Rastro de Acatlán debe superar ‘‘sus fallas de origen’’

ACATLÁN DE JUÁREZ, JALISCO.- El proyecto del Rastro Tipo Inspección Federal (TIF) de Acatlán de Juárez, debe superar sus fallas de origen, como el aumento considerable de su presupuesto para concluirlo, lo que ha traído serios problemas para sus inversionistas e incluso para el sector oficial. Ahora, para facilitar nuevos apoyos para la terminación del proyecto se han descuidado otros posibles apoyos oficiales, tanto para el mismo sector ganadero como a otros ramos del campo.

Así lo expresó en su condición de ganadero el ex alcalde de Tlajomulco, Andrés Zermeño Barba, quien refirió que en el medio de la ganadería jalisciense ha sido motivo de cuestionamiento el hecho de que este rastro haya sido proyectado con grandes dimensiones, cuando lo deseable hubiera sido que en vez de un proyecto único y de gran tamaño, se hubieran apoyado varios centros de matanza de menores dimensiones para terminarlos en menor tiempo y con mayor cobertura en el territorio estatal.

No obstante, expuso que una vez que el rastro ya registra un avance importante, ahora lo prioritario es terminarlo y que funcione a la brevedad. Ante el anuncio de que este proyecto recibirá una asignación presupuestal de 70 millones de pesos (según lo ha señalado la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco), el entrevistado expresó que se espera que esto facilite las cosas para que se reanude la construcción de la parte pendiente y su equipamiento. Sin embargo, resaltó que siguen en el limbo otras obras similares en otros puntos del Estado, porque incluso sería riesgoso que en Jalisco sólo funcionara un rastro grande para sacrificar bovinos.

En este punto, abundó en que otras localidades de Jalisco, de importancia y ubicación estratégica para productores y consumidores, requieren de instalaciones TIF para bovinos, como Tepatitlán, Lagos de Moreno y Ciudad Guzmán, por citar algunas.

Un mercado de grandes jugadores

Zermeño Barba también puso de manifiesto que la mayoría de los pequeños ganaderos jaliscienses tienen el reto de incursionar en nuevas formas de producir y comercializar, “porque comparten el defecto de no saber atacar en manada, por el estilo individualista de trabajar”, lo que los limita ante la manipulación del mercado nacional por parte de grandes jugadores, como el caso del “Grupo Viz”.

Explicó que esta manipulación del mercado se deriva en virtud de los grandes jugadores que imponen condiciones de comercialización dejando a los pequeños productores desplazados. Citó que el fenómeno actual del castigo del precio al ganado en pie se explica por este hecho, así como el desplazamiento de la producción nacional por las mercancías de exportación.

Otro aspecto que debe tenerse en cuenta para una comercialización moderna del ganado es la realización de subastas permanentes de animales, como se tienen en Estados Unidos y algunos países sudamericanos.

En este mismo contexto, dijo que se debe enfrentar el reto del cambio de hábitos de compra de las nuevas generaciones, que cada vez menos acuden a tiendas tradicionales, como las carnicerías, por dar preferencia a las cadenas comerciales.