Viernes, 21 de Febrero 2025
Jalisco | Pacientes buscan regresar a nosocomios

Los pacientes psiquiátricos son olvidados al final del proceso

En Jalisco se cuenta sólo con una clínica para ayudar a los enfermos a readaptarse. Existen únicamente 0.09 Psiquiatras por cama, según el Instituto Nacional de Psiquiatría

Por: EL INFORMADOR

Sin esperanza. 70% de los pacientes no tiene posibilidades de reintegrarse socialmente al presentar trastornos psicóticos crónicos.  /

Sin esperanza. 70% de los pacientes no tiene posibilidades de reintegrarse socialmente al presentar trastornos psicóticos crónicos. /

GUADALAJARA, JALISCO (18/JUN/2014).- Una prisión es, en ocasiones, mejor que la realidad. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Psiquiatría, en Jalisco hay 16 mil 489 pacientes psiquiátricos, de los cuales 48.1% es hombre y 51.9%, mujer.

La mayoría acude a las instituciones de salud mental por trastornos de ánimo (38%), esquizofrenia (21%) o uso de sustancias (10%). Aunque 58% de ellos será dado de alta en menos de un año, algunos de los pacientes no se sienten preparados para salir del nosocomio para enfrentarse a la realidad.

La reincorporación de los pacientes psiquiátricos a la sociedad es una parte del proceso de rehabilitación que muchas veces se omite dentro de la terapia del enfermo, pero es un seguimiento importante. Durante esa etapa se le enseña cómo regresar al mundo real y a luchar con los miedos que desarrolló durante el cautiverio.

Las llamadas “Casas de medio camino”, cuya labor principal es la rehabilitación psicosocial de personas con discapacidad psíquica, son escasas. De acuerdo con un informe sobre el Sistema de Salud Mental en México, elaborado por el Instituto Nacional de Psiquiatría, en todo el país sólo se cuenta con tres de estas instancias.

En Jalisco se tiene el Centro de Atención Integral de Salud Mental de Estancia Prolongada (Caisame), que sólo cuenta con 265 camas para atender a igual número de personas con enfermedad mental grave de larga duración, a los pacientes en proceso de curación o de rehabilitación integral psicosocial.

El Instituto señala de manera explícita en su informe que “es necesario instrumentar un mayor número de programas de rehabilitación, tanto dentro como fuera de las unidades hospitalarias. Por ejemplo: salidas terapéuticas, talleres protegidos, casas de medio camino y residencias para adultos mayores. Añade que, con acciones de este tipo, se pueden disminuir las hospitalizaciones, los reingresos y el estigma asociado a este tipo de padecimientos.

“Lo más importante es el proceso de salir. Se les debe enviar a otras instancias donde se les enseñan habilidades u oficios para reintegrarse al mundo”, coincide el psicólogo Hugo Reyes.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos también señaló esta “laguna” en el sistema de salud mental del país. En 2013 recomendó explícitamente promover programas en la comunidad que faciliten a los pacientes su reincorporación a la vida social, productiva y laboral.

La Secretaría de Salud destina tan sólo 2% del presupuesto total asignado a la atención de la salud mental. De acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría, este presupuesto está por debajo de la media de los países de ingresos medio-altos (3.5%) y la distribución que se le da es insuficiente.

La escasez de personal es otro factor importante que impide brindar una atención completa hacia estos pacientes. De acuerdo con el estudio en mención, en Jalisco existen sólo 0.09 psiquiatras por cama. Y reportan que sólo hay 63 psicólogos laborando dentro de las instituciones de salud mental, 31 trabajadores sociales y nueve terapeutas.

Hugo Reyes establece que los limitados recursos provocan que los periodos de atención de los pacientes se reduzcan y se les apresure a dar de alta aun cuando no han completado la terapia con éxito. De esta forma, muchas veces el enfermo no está listo para reintegrarse a la sociedad.

No quieren salir del hospital

Algunos de los pacientes dados de alta no quieren salir, así lo platica Alexandra, quien realiza su internado en el Hospital Psiquiátrico de Jalisco. Lleva ahí un par de meses, pero ya se ha topado con más de un paciente que ha intentado, por todos los medios, evitar salir del sanatorio.

“Me han tocado varios casos, cuando saben que ya están por darlos de alta, sobre todo. Vuelven a terapia e inventan síntomas. No quieren salir del hospital”.

La clara falta de programas de rehabilitación fuera de los hospitales, según el estudio del Instituto Nacional de Psiquiatría, provoca también reingresos a los nosocomios.

El psicólogo Hugo Reyes coincide en que la poca disponibilidad de doctores y los escasos días de terapia que se brindan colaboran para que el paciente no se quiera reincorporar a la sociedad. Muchas veces éste reincide en la enfermedad y, a pesar de ya haber sido dado de alta, quiere regresar.

“Las malas condiciones del hospital dificultan el trabajo de los médicos y, a veces, esto provoca que el paciente no quiera salir”.

Igualmente, el Instituto informó que otra de las problemáticas del sistema de salud mental en México es la falta de capacitación y actualización del personal. Hugo Reyes concuerda con el Instituto y añade que es un factor que colabora para que los pacientes se rehúsen a abandonar el psiquiátrico.

“El problema tiene que ver muchas veces con que el psicólogo, que es el más responsable, y el psiquiatra no hicieron un buen trabajo”.

FRASES

"
En hospitales públicos es muy costoso tener un paciente, por lo que los dan de alta rápido "

"Un paciente en el psiquiátrico dura entre 15 y 20 días, pero es muy difícil resolver un problema en un tiempo tan escaso "

Hugo Reyes
, psicólogo.

SABER MÁS
¿Qué es el Salme?


Es el Instituto Jalisciense de Salud Mental, un organismo desconcentrado de los Servicios de Salud Jalisco, que se encarga de la programación, supervisión y evaluación de la promoción, prevención, atención, enseñanza e investigación en salud mental.

Su visión es ser una institución rectora en políticas públicas de salud mental, con sus unidades operativas certificadas.

FALTA POR SER PUBLICADO EL REGLAMENTO DE LA LEY DE SALUD MENTAL
El reto, mayor presupuesto


El pasado 4 de enero se publicó en el Periódico Oficial la Ley de Salud Mental para el Estado de Jalisco, que implica la coordinación de las instituciones públicas, privadas y sociales para planificar y coordinar servicios en la materia.

El presidente de la Comisión de Salud del Congreso, Elías Íñiguez, explicó que esta norma tiene la intención de establecer políticas públicas en materia de prevención, mejorar la atención a los enfermos, así como garantizar la existencia de instalaciones en donde se les atienda.

El legislador destacó la creación del Consejo Estatal de Salud Mental, integrado por un representante de la Fiscalía General, las secretarías de Educación, Salud, el Secretariado Técnico del Consejo Estatal para la Prevención de Adicciones  y el Congreso del Estado.

El Consejo tiene como objeto planear, programar, y evaluar de forma permanente los servicios de salud que se brindan en todo el Estado por las diferentes instancias. 

Sin embargo, la ley no cuenta con un apartado donde se establezca qué porcentaje del presupuesto se otorgará a la salud mental. “Sólo se cuenta con el presupuesto del Salme, que para este año corresponde a 103 millones de pesos”, asegura Coronado.

La titular del Salme, Luz María Coronado Sosa, adelantó que en los próximos días se publicará el reglamento de la ley, el cual ya fue autorizado por el Gobierno del Estado. “Una vez que se publique se establecerán todas las políticas de salud mental y el presupuesto que se tendrá que asignar para la salud mental”.

La nueva ley dicta también que al menos debe existir un centro de atención de salud mental en cada uno de los 125 municipios del Estado. Sin embargo, actualmente sólo hay ocho Centros Integrales de Salud Mental (Cisames) en municipios, más dos Centros de Atención Integral de Salud Mental (Caisame) de estancia breve y prolongada, tres módulos municipales, siete módulos comunitarios y seis consultorios psicológicos en todo Jalisco.

¿A dónde ir?
Atención de salud mental en Jalisco:


Instituto Jalisciense de la Salud Mental:
Domicilio: Zoquipan 1000-A, Colonia  Zoquipan, en Zapopan.
Teléfono: 36339474 extensión 102.

Centro de Atención Integral de la Salud Mental Estancia Prolongada: Kilómetro 17.5 de la Carretera a Chapala Zapote del Valle, en Tlajomulco.
Teléfonos: 36960201 y 36960274, extensión 102.

CLAVES
Panorama


Esquizofrenia. Alrededor de 70 mil personas padecen esta enfermedad.

Ansiedad. El 10% de la población padece este problema de salud mental.

Angustia. Casi medio millón de personas reconoce presentar este trastorno.

PREFIERE EL NOSOCOMIO QUE EL MUNDO REAL
Cuando las paredes hablan


Nunca se determinó a qué se debió el brote psicótico. Muchos fueron los diagnósticos que se realizaron, pero todos coincidían en algo: Rosita debía ser internada.

La primera opción, sin embargo, no fue el manicomio. Tras aquel brote que dejó a un familiar lesionado y varios vidrios rotos, Rosita fue llevada directamente a la prisión. “Era un 11 de julio de 1985”, recuerda. “Lejos de ver lo médico, lo psicológico, llegó la Policía y me metió a la cárcel porque agredí a alguien… fue una tortura psicológica”.

Tras los barrotes, olvidó quién era o dónde estaba. “No existía, no estaba, no tenía cuerpo”.

El paso del tiempo sólo contribuyó a deteriorar los límites de la razón y, cuando las paredes comenzaron a hablar, la poca estabilidad con la que contaba se desvaneció en gritos de auxilio.

“Yo sabía que no era lógico, pero escuchaba a las paredes hablar con las voces de mi tía y de mi suegra. Yo sabía que estaba en una cárcel, pero estaban hablando de mí, como si se culparan y se agredieran. Me aterraba, me aterraba y gritaba ‘¡Tengo miedo!’”.

Esquizofrenia, bipolaridad, trastorno de personalidad. Muchos fueron los diagnósticos del psiquiatra de la Procuraduría cuando atendió a Rosita. Después fue trasladada al Hospital Psiquiátrico de Jalisco, pero para ella seguía siendo sólo otra prisión. Al llegar, fue confinada a una celda de castigo por más de 10 días.

La celda tenía escasos metros cuadrados de espacio y estaba en completo aislamiento. Sin embargo, Rosa no estaba sola. Siempre había alguien más con ella en su prisión de dos por dos metros. “Yo no entendía completamente, ya me había perdido. Estaba en la celda y veía a una persona con un libro, una biblia”.

Las condiciones eran inhumanas. No había luz ni agua. Rosa recuerda cómo suplicaba por unas gotas de líquido vital  y, cuando por fin la enfermera le pasó un vaso, éste se derramó por toda la celda. “Yo pensé que me iba a morir ahí”.

Primera salida

Tiempo después los médicos aprobaron su salida del centro. No obstante, afuera no encontró el alivio que buscaba, se dio cuenta que no se necesitaban paredes para estar presa. A veces con una píldora era suficiente.

“Mi familia se mostró agresiva. Me querían tener medicada constantemente”. Cualquier lágrima o sonrisa era razón suficiente para llamar a una ambulancia y tratar de internarla nuevamente. Rosita volvió a su antigua agresividad. “No me entendían, yo sólo quería que me dejaran en paz”.

Cuando la situación empeoró, el deseo de volver a la institución mental ya no vino de los psiquiatras o de sus familiares, sino de la propia Rosa. “Yo les dije: ‘Por favor quiero irme al hospital’. Ahí me dejaban en paz, ahí me daban comida, dónde dormir”.

Y regresó a la clínica, pero ahora la llamaba hogar. Las paredes habían cesado sus conversaciones y los personajes imaginarios compensaban esa falta. “Recuerdo que conocí a María Félix… bueno, ella se creía María Félix, pero nunca supimos su verdadero nombre. Era soberbia y prepotente, pero no me afectaba. También estaba Celia, siempre prendida de los alambrados para tratar de escapar; era agresiva, pero nos llevábamos bien. Y luego estaba quien se volvió mi mejor amiga, pero no recuerdo su nombre”.

Rosita aún recuerda los largos pasillos, la intensa lucha por un cigarro, los comentarios mordaces de aquella Doña demente y los escapes fallidos de Celia. “Tenía con quién convivir”.

Afuera, a Rosita sólo le esperaba un mundo que no la comprendía. Era presa de un círculo vicioso donde su familia la enviaba con un psicólogo… éste la enviaba con un psiquiatra y éste de vuelta con su familia con un bote de pastillas. “Yo estaba viva ahí dentro (del hospital psiquiátrico) y es algo que no encontraba afuera”.

Una vez más, Rosita regresó al mundo real. Pero descubrió que éste no era tan benévolo como el psiquiátrico. Dejar el hospital significó renunciar a una cama, a un techo y a un plato de comida en la mesa. Rosa regresó a una realidad que alienaba a la locura. “La gente normal me veía como un bicho raro. Yo me preguntaba: ‘¿Vengo de Marte, Júpiter… de dónde vengo?’”.

Solución


Ella no regresó más al hospital. Por el contrario, se unió a una organización que trataba a pacientes mentales fuera de los psiquiátricos.

Tras luchas, lágrimas y recaídas, Rosita ha estado fuera del psiquiátrico por más de una década. Encontró consuelo y ayuda fuera de los hospitales y ha hecho las paces con todos aquellos “demonios” que vivían dentro de su mente. No obstante, mientras termina su relato mira a la nada y reflexiona: “Permanecer afuera seguirá siendo difícil, porque, a pesar de todo, el hospital psiquiátrico siempre será como regresar a la matriz de una madre”

EL DATO

El Centro de Atención Integral de Salud Mental de Estancia Prolongada (Caisame) de la Secretaría de Salud Jalisco sólo cuenta con 265 camas.

Tener buena salud mental significa poder:

Desarrollar nuestras habilidades.

Trabajar productivamente.

Enfrentar los problemas de la vida cotidiana.

Contribuir de manera positiva a la comunidad.

Los principales trastornos en Jalisco

De acuerdo con la directora del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme), Luz María Coronado Sosa, entre los trastornos más frecuentes que presentan los jaliscienses destacan los de ansiedad con 28%, seguidos por la depresión con 12%, la esquizofrenia con 12%, y el trastorno hiperquinético con 8%.

De 2012 a 2013, el Salme incrementó en 10% el número de consultas otorgadas a la población. De dar 55 mil 901, subió a 61 mil 322 atenciones por diferentes padecimientos.

Entre los factores de riesgo potencial en el desarrollo de problemas de salud mental destaca la disfuncionalidad familiar, enfermedad mental en la familia, enfermedad médica, uso de alcohol y drogas, violencia intrafamiliar y trauma por violación.

El Plan Estatal de Desarrollo menciona que en camas siquiátricas, el Estado tiene una tasa de 9.8 por cada 100 mil habitantes, las cuales están concentradas en Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco, sin cobertura para la población del resto de los municipios.

Entre los objetivos del documento rector se refiere la necesidad de implementar mecanismos que mejoren los servicios y la infraestructura en atención a los pacientes con problemas de salud mental en Jalisco.

“Es significativo que en Jalisco no existan unidades psiquiátricas en hospitales generales, cuando la recomendación de la OMS es que el mayor número de camas psiquiátricas debe trasladarse de los hospitales psiquiátricos a los hospitales generales y a los servicios de rehabilitación comunitarios”, reconoce el Salme.

Coronado Sosa refiere que el Instituto  tiene unidades de readaptación social para dar seguimiento a pacientes que se han reintegrado a la actividad laboral. Para decidir la salida de un paciente internado se conforma un consejo donde participa el médico tratante, las trabajadoras sociales y psicólogas para valorar al paciente.

Si se considera que tiene la capacidad de estar en la sociedad, se le otorgan paulatinamente espacios de adaptación, menciona la titular del Salme, aunque agrega que 70% de los pacientes no tiene posibilidades de reintegrarse socialmente al presentar trastornos psicóticos crónicos.

Al ser cuestionada sobre las razones que llevan al paciente a querer reingresar al nosocomio, la especialista menciona que de alguna manera se acostumbran a ser totalmente dependientes. “Aquí reciben todo, se sienten protegidos, seguros y cómodos, no tienen responsabilidades laborales”.

Prevalencia de los trastornos mentales en Jalisco:

Norte    57%

Sierra de Amula            41.8%

Valles    32.3%

Ciénega            30%

Costa Sur         30%

Altos Norte       24.4%

Jalisco  23.9%

Altos Sur          23%

ZMG     16.2%

Sierra Occidental          9.7%

Sur       9.2%

Costa Norte      7.2%

Sureste 6.1%

Fuente: Diagnóstico integral de Salud Mental en Jalisco, 2010. Instituto Jalisciense de Salud Mental.

LA CIFRA


1 de cada cuatro personas a lo largo de su vida se ve afectada por un trastorno mental

10% se incrementó la consulta en el Instituto Jalisciense de Salud Mental de 2012 a 2013

103 millones 178 mil pesos es el presupuesto que destina Jalisco a la salud mental

16,489  pacientes psiquiátricos hay en Jalisco, de acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría

70% de los jaliscienses tiene algún padecimiento de salud mental, según la Secretaría de Salud estatal

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