Martes, 26 de Noviembre 2024
Jalisco | PALESTRA 20 POR JORGE OCTAVIO NAVARRO

Raúl Padilla y Emilio en el dilema

Uno es más protagónico y lenguaraz que el otro, pero ambos están metidos hasta el cuello en el conflicto y encabezan los grupos de choque

Por: EL INFORMADOR

Jorge Octavio Navarro.  /

Jorge Octavio Navarro. /

En el conflicto entre la Universidad de Guadalajara y el Gobierno del Estado hace falta ponerle nombre a los temas y los actores para introducir un básico principio de entendimiento, porque en la mención interminable de cifras millonarias, tecnicismos económicos y frases escandalosas que lanzan el gobernador, sus secretarios más ambiciosos y los rectores universitarios, es más fácil confundirse que distinguir argumentos.

Primero que nada los actores: son Emilio González Márquez y Raúl Padilla López. Uno es más protagónico y lenguaraz que el otro, pero ambos están metidos hasta el cuello en el conflicto y encabezan los grupos de choque.

Luego vienen los miembros del gabinete con pretensiones electorales (todos quieren ser gobernadores) y los jefes universitarios con anhelo de heredar su retrato a la Sala de Ex Rectores. Y a éstos, que no son pocos, les apoyan colaboradores cercanos no menos ávidos de presupuesto y privilegio. Es la escalera del poder: al que llega arriba lo empujan los de atrás.

Pero es completamente falso que maestros, investigadores y alumnos por decenas de miles, estén identificados y comprometidos con eso que la dirigencia universitaria llama “la lucha por la defensa de la educación superior”. Ellos no han estado en las marchas que terminan en Casa Jalisco.

También es una simulación cerril que el gobernador y los secretarios como Fernando Guzmán, Alonso Ulloa y Antonio Gloria “defiendan” a la Universidad y se llenen la boca con las sonoras y millonarias ministraciones al presupuesto universitario. Todo ese dinero sale de las arcas públicas y no son donativos generosos.

La realidad es que se trata de un choque frontal entre grupos de poder con ideología opuesta; ambos sienten amenazada su área de influencia y trastocaron el delicado equilibrio que se mantuvo por años hasta encontrarse en el escenario actual, que los orilla al dilema de todo o nada. De la convivencia política forzada, pero civilizada, avanzan irrazonablemente a una postura en la que se apuestan los recursos a la desaparición del contrincante.

Las señales ya pintan tonos extremistas.

El gobernador Emilio González incrementó su seguridad personal; el procurador estatal anunció que la vigilancia sobre su persona se reforzó en parte, por “el mensaje” de las calaveras de papel maché entregadas por estudiantes preparatorianos.

La casa del “licenciado” Raúl Padilla fue objeto de una protesta. Es un hecho sin precedentes que abrió un frente más para la pelea de comunicados.

Las dos partes están estirando demasiado la liga. ¿En qué momento se pasará de las palabras a las manos? Este día 29 habrá una marcha más, pero con decenas de miles de universitarios (muchos de ellos obligados, y hay denuncias), pero que no garantiza ningún desenlace.

Emilio está dispuesto a aguantar así hasta la elección de 2012. Raúl puede parar la Universidad.

Afrontan ambos su dilema y todos los jaliscienses son impotentes testigos.

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