Papás y mamás aprenden más sobre la igualdad

GUADALAJARA, JALISCO (01/MAY/2016).- Los papás y mamás llegaron temprano. Poco a poco entraron al salón de clases, dispuestos a aprender algo nuevo. Algunos asistieron en pareja, mientras que otros u otras, acudieron solos.

Son padres y madres de familia de alumnos de la Secundaria 10, en Jardines de la Cruz, en Guadalajara, y acudieron recibir un taller relacionado con la emisión de la Alerta de Violencia contra las Mujeres, que se lanzó el pasado ocho de febrero en ocho municipios de Jalisco.

La equidad e igualdad de género es el tema del primer taller, con el que se busca fomentar un mejor lenguaje para llamar a las características de mujeres y hombres, así como evitar la discriminación.

Fueron dos capacitadores de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ) los que impartieron el taller, que más bien fue un debate y lluvia de ideas.

La primera actividad parecía sencilla, pero después hubo sorpresas. Los asistentes pasaron al frente: eligieron una de entre decenas de etiquetas con adjetivos atribuibles al ser humano; tenían tres opciones: colocarlos en un cartel con una silueta de mujer, la figura de hombre, o en un punto neutro.

Los papás tomaron la etiqueta y la colocaron donde consideraron adecuado, sin mayor problema.

En el lado de la silueta de la mujer, figuraron las palabras parir, senos, acicalarse, valiente, ternura, sensibilidad, depresión, llanto, sumisión, amamantar, cocinar y lavar, entre muchas otras. La palabra abnegación la colocó alguien en el corazón de la silueta femenina.

En el cartel de la figura del hombre se pegaron las palabras sexualidad, fidelidad, fuerza, iniciativa, eyacular, voluble y proveer, creatividad, autoridad y liderazgo, y más. La palabra violencia fue colocada en el corazón del hombre.

Inició el debate. La capacitadora, de nombre Carolina, preguntó en general si había alguna palabra que les llamara la atención, por el lugar en donde había sido colocada, y tomó al azar la palabra “fuerza”.

“¿La fuerza es sólo del hombre, o también puede ser de la mujer?”, y la mayoría contestó que sí, que era una palabra neutra que debía ir en medio de los dos carteles. Sin embargo, un señor dijo que se suponía que la fuerza siempre estaba relacionada con la fuerza física, por eso estaba en el hombre. La palabra llorar también se retiró del cartel femenino y se colocó en el neutral, pues el que un hombre llore no lo hace menos hombre, se comentó.

Y así fue la dinámica, debatiendo cada una de las palabras, hasta que los carteles quedaron vacíos y el neutral quedó completamente lleno, por lo que se concluyó que la igualdad también se logra con la eliminación de prejuicios, adjetivos y palabras discriminatorias.

Características de los talleres

Los talleres son por pasos, y se trabajan a través de la dirección de Programas Estratégicos, con 40 personas capacitadas y una metodología de trabajo calendarizado. El primer taller es para hablar de igualdad de género y el lenguaje apropiado para llamar al hombres y mujeres.

Primero se inició en el interior del Estado, en los municipios de Ameca y Puerto Vallarta, y después en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Aprendizajes que se llevan a casa

El curso terminó con la ruptura de estereotipos en hombres y mujeres, luego de opiniones encontradas, aportaciones diversas, y el rompimiento de las cartulinas para eliminar las falsas creencias sociales. Al final, los capacitadores pidieron a los padres que no limiten a sus hijos, que les den la libertad de decidir, que los orienten y les brinden herramientas para prevenir, desde temprana edad, la más mínima muestra de violencia entre iguales.

ASÍ LO VEN
Las opiniones de los asistentes al curso

“Me pareció enriquecedor. Hay algunas cosas que ya manejamos en nuestro núcleo familiar, y otras que se reforzaron de manera positiva. Tratamos de ser bastante equitativos en casa, tengo dos hijas y trato de no inculcarles estereotipos negativos. Yo las incentivo a que sean dependientes, que busquen su superación personal”.

Hugo García, papá de alumna de 14 años, quien cursa el segundo año de secundaria.

“Estuvo excelente, nos hace falta tener más conocimiento y tener más pláticas sobre esto en casa por parte de los dos géneros. Ya no estamos viviendo una época de cavernícolas ni nada de eso, donde eran muy marcadas las diferencias; ahora todo es para que tenemos diálogo y acuerdos; me llevo más conocimiento y ser más parejo”.

Manuel Silva Andrade, papá de dos alumnas; 12 y 15 años, cursan primero y tercero de secundaria.

“Me llevo un refuerzo, porque aunque hay muchas cosas que ya uno sabe de antemano, llega un punto en el que se te olvidan, dejas de practicarlas, las tomas muy a la ligera, o hay otras que tomas demasiado en serio. En mi caso, tengo dos niños y dos niñas en casa,  entonces sí hay situaciones en las que tratamos de manejar”.

Alma Patricia Roldán, mamá de alumna de 12 años, que cursa primer año de secundaria.