Lunes, 25 de Noviembre 2024
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Prohibido hacerse bueyes

La política es el arte de vivir del presupuesto, y ningún político que se precie de serlo va a votar a favor de quitarle dinero a los partidos

Por: EL INFORMADOR

Diego Petersen Farah.  /

Diego Petersen Farah. /

Más allá de los temas estrictamente ciudadanos: candidaturas independientes, iniciativa popular y referendum, el tema más importante de la reforma política es, sin duda, el de la iniciativa preferente. Las candidaturas independientes tienen tantos bemoles y pueden quedar tan acotadas que en la práctica va a ser muy difícil su operación. La única forma de competir en igualdad de condiciones entre los partidos y los independientes, como bien lo ha señalado Carlos Enrigue, es quitarle a los partidos el subsidio para campañas y, como en el chiste, los políticos están ahí por locos, no por brutos: primero se cortan una pata que negarse a sí mismos la posibilidad de gastar dinero ajeno. La política es el arte de vivir del presupuesto, y ningún político que se precie de serlo va a votar a favor de quitarle dinero a los partidos. La iniciativa popular tampoco es la panacea, en Jalisco yo recuerdo dos: una para legislar contra la violencia familiar, misma que los diputados se encargaron, por encargo del cardenal, de rasurarla; la otra fue para asegurar el subsidio a la UdeG, lo que no evitó, ni evitará, que la Universidad siga peleando en la calle por más presupuesto. La agenda ciudadana es fundamental, pues se trata de los primeros pasos hacia una democracia participativa, pero para la vida la vida política de todos días la iniciativa preferente es la de mayores consecuencias para el país.

En términos llanos la iniciativa preferente es la posibilidad que tiene el ejecutivo de enviar un número “x” de iniciativas de ley (la propuesta es de dos por periodo) que por obligación deberán de ser analizadas para su dictaminación y, en su caso, aprobación o rechazo. En el caso de no ser dictaminadas obtendrán la afirmativa ficta, o lo que es lo mismo, pasarán sin ver. Lo que sucede actualmente es que las iniciativas polémicas, aquellas en las que tomar postura tiene un costo político, los diputados las guardan debajo del tapete y pasan los años sin que se dictaminen en comisiones. El Poder Ejecutivo no puede enviar otra iniciativa, pues hay una en proceso, y los diputados ni la aprueban, ni la rechazan, para no cargar con el costo político que implica tomar postura.

La obligación de dictaminar evitará que los partidos se hagan bueyes con los temas polémicos. El caso más claro es el de la reforma laboral, que lleva años dando vueltas en los pasillos de las cámaras. El PRD está a favor de mantener los derechos laborales tal como están ahora (aunque en la práctica no se cumplan); el PAN está a favor de modificar el estatus de contratación y avalar incluso la locura del out sourcing, con el argumento que el peor empleo es el desempleo, y el PRI no quiere tomar postura porque sabe que para donde se haga, se moja. Eso ha impedido que se avance para uno u otro lado.

En la práctica la iniciativa preferente no es otra cosa que colgar en las cámaras un letrero que diga: “prohibido hacerse bueyes” en los temas importantes, y eso, en el momento que vive el país, es fundamental.

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