Miércoles, 27 de Noviembre 2024
Jalisco | Por: Juan Palomar Verea

Los otros costos de la ciudad

LA CIUDAD Y LOS DÍAS 27 DE MARZO 2009

Por: EL INFORMADOR

La ciudad es, por definición, un contexto en permanente evolución. Desde el origen de cualquier aglomeración urbana son connaturales a ella los trabajos para adecuar sus condiciones físicas a las necesidades, casi siempre crecientes, de sus habitantes. La historia de la ciudad está indisolublemente ligada al devenir de sus obras. Y a la de las inevitables molestias que estas causan.

Vivir en la ciudad tiene una serie de costos. Las ventajas de la vida en las comunidades citadinas son evidentes, y el aumento de la población urbana, a lo largo y ancho del mundo, parece irrefrenable. Es conocido el hecho, dado a conocer no hace mucho, de que por primera vez en la historia del género humano la población radicada en las ciudades ha sobrepasado la cantidad de la que habita en el entorno rural.

Pero las ciudades, como creaciones perdurables del hombre, tienen una cuenta larga. Los años y las generaciones hacen que a menudo se olviden los esfuerzos de los anteriores ocupantes de la urbe, que tuvieron que pasar, a menudo, graves penalidades para intentar dejar una mejor ciudad. La modernidad desaforada, y la explosión demográfica produjeron graves disturbios y distorsiones a muchas urbes, lo que provocó una noción casi generalizada de que el sino de las ciudades era, forzosamente, volverse en lugares cada vez más ingratos para vivir.

Las condiciones, aunque siguen siendo complicadas, tienden a equilibrarse. En múltiples urbes de todo el mundo se han establecido exitosos programas de mejoras que han dado la vuelta al talante ciudadano y que ha establecido contundentemente la posibilidad de la obtención de la calidad de vida deseada a través de medidas que transforman y adecuan inteligentemente los entornos construidos.

Guadalajara ha sufrido una grave fatiga a través de sus propios procesos de transformación urbana. En los últimos decenios el aumento poblacional y la inmigración han propiciado graves desajustes que muchas molestias y sinsabores, y aún injusticias, han causado a la población. Pero es a la misma población a la que tales esfuerzos buscan servir. El aumento desproporcionado del parque vehicular figura entre los principales factores que han contribuido al deterioro de las condiciones de vida.

Es ya posible, sin embargo, vislumbrar un futuro más promisorio para la metrópoli. Los marcos generales y particulares de la planeación urbana han evolucionado y múltiples esfuerzos han llevado a la formulación de un planteamiento territorial y urbano que vaya corrigiendo los problemas y ampliando las perspectivas de contar con una mejor habitabilidad para todos.

Las obras del Macrobús ya realizadas, las que ahora se programan, la renovación del centro histórico, la densificación racional de las áreas adecuadas, el cuidado del patrimonio, las distintas obras que se articulan alrededor de un proyecto de ciudad, constituyen buenas noticias. Pero es necesario renovar el compromiso y el convencimiento ciudadano acerca de la vigencia, y la indispensable responsabilidad, de los esfuerzos, y los costos, de las actuales generaciones por tener un mejor entorno para vivir.

jpalomar@informador.com.mx

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