Medios de comunicación quedan a deber en el proceso electoral

GUADALAJARA, JALISCO (02/JUL/2012).- Una vez concluido el proceso electoral hay un actor político que le quedó a deber a los ciudadanos: el sistema mexicano de los medios de comunicación, que demostraron que no contribuyeron “del todo” a la consolidación de un voto informado y razonado. Hubo, por ejemplo, intereses políticos y económicos que influyeron, pero no se hicieron explícitos, así como carencia de prácticas periodísticas como la investigación.

Así lo consideran los encargados del Observatorio Quid, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), que durante el periodo de campañas políticas impulsó un estudio permanente del escenario local. Este monitoreo de periódicos, estaciones de radio y canales de televisión permitió observar que estos espacios clave de la comunicación social mejoraron su trabajo conforme avanzaron las campañas, pero, al final, se quedaron cortos.

La investigadora y profesora Sofía Palau, coordinadora del Observatorio, explica que los medios fueron de menos a más: “En la primera parte de la campaña no contribuyeron a informar a la gente en relación con los candidatos, y en la segunda parte han informado un poco más, aunque hace falta un trabajo de investigación periodística más preciso y cuidadoso. En la segunda etapa de la campaña hay más incertidumbre y más interés de parte de los ciudadanos, y entonces hay más cobertura por parte de los medios”.

Pero, pese a que se intensificó la cobertura, los medios de comunicación no mostraron interés real por profundizar en el tema electoral, opina el director del Observatorio, Juan Larrosa: “Han tendido a realizar coberturas mínimas en comparación con otros periodos electorales (2006); hay poca profundización en los temas, se han abierto pocos espacios para discutir”.

El desinterés, dice, podría deberse a las nuevas disposiciones legales y a una protesta de los medios electrónicos por la disminución de dinero invertido en spots. También pareciera que los medios fueron cautelosos de no violar la ley y, en ocasiones, prefirieron no informar en lugar de preguntar a las autoridades electorales. Y por último, junto con lo anterior, los candidatos invirtieron poco en publicidad en los medios impresos.

En general, opina Larrosa, los medios siguieron el día a día de las campañas —las ruedas de prensa, las sesiones del IEPC— y no mucho más. Perdieron así la oportunidad de “ser más proactivos, investigar, no quedarse con la función de transmisión de la información que se genera de las campañas; hacer perfiles profundos de los candidatos”.

Uno de los temas que estudia el Observatorio Quid es la publicación de encuestas en la prensa local. Sofía Palau dice que lo que se ha visto es que no se suele informar la metodología utilizada, lo que deja lugar a dudas sobre la confiabilidad de los sondeos. “La tendencia es que se habla de las encuestas sin dar los datos precisos y sin exponer la vitrina metodológica; las encuestas en sí mismas no están cumpliendo con lo que la ley dispone”.

Cuestionan evaluación

En el mismo tenor, el observatorio de medios cuestiona que el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) no evalúe, como le corresponde por ley, las encuestas de partidos y candidatos para garantizar que cumplan criterios base de confiabilidad. Encuestas que los medios replican, en ocasiones, sin revisar tampoco su veracidad.

Otro de los rubros a discutir en el papel de los medios frente a los comicios es la llamada “guerra sucia”. La profesora e investigadora del ITESO cree que los reporteros pudieron, incluso, haberse adelantado a los partidos contrarios para rastrear el pasado de los candidatos. “Si un candidato, en su intento por desacreditar a otro candidato, saca un trapito sucio, sería labor de los medios investigar el trapito, presentarle la información a la sociedad”. En el tema de las agendas, los que toman la iniciativa de plantear temas a la opinión pública, indica sin tener un porcentaje, son tanto los medios como los políticos.

El ideal, agrega Juan Larrosa, sería que los medios defendieran más su independencia. “Aunque no hemos encontrado evidencia directa, en entrevistas formales e informales con reporteros nos dicen que hay lazos directos con los políticos por cuestiones económicas; hay ciertas simpatías o afinidades por partidos, por la compra de publicidad”.

Estas afinidades, dice Palau, deberían ser aclaradas por los medios de comunicación, porque, de lo contrario, el ciudadano tiene una percepción equívoca o sesgada de la realidad.

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Resultados

Para el 9 de julio, estima Sofía Palau, el Observatorio Quid tendrá claro qué medios de comunicación tienen coberturas sesgadas, con ataques más o menos claros o textos favorecedores hacia ciertos candidatos.