Sábado, 28 de Septiembre 2024
Jalisco | Lamentan auge de pintores decorativos ''chafas'' en Tonalá

Pinturas de baja calidad en artesanías, signo de la crisis

Alfonso Martínez Flores padece dificultades económicas, pero se niega a rebajar el nivel de sus creaciones

Por: EL INFORMADOR

Tonalá es uno de los municipios con mayor producción artesanal en Jalisco. EL INFORMADOR  /

Tonalá es uno de los municipios con mayor producción artesanal en Jalisco. EL INFORMADOR /

TONALÁ, JALISCO (14/NOV/2010).-  La pintura decorativa en artesanías de Tonalá bajó de calidad. Tras la crisis económica mundial, personas que se autonombran pintores o artistas empezaron a involucrarse en el negocio de la decoración de piezas en papel maché, vidrio soplado, hojalatería, latón, yeso, plástico, porcelana y cuadros al óleo. Sus obras son meras copias que ofrecen baratas. ¿El resultado? Pintores y pinturas “chafas”, considera Alfonso Martínez Flores.

Vecino de Tonalá, con más de 30 años como pintor decorativo, discípulo de un alumno del muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, Martínez Flores trabaja en su taller en una de las calles de lo que fuera el antiguo Tonallán, centro de artesanías que vio nacer la tradición de la alfarería, pero que también se conoce por la creación y las decoraciones en diversos materiales.

— Desde hace varios años se ha visto una explosión de la venta de pinturas de los mismos diseños y paisajes. Parece que hay un sólo pintor replicando los mismos diseños una y otra vez.

— Eso se debe a varias cosas,  pero yo diría que todo empezó después de la crisis mundial, cuando muchas de estas personas que se dicen llamar pintores o artistas, empezaron a meterse al negocio. No sólo venden pinturas chafas de diseños que se la pasan copiando sino que aparte las venden a un precio muy bajo. Pintan manzanas, hacen ruedas, un punto de luz y un palito, y venden los cuadros a 100 pesos; lo peor de todo es que la gente no se da cuenta de esto cuando los compra.

— ¿Entonces existen los artistas y los que copian?

— Últimamente hay mucha competencia, y dentro de los que hacemos esto por gusto también llega el momento en el que tenemos que adaptarnos a lo que la gente pide; lamentablemente tenemos que comer. Yo no tengo nada en contra de los pintores nuevos que llegan a Tonalá, todos tienen su derecho, el problema es que cuando los venden, o más bien regalan sus pinturas por un precio muy bajo, nos afecta a todos. La gente después ya no quiere pagar más que eso. 

Alfonso Martínez Flores lleva 25 años viviendo en Tonalá como pintor decorativo, y más de tres décadas como pintor artístico. Su taller y negocio se encuentran en la calle 16 de Septiembre, donde con alegría, tristeza y temor comparte la historia de su vida después de haber decidido seguir el camino difícil de un pintor auténtico, tenaz y siempre firme a su ética artística.

— ¿Usted pinta solamente lo que se vende?

— La verdad es que me gusta pintar de todo, yo disfruto mucho la pincelada, pero sí, muchas veces la gente pide temas específicos como jarros, fruta y flores. Qué padre sería que la gente me pidiera lo que a mí me gusta pintar, como la figura humana, paisajes o temas relacionados con experiencias vividas. Esos temas son de los buenos, cuando se nota el trabajo y hasta tienen otro tipo de valor.

Desde la entrada, el taller de Martínez Flores está tapizado de cuadros de todo tipo de diseños “decorativos”, tamaños y colores, pero siempre coincidiendo con ese toque cuidadoso que los vuelve llamativos para las amas de casa que buscan decorar su hogar con una pieza tradicional. En el fondo, detrás de todas esas decoraciones, se alcanza a asomar algo diferente. Es una pintura con varias formas humanas; unas reflejan tristeza, otras coraje y muchas no se alcanzan a percibir, ya que apenas son figuras trazadas con lápiz.

— ¿Y ese cuadro?  

— Tengo un hermano que estaba metido en las drogas, en las pandillas, y llevó una vida muy difícil. Lo empecé hace 15 años, era una pintura más chica, pero después yo también caí en lo mismo. Lo empecé pensando en mi hermano y terminó siendo sobre mi vida también. Gracias a Dios pude salir de eso.

“Tengo años que no pinto lo que me gusta porque como le decía, también tengo que comer y pagar renta, por lo que me la paso pintando otras cosas que sí se venden. Pero aun así puedo decir que pinto por gusto; el que pinta no trabaja porque esto no es un trabajo sino un placer y un todo. No siempre es por el dinero sino por el amor al arte; si viniera alguien que le gustara ese cuadro y lo apreciara como yo, hasta se lo regalaría con mucho gusto”.

— ¿Siempre disfruta pintar?

— Antes se disfrutaba más el estar en este ambiente, el hacer lo que nos gusta hacer, que es pintar; mis amigos artesanos y yo disfrutábamos mucho hacer lo que nos gusta. Y ahora me siento muy tenso, de repente no tengo ni para la renta, ahorita sí está la cosa muy fea. Antes era muy suave y ahora se está convirtiendo en nada más que trabajo y en algo muy tenso. Pero hasta ahorita no estoy dispuesto a rebajar la calidad de mi trabajo y en pintar cuadros chafas. No es lo que yo quiero. Cuando yo empecé, mi madre me decía, ‘no hijo, no te metas a eso porque es muy sufrido’. Y sí, siempre se ha sabido que los pintores sufren. Es cierto, no es nada fácil. De repente hay tiempos difíciles y de repente hay tiempos buenos en los que todo lo sufrido valió la pena.

— ¿Y su padre?

— Yo empecé a pintar desde los 12 años, y mi padre murió antes de que terminara mi primer cuadro. Nunca le tocó ver mi trabajo. Me acuerdo muy bien de ese día. Mi mejor amigo y yo, que por cierto era muy buen pintor, estábamos tomando clases de arte en una preparatoria y era la segunda clase. Llegando a mi casa, mi padre estaba sentado en el sillón en la sala, y yo pasé corriendo hacia mi cuarto cuando él gritó “¡Ese pintor chafa!”. Lo miré, nos sonreímos y me metí al cuarto. A los cinco minutos escuché gritos que venían desde la sala, y cuando salí a ver qué era, mi padre ya estaba tirado en el suelo, boca abajo. El fue el que me compró todos los útiles para pintar. “¡Ese pintor chafa!”. Sí que le atinó… (risas).

— ¿Siempre ha hecho lo que quiere?
— Sí, pero hubiera querido hacer más. Para ser pintor se necesita de mucho apoyo. Yo nunca fui a la escuela, pero estuve pintando con un señor que fue alumno de David Alfaro Siqueiros, Joaquín Medina. Estuve pintando con él cuando yo tenía como 15 años y así fue como aprendí, viéndolo pintar. Hoy veo a muchos chavos igual que yo, con mucho talento, pero con falta de apoyo. Le aseguro que si contaran con ese apoyo, llegarían a ser algo grande. Hay mucha gente con talento que, por cuestiones de billetes, no logran llegar hasta donde pueden.

— ¿Y si tuviera los billetes?

— Yo me siento viejo, lo que quería era pintar y lo hice. Si tuviera los recursos, más que nada apoyaría a los chavos con talento. He visto a chavos muy buenos pintores que pueden llegar a ser algo grande. Apoyaría a otros y yo me dedicaría a pintar lo que me gusta, terminar todo lo que he empezado por falta de tiempo. Dejaría de pintar este tipo de cuadros decorativos.

FRASES

"Nunca fui a la escuela, pero estuve pintando con un señor que fue alumno de David Alfaro Siqueiros, Joaquín Medina. Así aprendí, viéndolo pintar".

"Para ser pintor se necesita de mucho apoyo; hay chavos que tienen talento, pero están abandonados".

"La mala calidad empezó después de la crisis mundial, cuando muchas personas que se dicen pintores o artistas empezaron a meterse al negocio en Tonalá".

Alfonso Martínez Flores,
pintor decorativo.

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