Más comparaciones odiosas

La competitividad es uno de los elementos fundamentales para evaluar el desarrollo de un Estado o ciudad. No mide dónde estamos ni cómo vivimos sino la capacidad que tiene el Estado para el desarrollo futuro y qué capacidad tenemos para competir. En el estudio de Competitividad de los Estados realizado por el EGAP del Tecnológico de Monterrey, esto es lo que dice de Jalisco. En competitividad general, Jalisco es en 2010 el Estado 13 del país, mismo lugar que ocupaba hace tres años. No es ni bueno ni malo, es más o menos el lugar que ocupamos en la mayoría de los índices. En Desarrollo Humano, por citar algunos, somos el lugar 14.

Pero lo que vale la pena es revisar los subíndices que componen este índice general porque ahí sí han existido cambios importantes. En desempeño económico vamos en franca caída, pues llevamos 10 años en descenso libre con respecto a otros estados. Pasamos del lugar tres en 1999, al nueve en 2007, 11 en 2007 y 18 en 2010. Ahora bien, dentro de este subíndice, el componente que más cayó es el sector externo, en comercio internacional pasamos del lugar dos al 22, y lo que más creció fue el empleo, en el que pasamos del 21 al 11. El otro subíndice que está fatal es la eficiencia gubernamental, pues hemos mantenido, salvo un extraño brinco en 2003 (cuando nos situamos en el lugar 8), los puestos más bajos de la tabla. Llegamos a estar en 27 y ahora estamos en un nada grato 23. Somos de los estados con gobiernos más ineficientes del país. Si bien el ambiente institucional pasó del último lugar en 2003 al 14 en 2010, en ese mismo periodo el componente legislación pasó del 19 al 30 (cualquier relación con la crisis del Congreso es mera coincidencia).

Lo que recupera un poco la mala nota es la eficiencia de negocios que, contrario a la gubernamental, viene en franco acenso. Pasamos en una década del lugar 15 al dos en 2010. Los negocios son hoy mucho más eficientes y hay una cultura distinta en la forma de gestionarlos. Sorpréndase, Jalisco tiene hoy el primer lugar de los estados en prácticas administrativas y el segundo en mercado de trabajo. El otro punto que sale bien librado es lo que tiene que ver con la infraestructura. Mal que bien, a tiros y tirones hemos recuperado terreno perdido y pasamos del lugar 14 al seis en una década. La infraestructura básica descendió, pero crecimos en infraestructura de salud y ecología, de educación, tecnología y científica.

Toda comparación es odiosa, pero más las comparaciones con nosotros mismos. Mañana comentamos las fortalezas y debilidades que encontró el estudio.