Puente abarrotado región cuatro

Muchas felicidades, se han gastado más de quinientos millones de pesos en un puente innecesario que se saturó de vehículos a las pocas horas de haber sido inaugurado. Por cierto, ¿de dónde salió la brillante idea de hacer fiesta para inaugurar un paso vehicular? Como si un millón de pesos no pudiera usarse para un millón de cosas que para variar SIRVIERAN PARA ALGO que no fuera el autoaplauso de un político.

Espero, querida ciudadanía, que esto sirva de escarmiento y que quedemos claros que puentes, pasos a desnivel, súper vías rapidísimas, Santa Closes, Reyes Magos y el gran Kalimán son harina del mismo costal. Sirven, como se ha visto en las grandes urbes, para llenarse de carros que van a vuelta de rueda y donde no hay espacio para los ciclistas o peatones (el puente de Brooklyn, terminado en 1883 tiene tirantes, un río y espacio para peatones y ciclistas).

Oh, dirán los grandes planificadores y su séquito, todos fariseos de la ortodoxia urbanística: pero claro, de todo se quejan, ninguna obra les parece, era necesario y ustedes son unos ciudadanos berrinchudos y malagradecidos para con el futuro Presidente de la República. Además no hay lana para trenes y no se justifica porque nadie los toma, ya hicimos encuestas. (Pues nadie los toma porque no hay).

Bueno, bueno, la verdad es que sí, que creo que requerimos obras, infraestructura y transporte colectivo digno, y que si no hay lana, yo creo que si regresan el billete los de la pasada administración ajustará para un buen tramo de tren.

Y hablando de tranzas de pasadas administraciones, una felicitación a Antonio Tatengo y a su partido que, a pesar de haber cerrado filas en el Congreso del Estado, no ajustaron los votos para salvar al ex edil de la justicia al intentar oponerse a que se le fincaran cargos por 177 millones de pesos y perdieron 15 vs. 18.

Igual permítanme decir que es un asco que votaran de esta manera saludando y defendiendo a la impunidad por motivos partidistas, desafortunadamente aquí tampoco hay novedad. Esperemos que el ejemplo de Tatengo sea reguero de pólvora y ya nunca más duerman en paz el señor Sánchez Aldana y la anterior Legislatura, y el infinito séquito de ratas que habitan hoy nuestra política. A lo que voy es que ojalá sea efecto dominó y la cárcel se llene de criminales más picudos que los narcomenudistas centaveros que hoy las llenan, digo, de los importantes y peligrosísimos capos del narco que la valiente administración de Calderón ha capturado en su implacable lucha contra las fuerzas del mal.

Si esto es así, a lo mejor algún día se la pensarán dos veces antes de hacer obras inútiles y pensarán en planes de movilidad que no sean improvisados, falsos, caros, malos y tengan que ver con autos a vuelta de rueda más que con una justa medida de parques, áreas verdes, ciclovías y esas cosas que no dejan tanta lana a los contratistas de la administración.