Jalisco | Por: Paty Blue ¿No quieren que estrene, pues? SEGÚN YO Por: EL INFORMADOR 16 de agosto de 2009 - 03:04 hs El asunto no me figuraba dentro de los planes que de la conveniencia pasan súbitamente a la inminencia, pero llevaba ya buen rato calculando la posibilidad de sustituir ese refrigerador mío que, de tan bueno que me salió, ya hasta me hartó. Los efluvios de renovación suelen convertírseme en ventoleras a las que mi patrocinador oficial ha aprendido a tenerles más respeto que a un tsunami porque, dice, es prácticamente imposible hacerme desistir cuando algo se me atraviesa entre ceja y oreja, porque sabe que no paro de moler hasta conseguirlo. De modo que cuando el gobierno diseñó un programa de adquisiciones domésticas para ahorrar energía, y la compañía de luz me señaló como candidata viable a estrenar refrigerador, no hizo sino renovarme el brete que traía medio adormilado por la rampante crisis económica y la natural prudencia de mi cónyuge. La promoción de entregar mi frigorífico viejo, a cambio de una decorosa suma aplicable al precio de otro flamante, pagando la diferencia en abonos cobraderos mediante el recibo de la luz me sonó inmejorable y pensé que sería la coyuntura justa para hacerme de un renovado equipo de enfriamiento. De ahí en adelante (“maldita la hora”, diría el cauto marido), no tuve más cabeza que para averiguar sobre el procedimiento, ni más palabras que para cabildear la conveniente catafixia con el rejego y potencial pagano de la misma. Si fue por amor, por condescendencia, por entusiasmo propio o por franca derrota frente a mis embates verbales es una causal que no averigüé, pero que igual consiguió que mi señor marido accediera a acompañarme en la aventura adquisitiva, toda vez que tuviese yo los datos de alguno de los establecimientos que participan en esta campaña. Apenas me cabía el gozo cuando detecté que en el mismísimo supermercado al que acudo de manera regular promovía tan loable intercambio, así que cuando conseguí salvar la errabunda información inicial, la ruda localización del sitio preciso y la espera por el encargado de tales menesteres, recibí un panfleto con instrucciones más complicadas que un manual de “ármelo usted mismo”, al que las peregrinas explicaciones del dependiente terminaron por enmarañar aún más. En suma, entendí algo así como que debía yo anotar en un papel las dimensiones y características precisas de mi refrigerador, entregar dicho reporte en la citada tienda, esperar a que un gestor de estos operativos lo recogiera y me llamara por teléfono para concertar una cita para la revisión del aparato en casa, aguardar el veredicto de viabilidad del trámite, junto con la aprobación del crédito por parte de la comisión de luz y quién sabe qué minucias administrativas más. El operativo se llevaría el tiempo suficiente para que mi actual trebejo dejara de funcionar y quedara descalificado para participar en el campanudo proyecto, pero según escuché a un experto opinante en el tema del intercambio de un auto viejo por uno nuevo más su respectiva deuda, son apenas un pálido esbozo de los vericuetos que debe salvar quien se deje seducir por las brillantes iniciativas de un gobierno más empeñado en dictaminar estupideces, que en atender lo que realmente consume nuestra energía personal. Después de todo, mi refri me ha salido tan bueno, que no merece un destierro tan complicado y mi auto todavía no califica para la sustitución. patyblue100@yahoo.com Temas Paty Blue Según yo Lee También Sociales: Freedom Moves, caminando por la libertad Studio Noise Sociales: Brenda Padilla, dulce espera de Isabel Sociales: Clásico Tapatío, una experiencia deportiva única Sociales: C&A abre sus puertas en La Perla Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones