Viernes, 29 de Noviembre 2024
Jalisco | Antonio pagó el crédito de su propiedad por 13 años, pero nunca pudo vivir en ella

Más de una década de pagar la casa que otros disfrutan

Antonio pagó el crédito de su propiedad por 13 años, pero nunca pudo vivir en ella

Por: EL INFORMADOR

Lomas de San Agustín. Así quedó la casa de Antonio después de ser invadida y saqueada en un par de ocasiones. EL INFORMADOR / J. Mendoza

Lomas de San Agustín. Así quedó la casa de Antonio después de ser invadida y saqueada en un par de ocasiones. EL INFORMADOR / J. Mendoza

GUADALAJARA, JALISCO (23/NOV/2014).- Se presentó la oportunidad de que pudiera hacerse al fin de una propiedad para él y su familia que reflejara sus años de esfuerzo como empleado asalariado. Antonio seguiría el ejemplo de sus padres y antepasados gracias a que el Presidente Fox por allá de los inicios de su mandato liberó miles de créditos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). Pues bien, ese beneficio oficial no le ha dejado más que 13 años de ser el (in)feliz abonador de una obra negra que sólo ha beneficiado a los “paracaidistas” que han morado en ella.

Fue en 2001 cuando decidió hacerse de una casa. Las opciones que le dio el Infonavit no fueron muchas, y todas estaban del Periférico para allá. La que mejor le pareció fue una casa en Lomas de San Agustín, en Tlajomulco de Zúñiga.

Su agente inmobiliario lo apuntó para una hermosa residencia en la primera etapa del fraccionamiento: dos plantas, tres recámaras, jardín-cochera. Pero en algún momento de los trámites resultó que la casa que le endilgaron estaba en la tercera etapa, en el 230 de Loma Blanca Oriente, de una planta con cocina-sala-comedor (que compartía espacio con el baño) y dos recámaras donde definitivamente sí cabía una cama, aunque una de ellas también era pasillo al patiecito.

Pero ya no importaba nada, en 2001 iniciaron los pagos de su propiedad: “Estaba hermosa, bien padre”. Las calles, la pintura, el aire fresco de los valles de Tlajomulco. Él ya se veía como en los espectaculares, sonriente con su familia. Y todo aquello nomás a 30 años para pagar. Según sus aritméticas, pagaría unas cuatro veces su valor original de 155 mil pesos, pero como los abonos eran chiquitos, de 350 semanales, pues se animó: “La idea era tener un patrimonio”.

El problema es que la lejanía con su trabajo le dificultaba vivir hasta allá, por lo que decidió mientras rentarla a un amigo.

Aunque su compañero nunca le pagó nada, finalmente dejó el inmueble a finales de la década pasada. Fue entonces que sus congojas comenzaron.

Como cualquier otra ocasión, un buen día de mediados de 2010 (que ya no recuerda, porque lo quiere olvidar) fue a darle una vuelta a su patrimonio. Ya no había guardián en el ingreso de Lomas de San Agustín, salía maleza del empedrado y el paisaje era dominado por el grafiti.

Todo aquello fue lo menos cuando se paró frente al 230 de Loma Blanca: a su casa le arrancaron puertas, ventanas, tuberías, robaron la instalación eléctrica, la tarja, el escusado, el lavabo, el calentador de agua y el tinaco.

Esa angustia fue caldo de cultivo para su ira al poco tiempo, pues a unas semanas encontró dentro a una familia que incluía siete hijos y una abuela. Pidió a unos patrulleros ayuda, quienes afortunadamente convencieron a los inquilinos de que dejaran el lugar.

Con esfuerzo compró puertas y ventanas, pero ahora instaló protecciones: “Luego la quise componer y me la volvieron a robar, dije, ‘no, ya no’”.

En agosto pasado regresó para encontrarse con que le habían robado también las protecciones y ahora la habitaban dos familias y un enorme perro que parecía muy fino. Razón de más para encolerizarse, puesto que los nuevos “paracaidistas” más que necesitados tenían onerosas mascotas y televisión por cable.

De nueva cuenta pidió a los guardianes del orden apoyo. Una patrulla que pasaba exhortó a las dos mujeres que había y que lloraban y rogaban, pero Antonio se negó a dejarlas. Salieron pues de la casa, pero se metieron a la de enfrente, que también estaba sola.

Don Antonio ya nada quiere saber de su patrimonio. No se imagina vivir en ese ambiente de inseguridad ni ahora ni en el futuro: “Lo que pasa es que la gente que se fue a vivir ahí le crecieron los hijos, y es puro malviviente, borracho, drogadicto”, generalizó por el coraje de su infortunio.

La solución: hizo un trato con Inmobiliaria Desarrollo Urbano, una empresa que compra créditos de personas que ya no quieren o no pueden pagar sus casas. Por los 13 años Antonio calcula que ha dado más de 200 mil pesos, pues le ofrecen 140 mil menos adeudos de SIAPA y predial, así que tendrá 120 mil de regreso por su patrimonio fallido.

Sergio Blanco

EL DATO

Rentas falsas


En agosto de 2013, este medio informó que autoridades advertían que criminales también aprovechaban el abandono de viviendas en Tlajomulco: bandas organizadas rentan los inmuebles solos a personas con contratos apócrifos, por lo que se recomienda tener precaución e informarse bien antes de rentar una casa, pues puede aparecer su verdadero dueño.

SABER MÁS

En abandono

A través de los atrasos en el pago del impuesto predial, el Ayuntamiento de Tlajomulco ha logrado identificar miles de inmuebles abandonados. Las autoridades notifican a los deudores que deben regularizar su situación a fin de no embargar el inmueble. Es así que el municipio ha logrado rematar, en coordinación con el Infonavit, miles de casas abandonadas: hasta inicios de este año llevaban alrededor de tres mil 500.

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