sí están siendo seguras, creo que sí hay la conciencia en general y los calculistas sí están tratando de hacer su trabajo, pero a veces les hacen falta algunos detalles que ahí se pierden porque no es claro el reglamento, entonces, no con mala intención sino a falta de información, lo interpretan a su manera”.

La mejor forma para revisar los reglamentos, es la conjunción de un grupo de especialistas: “La cuestión de diseño sísmico es un tema más escabroso y que implica la participación de mucha gente, no para llegar a una democracia sin apoyo técnico, lo ideal sería que se formara a un grupo de gente con experiencia en ese campo, sobre todo en el área de estructuras, para que se sentaran, trabajaran y plantearan algo de investigación, y se llegara a un consenso razonado”.

Acelerógrafos y sismógrafos

Guadalajara contó con una red acelerográfica entre los años 1992 y 1998. Es necesario que las autoridades inviertan para ponerla en marcha de nuevo, considera Lazcano Díaz, pues las estaciones acelerográficas proveen información —a través del registro de los movimientos en los suelos— que sirve para conocer más sus características, inclusive predecir sus comportamientos en distintos tipos de temblores.

Los últimos acelerógrafos que se han instalado en la ciudad están en la Universidad Panamericana —donde el especialista imparte clases— y en el Colegio Cervantes Costa Rica.

“Me invitaron a hacer puente entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que es la que está manejando los instrumentos, y las instituciones donde se pusieron las estaciones, con el compromiso de que nos iban a compartir la información, pero todavía no la he visto”.

De igual forma, Jalisco requiere una red de sismógrafos. A lo más, comentó el especialista, la Unidad Estatal de Protección Civil de Jalisco cuenta con cinco estaciones, lo cual calificó de insuficiente: “Los sismógrafos son importantes para que los sismólogos luego puedan evaluar las fuentes sismogenéticas, es decir, puntos donde pueden generarse sismos”.

Las torres

— Terminó su conferencia con una imagen de las torres en la zona de Patria y Acueducto. ¿Qué percepción tiene de esas construcciones… responderán bien ante los sismos?
— Creo que varios edificios sí están razonables, algunos no tanto… hay algunos que sí me da cierto pendiente.
— ¿Qué le hace pensar que algunas torres no son tan razonables?
— En general, el suelo es un suelo de buena calidad, pero hay algunas que son demasiado esbeltas, muy esbeltas y altas, que no tanto que pudiera haber una falla estructural como tal, un colapso parcial o algo, eso sería muy catastrófico, realmente quizá no vaya por ahí, pero sí por la misma esbeltez de esas estructuras y ciertas deficiencias, lo ve uno y dice —algo no está funcionando—. Pudieran presentarse algunos desplazamientos grandes (ante un sismo) que, por ejemplo, pudieran a los que viven en el interior causar pánico.
— ¿Principalmente por esa proporción entre su esbeltez y altura?
— Sí. Las estructuras altas tienen que cuidar en su diseño los desplazamientos y creo que esos desplazamientos que se pueden presentar en esas estructuras tan esbeltas y altas sí puede, incluso, que se agrietaran —no el colapso—  algunos muros, que se rompieran algunos vidrios y yo no me imagino a alguien que esté en el piso treinta de un edifico de esos y que empiece a ver eso y para dónde corre.
— ¿Recomendaría que la autoridad municipal realice una inspección de sus estructuras?
— Es muy difícil porque la ley no puede ser retroactiva, en su momento se autorizó y ahora son corresponsables (los funcionarios).

Para saber

Los sismos más importantes que se han registrado en Guadalajara en el siglo XX se presentaron en 1912, 1932, 1941, 1973, 1985, 1995 y 2003, aunque también está el antecedente del suscitado en 1875.

Lazcano Díaz destacó el de 1932, por ser el de mayor magnitud en el siglo pasado, con 8.2 en la escala de Richter y una intensidad de seis en la escala de Mercalli.

Por su parte, el de 1875 presentó una magnitud de siete en la escala de Richter, y una intensidad de entre siete y ocho en la escala de Mercalli.