Matute Remus 'sabía lo que era la línea recta y también la rectitud'

GUADALAJARA, JALISCO (18/FEB/2014).- Trazó el rumbo de la Guadalajara de 1950 hacia la metropolización. Su huella está plasmada en varias de las grandes obras que distinguen a la capital de Jalisco, como el jardín del Templo Expiatorio, el Hospital Civil y tanto la plazoleta como la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, sitio que finalmente se convirtió en su morada de descanso eterno.

“El Ingeniero Matute”, le decía su hija. Don Jorge Matute Remus, el ex alcalde de Guadalajara y otrora rector de la máxima casa de estudios de la capital de Jalisco; el hombre que comenzó con el abastecimiento de agua desde el Lago de Chapala hacia la ciudad y construyó el malecón de ese municipio, recibió al fin el homenaje que su talento y la disposición de ponerlo en servicio de la comunidad le hicieron merecedores en vida.

Los restos del ingeniero que movió un edificio entero y sin frenar las actividades que en su interior se realizaban, descansan desde ayer en la Rotonda. El cortejo que lo acompañó desde el Paraninfo de la UdeG hasta el Ayuntamiento tapatío, y que hizo una escala en el recinto que sus conocimientos le permitieron “arrastrar” sin que un solo cable se trozara, sumó, según estimaciones de la UdeG, a siete mil acompañantes; entre ellos el gobernador y el rector de esa universidad, quienes caminaron sobre la Avenida Juárez fuertemente escoltados. Ante funcionarios de primer nivel y autoridades académicas, la viuda del ingeniero Jorge Matute, Esmeralda Villaseñor, destacó entre las bondades de su esposo una clara visión de compromiso con la sociedad. Sin trazar distinciones o hacer comparativos, dijo que él “sabía lo que era la línea recta y también la rectitud”.

Por la distinción del nuevo benemérito jalisciense, cuya estatua también fue develada ayer, el corazón del Centro Histórico tuvo cierres en Avenida Juárez y 16 de Septiembre, lo que provocó atorones perceptibles en avenidas próximas como Federalismo y la Calzada Independencia.