Domingo, 24 de Noviembre 2024
Jalisco | Cita en la ciudad

Movilidad ciudadana, movilidad en la ciudad

Por Alfredo Hidalgo Rasmussen

Por: EL INFORMADOR

Las grandes ciudades con centros caminables y espacios públicos fantásticos como Nueva York tienen en la periferia inmediata conflictos viales severos. El tráfico vehicular de una sociedad que no se decide a quedarse sin autos muestra las grandes desventajas de un desarrollo y poder adquisitivo donde todavía al vehículo a parece atado a la idea de modernidad al margen de que una ciudad con NY ya no lo necesite. En Manhattan –la isla– resulta casi impertinente pensar en auto, sin embargo en las zonas periféricas como Brooklyn o Queens, por mencionar algunas, todavía hay los suficientes como para generar grandes problemas de tráfico en horas pico. 

En eso consiste el proceso de abandono del auto, en que de a poco las áreas donde se usa el auto sean menos; que los lugares donde se puede caminar y usar el transporte público sean más y asumir que finalmente los conflictos viales seguirán existiendo, pero cada vez más lejos de la ciudad central.

Los pasos obligados para operar en el siglo XXI obligan a las ciudades a tomar decisiones claras, tener un transporte público adecuado, eficaz, comenzar a marcar límites y mover sus acciones y obras rumbo a la ciudad que se quiere tener. La idea por ejemplo de remodelación de banquetas en el centro quitando espacio para que se estacionen autos en las esquinas y dándole ese lugar a la banqueta, es decir al espacio público, es una clara muestra de la voluntad cambio en la ciudad. La idea de seguir haciendo pasos a desnivel, no lo es.

El asunto está claro, el modelo de ciudad que hemos construido los últimos años, basados en pensar como solucionar los trayectos en automóvil, para una ciudad con ingresos dispares es disfuncional. Específicamente
hablando en términos de movilidad, lo único que se puede vaticinar es mayores complicaciones de tráfico y sus consecuencias conocidas en aspectos económicos, medioambientales y de salud pública. La disminución de la movilidad en una ciudad afecta significativamente a su producción y a sus actividades.

Cuando vemos los problemas que estamos generando en nuestra ciudad, por la falta de una estrategia clara de hacia donde vamos,  las obras resultan en “una muerte anunciada”. No es de extrañar por ejemplo la presencia estos días de un campamento en contra del “puente atirantado” como muestra de la ausencia de diálogo y de la incomprensible condición bajo la cual una ciudad sigue destinando más recursos públicos para facilitar y fomentar el tránsito de vehículos particulares. Me queda claro que intuitivamente nos resultará positivo evitar estar mucho tiempo parados en un semáforo, bajo la idea de que ahorraremos tiempo si hacemos infraestructura como la propuesta, sin embargo, hay evidencias en nuestra ciudad de que eso no ha sucedido, los pasos a desnivel en López Mateos no ha mejorado los tiempos de trayecto en las horas de mayor tráfico.

Lo que no podemos hacer es caer en la inmovilidad, ni física dejando una ciudad llena de autos en la que no se pueda circular, ni mental en la que no seamos capaces de opinar y dialogar sobre lo que es mejor para todos, por lo que resulta importante reconocer a ciudadanos  quienes desde el sacrificio personal de pernoctar en ese campamento, proponen puentes de diálogo para construir una mejor ciudad. Se trata de movilidad ciudadana favor de la movilidad en la ciudad.

alfredo@infotectura.org

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