Mariachis, tequila y Bicentenario

El Bicentenario en Guadalajara simplemente no existió. Si a escala nacional el Bicentenario se redujo a una gran pachanga en el DF, y muy poco más, en Jalisco pasó desapercibido. Se puede alegar que se hicieron muchas pequeñas cosas, que hay un trabajo editorial aquí y un rescate allá, pero lo cierto es que la fecha pasará desapercibida. Fuera del Puente de Calderón (los dos: el histórico, donde atraparon a Miguel Hidalgo, y el enorme que dio el Presidente a los burócratas federales), no hay nada realmente rescatable, y prueba de ello es que nadie en la ciudad habla del Bicentenario. No hay diferencia entre la celebración de este año con la del año pasado, y el anterior y el anterior.

El catálogo de eventos del Bicentenario de la Secretaría de Cultura es una mezcla de algunas cosas hechas específicamente para la fecha y otro montón en las que simplemente le pusieron el nombre de Bicentenario. ¿Qué tiene que ver Orozco con el Centenario o el Bicentenario? Exactamente lo mismo que Tribilín o Micky Mouse: nada. La exposición de Orozco, pintura y verdad y el catálogo que se editó para ella es de lo mejor que se hizo en artes gráficas en Jalisco en los últimos años, pero ni es Independencia ni es Revolución. Como ese hay un montón de eventos, exposiciones y restauraciones (no todos de la calidad de la de Orozco) que están en el catálogo del Bicentenario porque en eso se gastaron el dinero este año: la restauración de la Catedral era urgente desde hace 10 años, y evidentemente ésta vio pasar frente a sí a la Independencia y a la Revolución, pero nada tuvo que ver con ellas; la restauración del puente de Tonila nada tiene que ver con el Bicentenario, excepto que por él  posiblemente algún día Hidalgo pasó cuando vivió en Colima; Guachimontones, nuestro monumento prehispánico de presumir, tiene tanto que ver con la Revolución como Meche Carreño con las mercedarias.

En este año se continuó con la restauración y la investigación del sitio arqueológico, como se hizo en 2009, 2008, 2007, 2006...

Con cosas muy buenas, otras regulares y muchas malitas, por lo menos se puede decir que la Secretaría de Cultura se preocupó e hizo la tarea, pero a los ayuntamientos literalmente les pasó de noche. Con el mismo argumento que el combate al narco, “ese es un tema federal”, se desentendieron del tema con una naturalidad impresionante. Para rematar el desaire mañana volveremos a celebrar el Grito de Independencia con los mismos mariachis de siempre y con una fiesta diseñada para que nadie se pierda la del DF por televisión.

Ahora sí que parafraseando aquel famoso chiste: el que tenga lana que se vaya a México y se la pase de maravilla, y para los que no, mariachis, tequila y Bicentenario.