Los parásitos del Gobierno

Ya sabemos que los gobiernos corruptos también se caracterizan por mantener gente que no sirve para nada, más que para nutrirse de los recursos del pueblo. Viven a costa de las facilidades que proporciona un sistema abierto al soborno y al amiguismo.

En el libro de Camino de Guerreros, “Código de Reyes”, se habla de seis clases de parásitos que suelen vivir gratis. El primero de ellos se refiere a “los funcionarios que construyen grandes mansiones y haciendas y pasan su tiempo en diversiones”, van tras el dinero necesario para darse el lujo de vivir en casas ostentosas, y ahora diríamos con vehículos de lujo en la cochera.

Son personas que buscan en su trabajo el dinero para vivir en una casa elegante; su propósito no es servir al pueblo, sino tener un buen ingreso para adquirir propiedades y hacerse de un jugoso patrimonio. Lo que se complementa con la diversión y las reuniones con los amigos. Su afán por el golf, los clubes y las fiestas es una buena manera de confirmar que su interés principal en la vida, son las relaciones sociales y los eventos en donde ellos son los protagonistas principales.

El segundo se refiere a “los trabajadores que no trabajan, pero se entrometen en los asuntos de los demás perturbando el orden social”, lo que sin duda hoy se refiere a los que gustan y viven de la intriga, que ocupan mucho de su tiempo en charlas de café, informándose de los movimientos de los demás para levantar falsos, generar calumnias y vivir de los chismes y las ventajas que éstos les generan.

Pero de su trabajo en concreto brillan por su ausencia e interés. Suele ser el modelo practicado por los miembros de las cámaras de senadores y diputados. Hacen politiquería y no realizan con eficacia su tarea.

El tercero habla de “los funcionarios que forman camarillas haciendo sombra a la presencia de las personas buenas y sabias y frustrando la acción de los iluminados”, lo que demuestra que este tipo de parásitos se dedican a unirse con la gente que sólo sirve para bloquear y acabar con los que sí producen y trabajan por el bien de las instituciones.

El cuarto revela que existen “funcionarios ambiciosos que se comunican autónomamente con los dirigentes de otros grupos, saltándose a sus propios dirigentes. Es decir, gente que con tal de escalar posiciones políticas hace pactos con otros, sin guardar lealtad y obediencia con sus propios jefes”.

El quinto indica el cómo “ignoran las jerarquías, desprecian el trabajo de equipo y no están dispuestos a resolver los problemas de quienes los emplean”. Es una evidente manera de hacer lo que les venga en gana y no apoyan las actividades y labores de grupo. Van a lo suyo y punto.

Y la última revela que los parásitos se unen con los poderosos que abusan de los débiles y de quienes carecen de recursos.

Creo que usted los pueden identificar fácilmente.

(dellamar@yahoo.com)