Sábado, 19 de Octubre 2024
Jalisco | Jalisco, Santa Paula Barrio Negro y San Gaspar son las colonias más conflictivas

Realizan operativo antipandillas en Tonalá

La disminución de actividad de pandillas, que los mismos vecinos corroboran, es atribuida a los operativos de la policía municipal

Por: EL INFORMADOR

Esta noche sólo se cateó a un grupo de jóvenes, los cuales no portaban armas ni drogas. EL INFORMADOR /

Esta noche sólo se cateó a un grupo de jóvenes, los cuales no portaban armas ni drogas. EL INFORMADOR /

TONALÁ, JALISCO (15/MAR/2013).-  La Policía de Tonalá montó este viernes un operativo más del programa “Cero Tolerancia”, enfocado a reducir el problema, si no de las pandillas, del pandillerismo. Pero acaso por el frío o por la hora, o porque las acciones de la dependencia municipal comienzan a dar resultados, los grupos de jóvenes reunidos en las esquinas en algunas de las colonias más conflictivas eran mínimos.

El operativo comenzó poco antes de las 20:00 horas. De la Comisaría partió un grupo de tres camionetas más cuatro motociclistas con rumbo a las cuatro secciones de la colonia Jalisco.

Las primeras en ser abordadas fueron la primera y cuarta secciones, ubicadas junto al lado sur del Periférico. La vida en las calles de las colonias populares, paradójicamente, son más sociales que las habitadas por las clases de mayor nivel adquisitivo: niños, muchachos, señoras y dones deambulan y pueblan la poca vía pública que los fraccionadores dejaron.

Sin embargo, las condiciones precarias, la educación, el empleo y los escasos servicios influyen en que de esta socialización derive el pandillerismo, según advirtió el director de Seguridad Pública, Javier López Ruelas, durante la pasada rueda de prensa que se ofreció sobre los avances del programa.

Las unidades de la Policía circulaban a lo largo de las calles de nombres de los 125 municipios del estado: Arenal, Ocotlán, Chimaltitán, Tala, Zapotlanejo… Y a su paso, los rostros de los vecinos lucían extrañados por el contingente, que acaso en pocas ocasiones pasa por esos sitios alejados de la urbe.

Los muros de las fachadas, sin embargo, estaban llenos de grafitis, sobre todo de la pandilla más numerosa y peligrosa de Tonalá, “Los Fantasmas”. Los callejones y calles de terracería, avenidas y vialidades principales, todo con grafiti, los integrantes de ese grupo no discriminan bardas para marcar su territorio.

Pero ningún grupo en las esquinas; gente común caminaba sin cuidado. Las autoridades atribuyeron la baja en la presencia de los grupos a los operativos, aunque admitieron que la problemática aumenta en quincenas, los fines de semana y en horarios de las 0:00 a la 1:00 horas, aunque ya no con la intensidad con la que se recibió la administración. Esto, incluso, lo han corroborado los propios habitantes de la colonia.

El camino siguió con rumbo a la tercera sección de la colonia Jalisco, al norte del Periférico, que colinda con el terreno agreste de la barranca. Las calles en este lugar son de difícil tránsito y muchas topan con el terreno abierto, “selvático” de Oblatos, describió el director Operativo de la dependencia, Fernando Morales Prado.

Utilizan la sorpresa

El modo de operar en los operativos es circular con los faros encendidos pero con las torretas apagadas, de modo que aparentan ser vehículos ordinarios. Cuando divisan un grupo de pandilleros manejable por su número encienden las luces, los rodean y los abordan; caso contrario, cuando son más numerosos, y si están generando problemas, prefieren llamar refuerzos para estar siempre en la proporción de dos policías por pandillero. No se arriesgan a los elementos, advirtió Morales, salvo que se haya cometido un delito, en esos casos, sí tienen que actuar de inmediato.

De esta manera operaron sobre el único grupo que se encontró en una esquina de la Jalisco tercera sección. Mientras seis jóvenes estaban sentados, sin decir “agua va”, arribaron los policías de Tonalá para realizar una revisión. En caso de encontrar que portan algún arma o droga, son retenidos (en el caso de los menores) o detenidos y enviados a las instancias correspondientes. En este caso, los muchachos, cuyas edades oscilaban entre los 13 y 15 años (acaso uno de ellos era de 20 o 30), no cargaban consigo artefactos o sustancias, por lo que sólo se les exhortó a retirarse del lugar. Todos se fueron hacia un domicilio cercano, y Morales presumió que tan pronto se fueran las patrullas, los muchachos regresarían.

El operativo se dirigió a la colonia San Gaspar, que también presenta problemas de pandillas, lo cual se apreciaba en las pintas de las bardas: nombres como “El Chucho” y “El Chulo” convivían con el de Toño Mateos, cuyo nombre aún tiene presencia en la zona. Sin embargo, no se avistaron grupos de jóvenes en las calles.

El operativo concluyó. En la Comisaría, Morales declaró que ha sido difícil que la Policía sea más aceptada entre los habitantes, dado que en trienios pasados, se registraron numerosos abusos por parte de malos elementos hacia los tonaltecas. Sin embargo, con el trato y el diálogo que se da ahora, aseveran que tanto la ciudadanía como los propios grupos de pandillas los tratan distinto.

Salvo los casos en los que se topan con personas alcoholizadas o drogadas, no reciben actitudes agresivas tras las revisiones. Y los adultos son más serenos que los adolescentes, que combinan hormonas con enervantes y que son quienes aún presentan resistencia.

Las colonias con más problemas, pese a los operativos, siguen siendo la Jalisco, Santa Paula y Barrio Negro. Esta última, reconoció Morales, es difícil de tratar porque las calles son inaccesibles, incluso, para las motocicletas, además de que estiman que hay un arraigo entre la actividad de las pandillas y las familias, al grado que hasta 90% de los habitantes protegen a los detenidos que se logran.

Los operativos seguirán de manera aleatoria con el fin de disuadir a los pandilleros de que se reúnan para delinquir. De esta forma la dependencia, si bien no desaparecerá a las pandillas, que reclaman siempre su espacio y territorio, tendrá mayor control sobre las actividades ilícitas, que nada tienen que ver con la reunión y la pertenencia de los jóvenes hacia un grupo, pertenencia que no se logra del todo en el seno familiar.

Esa solución al pandillerismo es algo en lo que deben trabajar los tres órdenes de gobierno en el corto, mediano y largo plazo con programas sociales, empleo, educación y mejores condiciones de la calidad de vida. A ello instó López Ruelas, a que las autoridades busquen prevenir el problema y no sólo enfrentar sus consecuencias.

AGENCIA INFORMADOR/SERGIO BLANCO

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