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Jalisco | Hacen cambios para rescatarlo

Malos manejos terminaron con el programa ProÁrbol

La Conafor admitió que se incumplió con las metas de reforestación fijadas y se compromete a realizar modificaciones operativas

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (14/JUL/2010).- Todo empezó en 2007, durante una gira del Presidente Felipe Calderón por Huimanguillo, Tabasco, donde el Mandatario anunció la meta de sembrar 250 millones de árboles ese año. Así arrancó ProÁrbol, un programa que pretendió colaborar con una cuarta parte de los mil millones de árboles a sembrar propuestos por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

A nueve meses del inicio, Felipe Calderón encabezó la ceremonia de plantación del árbol número 250 millones. Todo pintaba bien, por lo que el Gobierno Federal incrementó mil 600 millones de pesos (MDP) a ProÁrbol a fin de alcanzar la suma total de cinco mil 200 MDP para 2008 y con la meta de sembrar 280 millones de árboles ese año.

El programa de apoyo forestal, ProÁrbol, entrega estímulos a los poseedores y propietarios de terrenos para conservar, restaurar y aprovechar de manera sustentable los recursos forestales en bosques, selvas y zonas áridas del país. La Comisión Nacional Forestal (Conafor) es la institución responsable de llevar a cabo este programa, que pretende impulsar la organización forestal y elevar la productividad y competitividad del sector.

El 15 de octubre de 2008, el diario El Universal publicó que el programa federal había destinado dos mil 700 millones de pesos en 2007, y que en estados como Aguascalientes y Chihuahua el porcentaje de árboles muertos era de 100 por ciento.

Sin embargo, fue hasta principios de 2009 cuando se dio cuenta del fracaso de ProÁrbol, debido a presuntos actos de corrupción. Greenpeace afirmó que sólo 10% de las especies sembradas había sobrevivido, ya que se sembraron en zonas inviables para su crecimiento y otras organizaciones ambientalistas pusieron en tela juicio el manejo de los recursos económicos para esa causa.

Luego de lo dicho por Greenpeace, Juan Rafael Elvira, entonces secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, defendió el programa. Negó que 90% de los árboles sembrado en 2007 haya muerto: “Acabamos de consolidar un estudio con un grupo de universidades, organizaciones no gubernamentales y expertos ajenos a la Conafor, y nos dice que 58% de lo reforestado sobrevivió”.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) afirmó en marzo de 2009 que ProÁrbol fue un fracaso. La ASF dio a conocer que el Gobierno Federal no logró la meta fijada de reforestar 400 mil hectáreas en 2007 y, a pesar de lo anterior, el órgano revisor agregó que el objetivo se incrementó en 160 mil hectáreas para justificar el compromiso que el Ejecutivo Federal asumió ante la ONU en el marco del Programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. La Auditoría menciona que la cifra real de reforestación fue de 341 mil hectáreas.

El 14 de marzo de 2009, la Conafor admitió que incumplió y el director general de la Comisión Nacional Forestal, José Cibrián Tovar, presentó su renuncia al cargo.
En septiembre de ese mismo año, Felipe Calderón ordenó perfeccionar ProÁrbol para transparentar todas y cada una de sus operaciones.

Las reglas cambiaron

Para este 2010 se publicaron los cambios en la forma de operar del programa federal. Destacando que únicamente se apoyarán proyectos ubicados en áreas prioritarias, las cuales fueron determinadas por la Conafor. Otros cambios fueron el instaurar un agente técnico para acceso a financiamiento forestal y la orientación de los apoyos al desarrollo de capacidades y búsqueda de mercados.

También se definieron tres categorías de apoyo: desarrollo forestal, conservación y restauración y competitividad.

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