Músicos, comerciantes y pescadores se suman a limpieza de Cajititlán

TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO (01/SEP/2014).- Para acelerar los trabajos de extracción de peces muertos, y ayudar a revertir el golpe económico y ambiental que ha dejado la alta mortandad de peces en la Laguna de Cajititlán, pescadores, comerciantes y músicos del sitio también prestan sus manos y su tiempo en las labores que realiza la autoridad.

Les fue mal. Regularmente el domingo es el "día bueno" para lograr una cantidad adicional qué llevar a sus familias, pero debido a los cadáveres de peces en descomposición el comportamiento de los turistas de Cajititlán fue distinto esta vez.

"Así como iban llegando se iban yendo", cuenta Arturo Tadeo, uno de los músicos que decidió colgar su instrumento musical para tomar redes y cubetas, y sumarse a la limpieza de la laguna que los alimenta.

Él es sólo uno de los casi 100 voluntarios que auxilian a la autoridad para retirar el pez muerto del vaso. Ya se acostumbró al hedor del sitio; por eso se sorprende cuando observa molestia al respirar a los animales en descomposición.

"¡Nombre! ¡Si ayer estaba peor!".
 
Hay quienes lograron obtener un par de guantes para sacar los cuerpos del agua. Ellos fueron afortunados, pues son más los que no alcanzaron un par, y ahora ayudan "a mano pelona".

José Guadalupe es de los más sorprendidos por el fenómeno. Esta es la cuarta vez en este año que observa una muerte de peces como la del domingo. Y acusa a las plantas de tratamiento, pues "todos saben que están rebasadas".

 -- ¿No concuerdan entonces con que esto es cíclico? ¿No había pasado años atrás?

 -- Sí pasaba, pero este año ya con cuatro veces. ¿A poco que se mueran tantos peces y tan seguido es normal?

 -- Las autoridades defienden que es "popocha" y que no sirve para nada...

 -- No. Ni los otros pescados se los comen. Pero entonces, ¿por qué sigue habiendo de esos?

La teoría es que se trata de una suerte de "plaga". Pero mientras las autoridades no les confirman nada y los episodios continúan registrándose, la molestia es generalizada. Incluso las señoras de las famosas gorditas que se encuentran en la entrada a Cajititlán, como doña Guadalupe Hurtado, han padecido por la peste.

"Pues andan pase y pase los camiones retacados con esa cochinada apestosa, ¿así cuál cliente va a querer pararse a comer? Mejor dígales a los del gobierno que son unos puercos. Y así póngale: puercos".

La dama perdió sus ganancias de este domingo, como todos quienes tienen en Cajititlán su fuente de ingresos.
 
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA