Plumas de Jalisco

En tres patadas por Diego Petersen Farah
¡Métanlos al bote!
Lo que pasa en las prisiones mexicanas es inimaginable. Son microcosmos en lo que lo único que no sucede es aquello que suponemos que pasa, es decir, un lugar donde viven encerrados y alejados de los privilegios quienes dañaron a la comunidad. Las prisiones son en realidad representaciones en pequeño de lo que es una sociedad. Son, pues, tan corruptas y tan desiguales como la sociedad que las crea. En las cárceles los ricos viven como ricos y los pobres como pobres.
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Pica… porte por Anflopo
Serenata o mañanitas,
un ramillete de flores,
el regalo y un abrazo,
y nuestros deseos mejores.
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Entre veras y bromas por Jaime García Elías
— Museos chafas
No falla: en cuanto el Gobierno decide “acrecentar su patrimonio” e invertir, para tan laudable efecto, fondos públicos —los mismos que escasean, misteriosamente, cuando los vecinos demandan servicios básicos— en el “rescate” de alguna añeja construcción que sin el oportuno “salvavidas” de la autoridad estaría irremisiblemente condenada a pasar del abandono a la ruina, se le encuentra una “utilidad”: convertirse en “museo”.
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Pergeño por Víctor Wario Romo
¿Liderazgos positivos?
En los primeros días de este año, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) presentó un informe especial sobre la situación que durante 2009 presentaron los reclusorios de la Entidad y los calificó, en términos generales, con 7.96 en una escala del uno al 10, sólo por debajo de los estados de Aguascalientes, Tlaxcala y Coahuila, a nivel nacional.
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