GUADALAJARA, JALISCO (30/SEP/2016).- Hace unos meses, Olga Medrano, con 17 años, puso en alto el nombre de Jalisco al ser la primera mexicana en ganar el oro en la Olimpiada Europea Femenil de Matemáticas, celebrada en Busteni, Rumania. Olga está interesada en estudiar la Licenciatura en Matemáticas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en donde tiene asegurada su entrada y una beca para el próximo otoño.Pero, ¿qué pasa con talentos como Diego Hinojosa Téllez, quien a sus 15 años tiene un gran número de preseas y menciones honoríficas en olimpiadas internacionales y nacionales de matemáticas? Aunque apenas comienza su educación media superior en el Centro de Desarrollo Integral Arboledas A.C. (CEDI), el alumno tiene claro que quiere estudiar una licenciatura en otro país y volver a México para aplicar lo aprendido.Actualmente, el talento de aquellos que fueron campeones en olimpiadas de matemáticas, o que son estudiantes de alta capacidad, se desaprovecha. Entre los motivos están que se van a estudiar al extranjero y que el sistema de educación superior no está preparado para ellos. Lo cual se intenta solucionar.“Estamos haciendo un convenio entre Universidad Panamericana (UP) Campus Guadalajara y Universidad de Guadalajara (UdeG), porque nos hemos dado cuenta de que se ha escrito sobre niños de alta capacidad, pero no de jóvenes a nivel universitario. Ahí está el talento y al final se desperdicia o hay ‘fuga de cerebros’”, afirma Adriana Gallo Ramos, jefa del Departamento de Fortalecimiento Académico de la UP.“Estos jóvenes son muy efectivos a nivel educativo y pueden ingresar casi a cualquier institución educativa, incluso al extremo de que llegan a conseguir becas en instituciones extranjeras, que es lo que está pasando últimamente: prefieren irse a las universidades mejor calificadas en el mundo”, destaca el delegado en Jalisco de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas, Julio Rodríguez Hernández.Rodríguez Hernández asegura que sólo se les da seguimiento a los campeones mientras están en edad de competir, que normalmente es hasta nivel medio superior. Después de eso cada joven hace su vida”.Víctor Manuel Sandoval Aranda, coordinador de Educación Básica de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), reconoce que no cuentan con un registro de ganadores en competencias de matemáticas, pero ya se está recabando la información para dar seguimiento a estos talentos.María Eugenia Guzmán, académica del Departamento de Matemáticas del CUCEI, propone incrementar la difusión de las investigaciones que se hacen dentro de las universidades del país: “Tanto UdeG como UNAM y las universidades privadas tenemos grandes investigadores que pueden explotar sus capacidades, no es necesario que haya una ‘fuga de cerebros’, sólo hace falta difusión”.GRUPOS EXTERNOS PREPARAN A COMPETIDORESLa SEJ no registra a ganadores de olimpiadas de matemáticasA pesar de que Jalisco se caracteriza por ser uno de los estados que la mayoría del tiempo participa en olimpiadas científicas a nivel nacional e internacional, la Secretaría de Educación en Jalisco (SEJ) no tiene un registro de niños o jóvenes que hayan ganado olimpiadas, nacionales e internacionales, de matemáticas en los últimos años, ya que grupos externos son los que se encargaban de organizar y preparar a los competidores jaliscienses.Es por eso que ahora la SEJ se concentra en la sistematización de la información para saber quiénes los capacitan, de qué forma, cómo se les puede apoyar y qué necesidades tienen para lograr esos triunfos, pues “al final ponen en alto al estado de Jalisco y eso es digno de reconocerlo”, dice Víctor Manuel Sandoval Aranda, coordinador de Educación Básica.Sin embargo, la delegación jalisciense de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas sí tiene un registro histórico de sus triunfos nacionales. El delegado Julio Rodríguez Hernández dice que “aún no hay una institucionalidad formalizada en muchos de los estados, incluso aquí mismo, a pesar de que ha habido apoyo de la universidad (Universidad de Guadalajara) y de la Secretaría de Educación, pues no hay una institución consolidada de la olimpiada”.HABILIDADES DE UNA "PROMESA"Diego Carranza Núñez tiene 11 años y estudia la primaria en el Centro de Desarrollo Integral Arboledas, A. C. Su maestra de matemáticas detectó que era un alumno de alta capacidad y lo envió a clases extracurriculares para concursar en las olimpiadas de esta ciencia. Obtuvo la medalla de plata en su primera competencia nacional.“El año pasado empecé a desarrollar más las matemáticas, fui a concursar y gané el segundo lugar. Voy al club de mate, ahí hacemos problemas para concursar. Con las clases de matemáticas y estudio ya estoy listo para la olimpiada”.Pero Diego no sólo es bueno en las matemáticas. Su mamá, Diana Núñez, asegura que toma clases de piano, de alemán y de natación y le gusta cocinar: “Ese es su desestrés los sábados, cocina muchísimo”, dice.Diego se preparará para más olimpiadas de matemáticas, pero su sueño es estudiar medicina como uno de sus hermanos (su otra hermana es nutrióloga) y ejercer esta profesión como su padre, que es neurocirujano.UNO DE CADA 10 ALUMNOS TIENE ALTA CAPACIDAD INTELECTUALEl niño inquieto de la clase, el que le hace preguntas avanzadas al maestro, el que siempre termina antes, que sobresale en una o todas las materias, ese podría encajar en una de las tantas categorías en donde se cataloga a los niños con alto coeficiente intelectual, los cuales se presentan en uno de cada 10 en un aula, según Adriana Gallo Ramos, jefa del Departamento de Fortalecimiento Académico de la Universidad Panamericana (UP).“La teoría dice que, más o menos, el 10 por ciento es alumno de alta capacidad. Aquí la cuestión es descubrirlos, porque a veces se nos confunden muchísimo, por tantos mitos que hay, y sólo pensamos que estos alumnos son los raros, porque piensan diferente y procesan la información de manera diferente a la normal”.Gallo Ramos asegura que es tarea del profesor y de los padres detectar y apoyar a estos niños y la primera acción es medir su coeficiente intelectual. “Desde 2006 la Secretaría de Educación Pública estableció parámetros, porque se dio cuenta de que había niños que eran diferentes y entonces se catalogaron como alumnos de alta capacidad. Se determinó que a partir de un nivel de 120 se les puede catalogar así”.Sin embargo, ahí comienza el reto, ya que los factores emocional y social influyen en el desarrollo de los niños: “Aquí la idea es desarrollar integralmente a estas personas y que sean felices, es decir: que sean buenos para matemáticas, pero que también tengan amigos, porque como piensan diferente y tienen una capacidad distinta a los demás, tienen pocos amigos”, destaca Gallo Ramos.“Luego está el factor del ‘alumno fantasma’. Son tan listos que se dan cuenta que son diferentes. No encajan en su grupo y ellos mismos empiezan a esconder esas capacidades, para que no los vean diferentes”.Es por eso, dice, que el maestro y los padres de familia deben explicarle al niño que es diferente porque tiene “capacidades especiales”, para que así no se sienta rechazado. Y, mientras los padres se informan sobre cómo educar a su hijo y cómo apoyarlo en su desarrollo, el docente debe adaptar su metodología al alumno que está presentando estas capacidades, para que no se sienta excluido.“Hay un factor importante que es la motivación. A ellos generalmente les gustan los retos, entonces aquí el papel del profesor es clave. Es decir, desde su metodología, lograr propiciar el aprendizaje diferenciado. A lo mejor lo tomo como monitor. Como él aprende más rápido, le va a ayudar a un equipo. O yo sé que él me puede hacer una investigación y entonces le dejo una tarea extra y la siguiente clase él comienza. Son pequeños cambios que cualquier profesor puede hacer”.La académica señala que la mejor combinación para sacar todo el provecho que tiene un niño de alta capacidad es la de padres, profesores y gobiernos. Estos últimos deben crear políticas públicas para apoyarlos y evitar la “fuga de cerebros”.Clasificación de niños de alta capacidad• “Talentoso”: aquellas personas que son buenas en un área de aprendizaje. • “Precoces”: niños que tienen un desarrollo temprano en un área de conocimiento. • “Prodigio”: aquellos que desde una edad temprana realizan algo fuera de lo común. • “Genio”: aquellos que, además de tener un talento, están comprometidos con una obra fuera de lo común. • “Superdotado”: personas que tienen un coeficiente intelectual superior a 130 y tienen talento en diversas áreas de aprendizaje. • “Disincronías”: los que son excelentes en un área del aprendizaje, pero las demás se le dificultan.Acompañar a los hijos, lo más importanteOlga Martín del Campo González, es madre de Olga Medrano, la joven de 17 años que ganó la Olimpiada Europea Femenil de Matemáticas. Contadora de profesión, renunció a su empleo para trabajar desde casa y estar con sus dos hijos, Olga y Adán Medrano, quien también es campeón internacional. “El juego es parte importante en el crecimiento de un niño, yo jugaba con ellos, armábamos rompecabezas y les explicaba el mundo”.En esto coincide Virginia Téllez, mamá de Diego Hinojosa Téllez, de 15 años, quien ya ha ganado varias preseas a nivel internacional y nacional en matemáticas. “Yo creo que son niños que ya traen la habilidad, pero nosotros, mi esposo y yo, le dimos las herramientas: que aprenda a leer, que estudie después de las clases, revisarle la tarea; parece insignificante, pero estar al pendiente cuenta mucho”.Además, comenta que ahora que Diego concursa su dinámica ha cambiado y eso también debe aceptarse. “Uno como papá tiene ese compromiso con ellos porque si no tienen manera de ir a entrenamientos, pues se empieza a acortar su carrera. Necesitan mucho apoyo. Por ejemplo, ahorita está tomando asesorías en el CUCEI. Sale a las tres de la tarde de la escuela y tiene que estar a las cuatro en el entrenamiento”.Diana Núñez Robles, mamá de Diego Carranza de 11 años, quien ya tuvo su primera participación en una olimpiada nacional de matemáticas y ganó una medalla de plata, dice que “es definitivo que tus papás te apoyen, te acompañen y estén siempre a tu lado. El talento se tiene, pero es como un diamante: hay que pulirlo. Además, estar al pendiente de las amistades también es importante, porque son las que te pueden llevar lejos o estancarte”.Las tres madres coinciden en que lo que más necesitan estos niños, además del apoyo familiar, es apoyo por parte del gobierno, ya que van y dejan en alto el nombre de México y Jalisco.Medallas de Jalisco en la Olimpiada Mexicana de Matemáticas Bronce: 17 Plata: 45 Oro: 46 Quiere traerle algo bueno a MéxicoDesde 2010 y hasta 2015, Juan Carlos Ortiz Rothon ganó 15 medallas en olimpiadas internacionales de matemáticas. Actualmente estudia la Licenciatura en esta ciencia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). Según su mamá, Ivonne Rothon, Juan Carlos está muy contento con su carrera y le gustaría regresar a México una vez que termine su preparación.“Le gusta gusta mucho la idea de traer y empezar algo, como un centro de matemáticas aquí en México. Pero entendió que para traerle algo bueno a México hay que picarle en todos lados, entonces él tal vez continúa sus estudios en Brasil, porque allá están haciendo buenas matemáticas. Está con cierta emoción de regresar a México, cosa que a veces no cuaja para muchos”.Además de la ciencia, gracias a la influencia de su hermana, que es activista, Juan Carlos se preocupa por la sociedad y le apasiona acudir a marchas, pero sin descuidar sus estudios.Ivonne cuenta que el MIT no fue la primera opción de su hijo: “Pensaba estudiar en la UNAM, pero luego comenzó a ver universidades en el extranjero y vio que en el MIT y Princeton dan buenas matemáticas. Fue admitido en los dos, pero se decidió por el MIT porque Princeton le pareció un poco más elitista”.Sigue: #DebateInformador¿Considera usted que el Estado debe acompañar la carrera de los campeones en matemáticas?Participa en Twitter en el debate del día @informador