Padecen sequía y acuíferos sobreexplotados

GUADALAJARA, JALISCO (06/JUN/2012).- Para aminorar los daños de la sequía en Jalisco y dotar de agua a las poblaciones afectadas, el Gobierno federal levantó la veda en acuíferos sobreexplotados, principalmente en la Región de Los Altos. Pero ha servido de poco: sólo en Encarnación de Díaz se ha concretado la perforación de un pozo por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con una inversión de 1.4 millones de pesos.

Este programa “especial” arrancó a finales del año pasado, pero el saldo de la sequía en el Estado es la desaparición de 600 mil cabezas de ganado —incluyendo 50 mil muertas por esta temporada de estiaje—, 250 mil hectáreas de cultivo afectadas y 10 municipios con desabasto de agua para consumo humano.

Las zonas que coinciden con la sequía y los acuíferos que tenían veda hasta el año pasado son: Los Altos, Encarnación de Díaz, Jalostotitlán y Ocotlán. En las cuatro zonas hay escasez de agua de lluvia y subterránea, por ello la Federación otorgó el permiso de nuevas perforaciones de pozos.

“El problema de sequía y sobreexplotación es muy grave en la zona de Los Altos. Los pozos se perforan a más de 300 metros, pero se obtienen apenas entre 20 y 30 litros por segundo, que son insuficientes para cubrir la demanda de las poblaciones”, apunta Fernando Rueda Lujano, presidente de la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría.

En la Zona Metropolitana de Guadalajara persiste la restricción para nuevas perforaciones en los acuíferos de Atemajac, Toluquilla y Cajititlán. La Conagua tampoco reporta en su programa de sequía nuevos permisos o infraestructura para el resto de acuíferos con veda: San Isidro, El Arenal, La Barca, Huejotitlán, Tepatitlán, Poncitlán, Jesús María y Yahualica.

Quince acuíferos sobreexplotados

Destaca que en Jalisco hay 59 acuíferos, de los cuales 15 están sobreexplotados; es decir, la recarga anual es menor a la extracción que se les realiza. Por ello se les aplicó una veda anteriormente para nuevas perforaciones de pozos. “Los acuíferos de Toluquilla y Atemajac son los más importantes para la zona metropolitana, pero también son los más sobreexplotados”, añade Fernando Rueda Lujano.

En México, los acuíferos suministran hasta 75% del volumen de agua utilizado en la población. En total hay 472, pero en 181 no se otorgan nuevas concesiones ni incrementos de volumen; sólo se pueden realizar por medio de adquisiciones de derechos de títulos de concesiones vigentes e inscritas en el Registro Público de Derechos del Agua.

El secretario de Desarrollo Rural en Jalisco, Álvaro García Chávez, ha declarado que el sector agrícola es uno de los más afectados por el “mercado negro” de las transferencias de derechos hidraúlicos en el Estado, principalmente en las zonas de veda. También afirmó que reciben quejas de los productores porque uno de los requisitos para cualquier apoyo de la dependencia es que tengan el título de concesión y es difícil de conseguir.

En la presente sequía, la Comisión Nacional del Agua reporta la inversión de 54.8 millones de pesos en 11 municipios en los que ha concretado perforaciones de pozos y una captación de manantial, con el propósito de distribuir agua para consumo humano. Entre estas acciones se encuentra la perforación de un pozo en Encarnación de Díaz, municipio afectado por la sequía y que tiene el acuífero sobreexplotado; el resto de inversiones se efectuó en zonas donde hay problemas de sequía, pero sus acuíferos todavía no presentan problemas graves.

Sobre el tema de sequía, el secretario de Gobierno en Jalisco, Víctor Manuel González Romero, indica que el agua para consumo humano es la prioridad. Acepta que la Zona Norte presenta las peores condiciones; sin embargo, no ha habido recursos extra para atacar la problemática.

Añade que el conflicto se está atendiendo en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Rural y la Secretaría federal de Agricultura, las cuales cuentan con programas de atención a los municipios. También participan el Sistema DIF y las secretarías estatales de Desarrollo Humano y Salud, con la intención de que las poblaciones afectadas cuenten con las provisiones necesarias.

RECURSOS
Qué es un acuífero

El agua subterránea se acumula en capas de tierra, arena y rocas conocidas como acuíferos.

Los acuíferos son terrenos en los que las rocas que lo componen tienen la capacidad de almacenar una gran cantidad de agua.

Son las únicas fuentes confiables de agua en las regiones áridas y semiáridas.

Sustentan el riego de unos dos millones de hectáreas en el país.

Suministran cerca de 75% del volumen de agua utilizado en las ciudades.

Abastecen a casi toda la población rural.

FRASE

"Es urgente tomar previsiones para que en los próximos años tengamos garantizada la demanda (...)   Es difícil detenerlo si no hay más agua "

Fernando Rueda Lujano,
 presidente de la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría

SALDOS DE LA SEQUÍA
La Sagarpa pide no confundir los términos

CIUDAD DE MÉXICO.- La Secretaría de Agricultura del Gobierno federal rechazó quejas de la Confederación Nacional Campesina (CNC) respecto a la muerte de ganado en el país por causa de la sequía y pidió no confundir al ganado muerto a consecuencia del fenómeno climático, con el que perece por sacrificio o que es despoblado o movilizado.

El inventario nacional de ganado bovino en el país oscila alrededor de 30 millones de cabezas, de las cuales se estiman 65 mil unidades muertas por sequía y dos millones 575 mil 567 que han requerido suplemento alimenticio.

La víspera, el líder de la CNC, Gerardo Sánchez García, afirmó que en un año murieron 10 millones de cabeza de ganado por la sequía y acusó al gobierno federal de negarse a apoyar a los productores del agro.

Con información de NTX

QUÉ DICE LA LEY
Zona de veda

La Ley de Aguas Nacionales califica a las “zonas de veda” como aquellas áreas específicas de las regiones hidrológicas, cuencas hidrológicas o acuíferos en las cuales no se autorizan aprovechamientos de agua adicionales a los establecidos legalmente; éstos se controlan mediante reglamentos específicos, en virtud del deterioro del agua en cantidad o calidad, por el impacto en la sustentabilidad hidrológica o por el daño a cuerpos de agua superficiales o subterráneos.