Lucha por espacios entre grafiteros es constante

GUADALAJARA, JALISCO (04/MAY/2014).- “La lucha por el espacio es constante; en ese sentido, no estamos exentos de estos conflictos entre distintos actores”, dijo Ricardo Duarte, secretario de Cultura de Guadalajara, cuya dependencia apoyó el evento de Acción Poética.

Un ''artista urbano'' sólo necesita el permiso del dueño de la barda, aunque reconocen que éstas no son las mejores ni por ubicación ni por tamaño. Las paredes en espacios públicos son mejores; pero aunque la autoridad municipal estima que el permiso tarda ocho días, varios grafiteros consultados niegan esta realidad.

Así que muchas de las mejores bardas deben ser reutilizadas, por lo que un código no escrito de los grafiteros señala que su “cadena alimenticia” empieza con el tag, las firmas que se ven frecuentemente en la ciudad; es un trabajo tan básico que se le puede encimar una bomba, una firma o mensaje de mayor tamaño y puntas redondeadas.

A la bomba la matan diseños más elaborados como el wild style y el freestyle. Les siguen el 3D y el realismo. Una producción, que es un mural mucho más elaborado y en el que intervienen con frecuencia diversos colectivos, es la que tiene mayor prioridad.

Aunque saben que su trabajo es efímero, los grafiteros tratan de seguir esta lógica y hasta avisan al autor de un trabajo cuando pretenden cubrirlo con otro. Por eso causó tanta molestia la irrupción de Acción Poética.

“Una producción grafiti puede llegar a costar tres, cinco o 10 mil pesos, y una pinta de Acción Poética la pintas con, a lo mejor, 50 pesos: no hay punto de comparación. Son proyectos que se llevan hasta una semana y una pinta de Acción Poética te lleva 10 minutos o 20”, explicó Valente Ixtlahuaque Solís, consejero del Centro Estatal para la Cultura y las Artes, y presidente de la asociación civil Vertiente Social Muralista, que promueve el ''arte urbano'' en la ciudad.

Desde antes, varios grafiteros han sido reticentes a aceptar la valía de Acción Poética. Lo que ocurrió en esa “megapinta” vino a apuntalar una visión negativa sobre el movimiento.  

“En lo personal, no me dice absolutamente nada; creo que lo más rescatable de movimientos como estos podría ser la organización social que implican”, señaló Skil, uno de los ''artistas urbanos'' afectados y quien, entre otros trabajos, ha intervenido el paso a desnivel de López Mateos y Mariano Otero y expuesto en la galería del Tren Ligero.

Armando Alanís, poeta y creador del concepto de Acción Poética, prefirió no comentar directamente sobre el tema, del que, dijo, se siente “apenado”, aunque defendió la necesidad de convivencia de todas las expresiones.

• De la clandestinidad al presupuesto oficial

De ser una actividad estigmatizada, sólo en la presente administración el Ayuntamiento tapatío ha invertido un millón y medio de pesos para apoyar el ''arte urbano'', desarrollar nuevos talentos e, incluso, convertir a los grafiteros en empresarios.  

El secretario de Promoción Económica del Ayuntamiento, Pedro Ruiz, indicó que lo que se pretende con estos recursos —a los que hay que sumar los patrocinios privados— es acercar a estos talentos a la estrategia de Ciudad Creativa Digital para aprovechar sus habilidades artísticas, así como darles la oportunidad de vivir de sus murales.

Adelantó que en junio las autoridades echarán a andar una plataforma a través de la cual estos ''artistas'' puedan comercializar fotografías en alta definición de sus obras. Los murales que ahora adornan Avenida Washington serían una suerte de catálogo de estas obras a través de códigos QR, que llevarían a los interesados a esta tienda virtual de arte, explicó.

Actualmente se tiene ya contacto con más de 230 ''artistas urbanos'' con los que busca echar a andar esta plataforma, y el programa “Arte en tu ciudad”  va a crecer exponencialmente en mercados, pasos a desnivel y fachadas, dijo el funcionario.

Mucha pintura ha corrido por las paredes desde que hace al menos tres décadas los jóvenes mexicanos encontraron en el grafiti la misma herramienta de expresión que otros chavos marginados habían inventado en los sesenta en Nueva York.

Casi por ósmosis, aunque alimentada ya por el muralismo chicano, esta expresión artística llegó a las ciudades fronterizas y a urbes como Guadalajara y el Distrito Federal, para desde ahí expandirse por todo el país.

Por años ligado con el vandalismo e incluso con la delincuencia, actualmente este movimiento de ''arte urbano'' —concepto que abarca ya a más expresiones que sólo el grafiti— recibe un excepcional apoyo oficial que, sin embargo, no deja de levantar suspicacias o, al menos, temor ante la posibilidad de perder libertad o hasta legitimidad.

Sólo hay que recordar cómo el año pasado el colectivo Germen Nuevo Muralismo plasmó en un edificio de departamentos de Miravalle, al Sur de la ciudad, un mural de más de 900 metros cuadrados denominado El Portal, bajo el auspicio del Ayuntamiento de Guadalajara.

También la intervención en pasos a desnivel en la ciudad y, sobre todo, la organización del Meeting of Styles, que ofreció más de mil 200 metros cuadrados de muro en la Avenida Washington a más de 160 ''artistas'' nacionales e internacionales.

“Ya no podemos vivir en los setenta en ningún sentido”, explicó Ricardo Duarte, secretario de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara.

Para el funcionario, es importante reconocer la existencia del ''arte urbano'', y que el espacio público es un punto de encuentro en el que debe prevalecer la idea del bien común.

Aún más, un grafiti puede transformar un espacio público: no es lo mismo un callejón oscuro que uno intervenido con grafiti, uno que cambia la dinámica de los ciudadanos que pasan por ahí, afirmó.

• Apoyos y reticencias

Gracias a los esfuerzos de las autoridades, los ''artistas urbanos'' ganan espacios y patrocinadores, señalaron algunos exponentes como Skil, quien intervino el paso a desnivel de la Glorieta de Mariano Otero y ha expuesto en la galería del Tren Ligero. Con este apoyo, cada vez una mayor parte de la sociedad aprenderá a apreciar este ''arte'', estimó.

Aún más, trabajar con las autoridades permite a muchos colectivos trabajar en la mejora de la imagen del grafiti. De hecho, apostar al grafiti legal —el que se hace con el permiso del dueño de la barda, en contraste con el ilegal o clandestino— es una señal de madurez del movimiento, consideró Valente Ixtlahuaque Solís, presidente de Vertiente Social Muralista, y consejero del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes.

Pero no todos están de acuerdo: “Últimamente los políticos se dieron cuenta que el modelo de ‘recuperar espacios públicos’ funciona bastante bien para la malversación de fondos. Presupuesto para murales súper inflado, contratos jugosos para las empresas involucradas (andamios, pintura, etcétera), vecinos ‘convencidos’ y 'artistas urbanos' ‘felices’ con el espacio y sus dos cajitas de pintura”, respondieron integrantes del colectivo Eyos.

Peque, a quien la mayoría señala como el artista urbano más destacado que ha salido de Jalisco, y quien actualmente vive y trabaja en Australia, tampoco está convencido del todo del patrocinio público o privado, aunque ofrece el beneficio de la duda a algunas instancias.

“La cuestión, creo yo, es equilibrar tu trabajo con tus acciones sin perder el valor de lo que te gusta hacer; al fin de cuentas, todos tenemos que sobrevivir en este mundo caótico capitalista”.

SABER MÁS

A quién seguir

Algunos grafiteros señalaron a estos colegas como buenos exponentes de su arte:

> Locales

Colectivo VRS
Colectivo Ellos
Peque
Dicer
Sepia
Apio14
Syde One
Frase
Rock
Fengs
Mack
Fixe
Dhear (DF)

> En el mundo

WK Interact
JR
Microbo
Herakut
Koralie
The London Police
Buff Monster
C215
Monsta Julien
Fafi
Space Invaders
Kidult
Banksy

QUÉ DICE LA LEY

Código Penal

Artículo 261 Bis. A quien utilizando cualquier sustancia o por cualquier medio plasme signos, códigos, mensajes, figuras, dibujos o cualquier otra representación en bienes muebles o inmuebles, sin consentimiento del dueño o de quien legítimamente posea la cosa, modificando su apariencia original, se le impondrá de 10 a 50 jornadas de trabajo a favor de la comunidad y multa de 50 a 210 días de salario mínimo.

La sanción se aumentará hasta en dos terceras partes de la señalada en el párrafo anterior cuando este delito afecte bienes de dominio público, monumentos, edificios o sitios de valor histórico o arquitectónico, o se perjudique bienes de cantera, piedra o cualquier otro material de difícil o imposible reparación.

Al reincidente se le aplicará, además, la pena de dos a cuatro años de prisión.