—“Probando, probando...”

“Bueno, bueno... uno, dos, tres, probando... ¿sí se escucha...?”.

Dan ganas de preguntar, en efecto, porque en una de ésas sucede que ya todos nos morimos y ya estamos del otro lado de la frontera... y ni siquiera nos dimos cuenta. Porque, sólo por poner un par de ejemplos: ¿Hacía cuánto tiempo que no había ninguna noticia propiamente dicha con respecto al proyecto del Macrobús, que el año pasado por poco se convierte en pretexto para tomar las armas e iniciar una guerra civil? y ¿qué informaciones hay con respecto a un par de detalles —pequeños, si se quiere— que aún estaban pendientes con respecto a las instalaciones que se requieren para los Juegos Panamericanos de 2011 (el próximo, por si a alguien aún no le cae el veinte) en Guadalajara, a saber: la Villa Panamericana y el Estadio de Atletismo para los mismos Juegos?

—II—

Hace unos meses se afirmaba que las obras de la Línea 2 del Macrobús tendrían un avance significativo en este 2010, y que para 2011 ya estaría en operación. También se decía que, una vez que se arrumbó el Proyecto Alameda, al que se aferró el ex alcalde Alfonso Petersen, al nuevo, a materializarse en El Bajío, se le daría “la recia”, supuestamente porque el tiempo apremiaba.

Los alegatos y las acciones de resistencia han declinado en la medida en que tanto los abanderados de tales proyectos como sus encarnizados opositores dan la sensación de estar disfrutando esta tregua, que ya les hacía falta.

Eso, salvo prueba en contrario, es hacer las cosas “al estilo Jalisco”. Primer acto, una iniciativa espectacular (ejemplos adicionales: los Arcos del Milenio, el Teatro de la Ciudad, la “Torrena”...). Segundo acto, una discusión tormentosa sobre la pertinencia o impertinencia de tales proyectos. Tercer acto, la salomónica decisión de permitir que se baje la espuma al chocomilk y dejar dormir tales “ideotas” el sueño de los justos. Total, si Dios quiere que las cosas se hagan... ya llegará alguien a hacerlas el día menos pensado.

—III—

Por lo pronto, considerando el contraste que hay entre los arranques de caballo fino y los cierres de burro viejo que por aquí se estilan, no estaría demás, para no estar de ociosos, promover un reconocimiento de la casa Guinness para el extraordinario talento jalisciense para el arte y ciencia de nadar “de muertito” (es decir, sin llamar la atención, sin hacer olas... y sin avanzar un metro).